![La cerda 'Xixili', la reina de Santo Tomás en Donostia esperaba desde primera hora en la plaza de la Constitución.](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/2023/12/21/cerda-kFKE-U2101052349355iaC-758x531@Diario%20Vasco.jpg)
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Donostia se va llenando por Santo Tomás. La fiesta más que esperada cada año por donostiarras y buena parte de los guipuzcoanos, parece que no se verá empañada por la lluvia. Las ganas pueden más que cualquier contingencia climatológia. Así se está viendo desde primera hora de la mañana por los principales puntos donde por donde pasan centenares de personas cada minuto, la plaza de la Constitución. Allí se encuentra 'Xixili', la cerda que es la reina de la fiesta este año con sus más de 350 kilos y que está haciendo las delicias de los más txikis y sus familias.
«Madrugamos todos los días y hoy teníamos que venir a ver la cerda con los 'txikis'. El plan está claro, ver la cerda y comernos un talo con txistorra...o dos», explicaban a DV algunas de las familias que se acercaban ya desde las primeras horas de fiesta a la 'Consti'. «Eguna pasatzera etorri gara. Txerria ikusi, sagardoa dastatu, taloa jan...», comentaban otros. El plan parece claro y compartido y a medida que pasen las horas el centro se llenará de cuadrillas enteras con ganas de maridar txistorra con sidra o txakoli.
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Nerea, Garazi, Igor y Jon
Los más madrugadores fueron las familias, en muchos casos empujadas por las ganas de los más pequeños de la casa por disfrutar de las fiestas. «Esta mañana nos han animado a sacar los trajes de baserritarras del armario. A algunos -por los niños- les hacía más ilusión que a otros, pero había que disfrutar de la fiesta como Dios manda», apuntaban Nerea y Jon, mientras sus hijos Igor y Garazi les apuraban para acercarse a la plaza Gipuzkoa a por el primer talo del día. «Este año hemos quedado en uno o dos por cabeza como máximo. A seis euros cada uno hay que hacer presupuesto».
Eider, Martin y Laura
Eider, Martin y Laura aún no habían abierto el estómago a primera hora de la mañana y prefirieron arrancar la jornada disfrutando de los animales de Okendo. Pudieron ver a los búfalos, cabras, gallinas, alpacas, vacas, burros y otros muchas especies allí presentes. «Vivimos aquí al lado. Venir a ver los animales era un punto obligatorio en nuestra ruta. Luego nos daremos un paseo por la ciudad y acabaremos en la plaza de la Constitución para ver a 'Xixili'. Ahí cogeremos unos talos y nos daremos media vuelta. Con este tiempo tampoco apetece estar mucho en la calle», apuntan.
Donostia luce en Santo TomásVer 54 fotos
Min Su, Iiwon y Sumin
Una mezcla de emociones. Min Su, Iiwon y Sumin, aún con las mochilas puestas, acababan de aterrizar en Donostia desde Corea del Sur y se encontraron con la ciudad patas arriba. «¿Por qué hay animales en la calle? ¿Y la gente por qué viste así?» se preguntaban entre ellos sin entender qué era lo que pasaba a su alrededor. Quienes les rodeaban trataron de explicarles en qué consistía la tradición, pero en sus caras se podía ver que seguían sin entenderlo. Eso sí, en su breve estancia ya habían tenido la oportunidad de degustar el talo de txistorra. «Es raro, pero está muy rico».
Christine, Beñat y Bernardeta
Venidos desde Baiona y Anglet estos tres amigos se mimetizaron con el ambiente festivo que se respiraba en Donostia a primera hora de la mañana pese al frío y el mal tiempo. «Hace años que vinimos por primera vez y ahora se ha convertido en una tradición a la que no fallamos nunca», aseguran mientras saborean el primer talo del día, «aunque no el último, eso seguro». «Es una maravilla pasear por la ciudad, ver a la gente feliz, vestido con el traje tradicional, comer txistorra... Da igual que llueva o haga sol, es una fiesta muy bonita y hay que disfrutarla», reflexiona el trío.
Miguel Ángel, Iker, Ian e Iker
Cada uno con su txapela bien colocada, su pañuelo y su chaleco, la cuadrilla compuesta por Miguel Ángel, Iker, Ian e Iker se habían puesto como objetivo «divertirse» en un día «especial» para ellos. «O sales bien vestido o mejor no salir». El plan de este grupo de amigos estaba claro desde primera hora de la mañana: «Al mal tiempo buena cara. Nos hemos pedido fiesta en el trabajo porque no podíamos fallar a Santo Tomás. Siempre lo hacemos así. Es de las mejores fiestas del año. Nos han dicho que la sidra ayuda para entrar en calor», bromeaban entre ellos como premisa de una jornada «que va para largo».
Maia, Maite y Sonia
En un ambiente de fiesta, de celebración, también se puede aprender. Sino que les pregunten a Maia, Maite y Sonia, que no dudaron en bajar a la plaza de la Constitución a «mejorar su nivel de euskera». «Esta tarde tenemos que ir al euskaltegi y nos ha parecido una idea estupenda venir para hablar en euskera con la gente de los puestos». La lluvia no les frenó en su objetivo, pero sí influyó en la manera de vestirse. «Teníamos pensado ponernos nuestros trajes de gala pero el mal tiempo nos ha echado para atrás. Mejor ir a gusto y calentitas». Al menos no dudaron en anudarse el pañuelo al cuello.
Cristina, Virginia, Nora, Sara, Lucas, Mari Luz, Mario y Txema
Santo Tomás es sinónimo de familia. O así lo ven Cristina, Virginia, Nora. Sara, Lucas, Mari Luz, Mario y Txema. Vestidos de baserritarras corrieron a primera hora de la mañana a la plaza de la Constitución. Las pequeñas Nora y Sara venían con los deberes aprendidos de casa y querían ver a la cerda. «Se llama 'Xixili', pesa 350 kilos y ha sido criada en Aizarnazabal. Es gigante», decían después de verla ante la alegría de padres y abuelos. «Es un día precioso. Emociona verles vivir el ambiente desde pequeñitos. Son fechas para estar familia», reconocían los adultos.
Sergio, Oier y Eneko
Mientras se resguardaban del aguacero, Sergio, Oier y Eneko estaban por acabar la primera botella de sidra de la mañana. Tenían mucho que celebrar. El día de Santo Tomás es una fecha que «siempre» tienen tachada en calendario, pero este año tenía el aliciente de que Eneko, tras varios meses alejado de su gente, volvía de su Erasmus en Eslovaquia. «Aterricé ayer mismo -por este miércoles-. Tenía todo calculado para estar aquí, celebrando Santo Tomás con mi gente. Cómo me iba a perder esto», afirma sonriente mientras estiraba el brazo para que le llenaran el vaso de sidra.
A las diez de la mañana han abierto los 167 puestos gestionados por centros educativos, asociaciones y clubes deportivos repartidos por Amara Berri, Amara Zaharra, Antiguo, Gros, Parte Vieja y Centro. Además de los puestos con animales cerca del Victoria Eugenia.
Y a esa hora han empezado las múltiples actividades programadas que estrenan un concurso gastronómico de txistorra, otro de trajes de baserritarra además de los tradiciones concursos de verduras, hortalizas, miel o espantapájaros.
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