![Cayetano Martínez de Irujo, sobre Arbaizenea: «No he tocado absolutamente nada; la casa está intacta como ella la dejó»](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2024/11/14/arbaizena-eub.jpg)
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L. G.
Jueves, 14 de noviembre 2024, 09:36
La herencia de la Duquesa de Alba es tan vasta como su impresionante lista de títulos nobiliarios, y sus descendientes trabajan arduamente para preservar su legado. Entre los bienes más destacados se encuentran inmuebles históricos que albergan numerosas obras de arte y piezas de gran valor cultural. En San Sebastián se encuentra el palacio de Arbaizeneapropiedad de Cayetano Martínez de Irujo: «No he tocado absolutamente nada; la casa está intacta como ella la dejó», afirma el noble.
El palacio de Arbaizenea, en San Sebastián, es una residencia de verano donde la duquesa y su familia pasaron numerosas vacaciones. Recientemente, Cayetano Martínez de Irujo, el duque de Arjona, mostró el interior de esta propiedad en el programa La Otra Cara de ETB, como parte de un reportaje titulado ¿Quién vive en ese castillo?
En el programa, Cayetano compartió recuerdos de su infancia en el palacio y la estricta dedicación de su madre, Cayetana, para conservar el patrimonio. «Tenía tal obsesión por cuidar las casas y el legado que había heredado que casi no nos podíamos sentar», comentó. Aunque, según él, los niños tenían un cuarto de juegos, en el salón debían comportarse de acuerdo con las normas de la duquesa.
El duque explicó que mantiene el palacio prácticamente igual que cuando lo dejó su madre: «No he tocado absolutamente nada; la casa está intacta como ella la dejó. Lo único que hago es reformar, arreglar, restaurar.» Reconoció, sin embargo, que este mantenimiento supone un esfuerzo significativo, especialmente debido a la antigüedad de la propiedad, de unos 130 años, y a las condiciones climáticas de San Sebastián: «Está en un sitio donde llueve mucho y hay mucha humedad», explicó. «No me gusta modernizar; prefiero conservar las cosas en su estado original, dentro de lo posible», agregó, señalando los altos costos que esto implica.
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A pesar de los estrictos horarios y la «vida casi militar» que llevaban durante sus veranos en San Sebastián, Cayetano recuerda esas épocas con cariño. «Nos apagaban la luz a las ocho de la noche y no podíamos encenderla hasta las ocho de la mañana», recordó. Sin embargo, afirma que ha aprendido a ver todo eso de manera positiva, pues siempre «adoraba San Sebastián».
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