El seguimiento a... Mariezkurrena

Salir y besar el santo

Tan solo tiene 19 años pero no le está quedando un currículum nada desdeñable a Arkaitz Mariezkurrena. Debutó en Primera División nada más y nada menos que ante el Barcelona. Una tarde aciaga para la Real Sociedad, que salió vapuleada tras una tempranera expulsión de Aritz Elustondo que dejó al equipo con diez hombres, pero que a buen seguro quedó grabada en la memoria del astigartarra, que de niño tuvo que elegir entre el txotx –sus padres regentan una conocida sidrería en la localidad– y el balón. Tampoco guardará mal recuerdo de la tarde de ayer en Vallecas, donde el canterano rescató un agónico punto para los blanquiazules en los instantes finales del partido después de que el equipo local le diera la vuelta al gol de Zubimendi, el primero a balón parado desde finales de marzo de la pasada temporada.

La tarde no pintaba mucho mejor que la del otro día en Montjuic, con una Real necesitada de dar un paso hacia adelante si quería sacar algo positivo de su visita al barrio madrileño. Imanol miró al banquillo y no le tembló el pulso para darle entrada al joven centrocampista, que en tan solo quince minutos le impregnó esa garra que necesitaba el equipo para el tramo final de encuentro.

Mariezkurrena sustituyó a otro canterano, Olasagasti, a falta de un cuarto de hora para el pitido final y no tardó en demostrar esa versatilidad que le han llevado en el filial a marcar cinco goles y dar tres asistencias este curso. En la primera pelota que tocó sobre el tapete de Vallecas se animó a tirar un par de sombreros en el área rayista ante dos centrales de la experiencia de Lejeune y Aridane.

Con el de Astigarraga en el campo la Real Sociedad recuperó el dinamismo y colmillo que había perdido en ataque en los últimos minutos. Y aunque en el primer duelo le salió cruz, a la segunda no falló. Kubo se fue en banda de su par en la jugada individual que ha hecho una y mil veces, el remate del japonés lo sacó con el pie Batalla y el rechace le cayó al astigartarra en el área, que no se lo pensó dos veces y definió con clase para poner las tablas en el luminoso. Su primer gol con la camiseta txuri-urdin nada más salir y besar el santo. Todo en apenas cuatro minutos.

Su cara de felicidad celebrando el tanto lo decía todo. Y la fiesta incluso pudo ser aún más redonda porque a punto estuvo de darle la victoria a la Real en el 88 en otra acción por banda derecha que protagonizó Kubo. El japonés volvió a salir vencedor del duelo, cedió el esférico atrás y Mariezkurrena llegó solo de marca en la media luna del área para conectar un potente disparo que obligó al guardameta rayista a realizar un paradón.