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Ocho cocinas de investigación y formación, diez laboratorios, 3800 m2 de innovación y gastronomía «por y para la ciudadanía»... Así va a ser el GOe, ... que estará listo para ser inaugurado en el verano de 2025 «si todo sigue según lo previsto». La frase es de Joxe Mari Aizega, director del Basque Culinary Center, que habló este martes en una comparecencia ante los medios de comunicación en la que dio más detalles sobre el Gastronomy Open Ecosistem.
Una de las características principales de este proyecto que ya se está construyendo en la Avenida de Navarra de Donostia, en el barrio de Gros, será la transparencia entre sus espacios, «haciendo que sea un lugar abierto, accesible y visible para todo aquel que tenga interés en nuestras actividades», explicó Peru Cañada, director general de BAT, el estudio arquitectónico que ha prestado soporte a BIG, la firma danesa que ha diseñado el edificio.
El espacio, que abrirá sus puertas en verano de 2025 en la capital del territorio, contará con ocho cocinas de investigación y formación, salas de análisis sensorial, diez laboratorios -físico-químicos y de microbiología-, un taller de creatividad, un estudio de producción audiovisual, un restaurante de experimentación y testeo, y una cantina. Además, está previsto que tenga 1.000 m2 de lugares 'co-working', aulas educativas para que niños y mayores aprendan sobre gastronomía y un auditorio para dar charlas y conferencias.
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Aizega se refirió a la «investigación, innovación, emprendimiento y formación avanzada» como los ejes clave del GOe, que es una iniciativa estratégica del BCC. El máximo responsable del BCC habló también del futuro, «puesto que es un proyecto que va a dar respuesta a los nuevos retos de la gastronomía, combinando ciencia, talento y tecnología». En ese sentido, Aizega añadió que «Donostia es, a nivel estatal, la ciudad con más empleo ligado a la I+D, mientras que Gipuzkoa ocupa también el primer puesto en cuanto a afiliados a sectores tecnológicos».
«El GOe va a ser transparente, tanto en su interior como en su exterior», detalló por su parte Cañada, y Aizega agregó que «queremos que sea un espacio polivalente y dinámico, que vaya evolucionando y cambiando con el paso de los años».
El área en el que se está construyendo el GOe comprende, según el BCC, 3.800 m2, «pero a su alrededor hay 24.000 m2 de entorno urbano con los que el Ayuntamiento de San Sebastián tiene que lanzar un proyecto de urbanización en los próximos meses», avanzaron. Asimismo, la tala de árboles que se llevó a cabo en la ladera para acometer las obras «se compensará reforestando la zona con una doble alineación de 42 árboles». Por esta razón, «se ha realizado un inventario de la vegetación inicial para plantear un proyecto que conserve dicha huella».
El edificio, tal y como indicó Cañada, «se va a integrar sostenible y armoniosamente con la vida urbana». La envolvente térmica del mismo «estará compuesta por fachadas acristaladas y cubiertas ajardinadas transitables que harán de este un lugar amable y utilizable por toda la ciudadanía».
Respecto al malestar que está generando este proyecto del Basque Culinary Center entre vecinos de los barrios de Gros y Ulia, Aizega aclaró que «nuestra intención siempre es la de informar de todo lo que hacemos, en todo momento. Vamos a escucharles siempre que quieran hablar con nosotros o quejarse de algo, y cambiaremos del proyecto lo que esté en nuestras manos. Pero esa voluntad de escuchar y de atender a los vecinos se va a mantener».
Precisamente este martes por la tarde hubo una nueva concentración de vecinos para mostrar su repulsa por un proyecto «situado en el lugar en el que debería estar el parque público de Manteo». En estos últimos meses los vecinos de la zona también han reclamado más análisis del suelo que se está levantando «porque entre los escombros podría haber restos de amianto», una sustancia cancerígena. En ese sentido, Medio Ambiente del Gobierno vasco cree «conveniente más análisis en el terreno para minimizar la preocupación ciudadana», aunque «descarta» la presencia de amianto.
Aizega, que señaló que «las obras siempre han mantenido todas las condiciones necesarias de seguridad», explicó que «el mismo diseño del GOe ya está condicionado, de origen, por la opinión de los vecinos y por su ubicación». Los arquitectos «han tenido en cuenta todo esto. Ya sabemos que no les gustamos a algunos vecinos, pero estamos trabajando para que cambien de opinión».
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