Urko González de Zárate (Vitoria, 2001) volvió a debutar con el primer equipo de la Real Sociedad el domingo en Mestalla. No fue su estreno con la camiseta realista, eso ocurrió el pasado 20 de septiembre en el Reale Arena frente al Real Madrid ... en el último minuto del encuentro, pero ante el Valencia fue su puesta de largo frente a la afición txuri-urdin al completar un notable primer tiempo. El vitoriano es la última perla de la inagotable fuente de Zubieta y está llamado a ser uno de los faros del equipo en un futuro no tan lejano.
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González de Zárate, que acaba de cumplir 20 años hace tan solo tres semanas, comenzó a dar patadas al balón en su Vitoria natal y cuando apenas contaba con 5 años entró en la escuela del Deportivo Alavés. Lo suyo con el fútbol fue un amor a primera vista, un flechazo en toda regla. «Desde pequeño era fútbol, fútbol, fútbol, balón, balón y balón. Todo el día haciendo toques, era casi algo desmedido. Lo de Urko con el fútbol es pasión, desde pequeño estaba todo el día jugando con el balón», rememora ahora su aita Alberto.
Desde muy pequeño comenzó a destacar por encima de sus compañeros de equipo. Y no solo por su envergadura, que también le hacía ser el más alto de todos desde bien pronto. Su buen trato de balón y sus buenas actuaciones le hicieron ir quemando etapas a pasos agigantados, tanto es así que incluso participaba en algún torneo que otro con chavales de categorías superiores a la que le correspondía por edad.
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Así hasta que un buen día Luki Iriarte, director de fútbol base de la Real Sociedad, le reclutó para el club guipuzcoano cuando tenía 15 años, en edad de cadete. «Nos dijo que llevaban tiempo siguiéndole, que tenían un proyecto para Urko y nos pareció que era algo consistente. La Real tiene muy bien todo lo que es la parte formativa y, además, nos gustó que no era algo para dos años, sino a largo plazo. Se lo dijimos a Urko aunque él no iba a tomar la decisión, simplemente queríamos saber si quería o no, y nos dijo que sí. Su madre y yo estuvimos hablando y valorando y al final decidimos dar el paso», relata el progenitor.
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Antes de su paso de Ibaia a Zubieta, González de Zárate se moldeó en las manos de Mikel Gaisán, técnico de Urko en las inferiores del club babazorro durante cuatro años, dos en alevín y otros dos en infantil. «Urko siempre ha sido un jugador que ha destacado mucho dentro del grupo, era un jugador muy noble, muy buen compañero, muy querido por todo el equipo. Y a nivel de juego, además, era un líder», destaca. «Sobresalía claramente por encima del resto, tenía unas ganas enormes de aprender. No era lo habitual ver a un chaval con esa visión de juego, técnicamente muy bueno y, además, disciplinado», añade el hijo del que fuera médico del cuadro alavesista.
Alberto González de Zárate, Aita de Urko
El vitoriano tampoco tardó mucho tiempo en sobresalir tras recalar en las instalaciones realistas, y ya en su segundo año de juvenil formó parte del División de Honor e incluso recibió la llamada del seleccionador Santi Denia para realizar unos entrenamientos de tecnificación en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con el combinado nacional Sub 17. La pasada temporada militó en el tercer equipo txuri-urdin, en Tercera División, donde terminó por derribar la puerta. No en vano, el caso del gasteiztarra ha tenido cierta similitud con el de Ander Barrenetxea en su día, ya que debutó antes en Primera ante el Real Madrid que en Segunda B con el Sanse, donde es ahora una pieza fija para Xabi Alonso.
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Las numerosas bajas en el primer equipo llevaron a Imanol Alguacil a llamar a Urko González de Zárate, junto a otros cuatro potrillos, para el choque de Mestalla. No conforme con eso, salió de inicio por primera vez en un encuentro de la máxima élite actuando en el centro del campo, una de las varias posiciones en las que puede jugar actualmente. «A él siempre le ha gustado jugar de pivote, de mediocentro. Es donde más cómodo se siente. Hace dos o tres años en la Real veían que tenía cualidades, y viendo cómo está la situación de mediocentros le dijeron que igual había que retrasar su posición para tener un central de garantías y que pudiese sacar el balón. Ahí es cuando empezó a jugar más retrasado», explica su padre, que admite que su gran referente futbolístico siempre ha sido el futbolista del Barcelona Sergio Busquets.
Sin embargo, el que fuera técnico suyo en las categorías inferiores del Alavés recuerda que anteriormente «también ha jugado de defensa en función un poco de las necesidades del equipo», si bien personalmente «a mi siempre me ha gustado de mediocentro». «Urko te podía jugar de cualquier cosa, cuando íbamos perdiendo le ponía de delantero centro para ver si cazaba alguna», relata con una sonrisa en la cara tras disfrutar viéndole de inicio el domingo frente al Valencia. «Le condicionó la amarilla inicial, pero aprobó con creces. Siguió bastante bien las directrices de Imanol en salida de balón y sin balón estuvo apretando alto. Creo que estuvo bien para ser la primera vez que sale de titular», destaca Gaisán.
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Mikel Gaisán, Técnico en alevines e infantiles
No en vano, reconoce su padre que Urko estaba «un poco con rabia» por la tempranera amonestación a pesar de que le notó «contento» tras el encuentro. «Le vi muy bien, levantando la cabeza, pidiendo el balón... Arrugarse no se arruga, eso desde luego. Le imprime carácter».
La Real tiene bien amarrada a una de las últimas joyas que ha dado la inagotable factoría de Zubieta. La entidad guipuzcoana renovó hace dos meses el contrato del futbolista victoriano hasta el 30 de junio de 2026, apenas ocho meses después de que se le ampliase su vinculación con el club hasta 2024. Su cláusula de rescisión, además, asciende hasta los 60 millones de euros, convirtiéndose así en uno de los realistas más blindados de la plantilla. Por delante solo están Oyarzabal, Carlos Fernández, Barrenetxea, Illarramendi, Isak, Merino y Merquelanz.
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«Le veo mucho futuro en la Real. Puede aportarle muchísima versatilidad tanto en línea defensiva como en medio campo en salida de balón, en generar lo que es tan complicado que al final son pases entre líneas, progresar líneas que decimos los entrenadores. Tiene un futuro que va a llegar hasta dónde él quiera», vaticina con esperanza Mikel Gaisán. De momento, Urko González de Zárate ya ha dejado en la capital del Turia la primera impronta de lo que hace partido tras partido con el filial txuri-urdin, donde este curso ha disputado 14 encuentros, todos ellos de titular, para completar un total de 1226 minutos.
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