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Echar la vista atrás y visualizar el antiguo Boulevard donostiarra nos lleva, inevitablemente, a recordar también aquellos trolebuses de dos pisos que circulaban por esta vía. O a la maraña de cables que formaban parte del paisaje urbano, y que permitían el funcionamiento de estos vehículos. Y podríamos pensar en otras tantas escenas de la historia reciente de la ciudad tan íntimamente ligadas a la Compañía del Tranvía de San Sebastián. 133 años de andadura que ahora la casa de cultura de Aiete recoge en una exposición, con fotografías, anécdotas y elementos antiguos, como billetes y billeteras, letreros de las líneas o herramientas de taller.
Los más jóvenes apenas tendrán en el recuerdo aquellos autobuses blancos y azules de la marca Mercedes que en 2005 dieron paso a la estética que hoy en día conocemos, con el nombre comercial de Dbus y la ranita meridional como símbolo. Para ellos esta muestra será todo un paseo por el pasado, pero para los más mayores también es una buena ocasión para, además de ser conscientes del paso del tiempo, ver cómo la sociedad y el transporte donostiarra ha cambiado.
Hay que remontarse hasta 28 de agosto de 1886 para dar con el origen fundacional de la compañía que desde entonces ha permitido la movilidad de los donostiarras mediante la utilización de cuatro sistemas de transporte diferentes: tranvías de caballos, tranvías eléctricos, trolebuses y autobuses. Tal y como recoge la compañía a través de distintos textos, en 1887 la ciudad de Donostia contaba con 26.856 habitantes y se encontraba inmersa en un programa de expansión urbana tras el reciente (1864) derribo de las murallas. «El tranvía se convirtió en el elemento fundamental en este proceso, al reducir los tiempos de viaje en unos desplazamientos cada día más amplios», se explica. El 18 de julio de aquel 1887 el primer tranvía tirado por caballos iniciaba su andadura, haciendo su recorrido entre La Concha, la Plaza Vieja (Boulevard) y Ategorrieta.
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Diez años después, el 22 de agosto de 1897 comenzaron a circular los primeros tranvías eléctricos entre Rentería y Ategorrieta, completándose la electrificación del sistema el 22 de octubre del mismo año. Donostia se convertía de este modo en la segunda ciudad del estado en contar con tranvías eléctricos (tras Bilbao, cuya primera línea entró en servicio en 1896).
Hubo que esperar medio siglo para dar un nuevo gran salto en los sistemas de movilidad. En 1948 se procedió a la sustitución de los ya viejos tranvías de las líneas de Venta Berri e Igueldo por trolebuses eléctricos. «Resultaban en aquella época notablemente superiores a los autobuses diesel en lo que respecta a potencia, aceleración, accesibilidad y suavidad de marcha», recuerdan en la compañía. Poco a poco se fue ampliando este medio de transporte al resto de líneas. Aquel mismo año la línea de la estación del Norte fue sustituida por los primeros autobuses diesel de la ciudad.
De hecho, en la década de los 50 llegaron a convivir estos tres sistemas de transporte -tranvía, trolebús y diesel- dando servicio a las diferentes zonas. El 11 de julio de 1958 se terminó de prestar el pequeño servicio de tranvías entre las cocheras de Ategorrieta y el barrio de Herrera. Ya en los años sesenta los autobuses comenzaron a tomar el relevo de los trolebuses. «Era una época en la que no se supo valorar en su justa medida la importancia de disponer de un sistema de transporte respetuoso con el medio ambiente al carecer de emisiones contaminantes», indican desde Dbus.
Son solo algunos de los datos que uno puede recabar mientras pasea por una sala en la que se encontrará con fotografías en la que Donostia no parece la que hoy en día es. Alderdi Eder, Herrera, el paseo de La Concha, las antiguas cocheras, proyectadas en 1910 por Ramón Cortázar...
Otras curiosidades, como que en los tranvías había dos agentes: los conductores o Wattman y los cobradores. Hubo que esperar hasta 1968, con la creación de la línea Ciudad Sanitaria para inaugurar la figura del agente único: el conductor cobrador que conocemos hoy en día.
Lugar: casa de cultura de Aiete.
Fechas: hasta el 2 de noviembre.
Horarios: sábados de 10.00 a 14.00 y 16.30 a 20.00 horas. Martes a viernes solo tardes y domingos solo mañanas.
Porque el sistema de cobro también tiene su hueco en la exposición. En ella se pueden ver antiguas canceladoras de billetes, e incluso una colección de billetes y bonobuses antiguos. A más de uno todavía le chocará ver los irrisorios precios -desde la perspectiva actual, claro- en pesetas.
Pero también se produjeron cambios sociales que por aquel entonces no destacaron como lo habrían hecho hoy en día, pero que supusieron todo un punto de inflexión. Como es el caso de la incorporación de la primera mujer conductora de la empresa. Sucedió en 1981 y la pionera fue Edurne Agirretxe. Ese mismo año el Ayuntamiento municipalizó la Compañía.
Desde ese momento la historia ya empieza a sonar más cercana. La red continuó su proceso de expansión y mejora con la creación de nuevas líneas a barrios tradicionalmente desatendidos como Rekalde o Martutene, mientras que por otra parte se procedió al traspaso de las líneas de Rentería y Beraun , al exceder ambas del ámbito municipal.
La expansión de la ciudad ha ido acompañada de nuevos servicios y mejoras en infraestructuras y vehículos: las nuevas cocheras de Marrutxipi inauguradas en 2003, la adquisición en 2005 de los primeros microbuses para cubrir zonas altas de la ciudad, la incorporación en 2011 del primer autobús híbrido o en 2014 del primer autobús 100 % eléctrico.
Echar la vista atrás solo da ganas de imaginar como se verá, dentro de 133 años, la forma actual de movernos.
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Mikel Madinabeitia | San Sebastián
Mikel Madinabeitia | San Sebastián y Oihana Huércanos Pizarro (Gráficos)
Josu Zabala Barandiaran
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