
Hace dos semanas, un vídeo en el que se veía a tres jóvenes bañarse en el Pico del Loro mientras había un fuerte oleaje hizo saltar todas las alarmas y dejó ver los riesgos que corren algunos ciudadanos en las playas. Imprudencias como esta son las que el Ayuntamiento de San Sebastián está intentando prevenir gracias a un nuevo plan de riesgos y consejos de seguridad en actividades acuáticas en colaboración con Basque Water Safety.
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«La observación de un mayor número de intervenciones en el agua e informaciones de agentes como las motoras de la isla Santa Clara y los socorristas, han sido los que han revelado un incremento importante de riesgos en el mar que ha generado preocupación», explicó Jon Uranga, subinspector de Protección Civil, en una rueda de prensa celebrada ayer en la terraza del Zmare, en la playa de Zurriola.
Los rescates en las playas se han duplicado y han pasado de 49 en 2019 a 96 en 2022, según los últimos datos recogidos por el consistorio donostiarra. «Los riesgos más habituales que se corren en el agua llegan por no respetar las indicaciones y las señales que tenemos. Todo el tiempo debemos hacer frente a imprudencias y realizar rescates que podrían evitarse. Es por ello que le hemos dado mucha importancia a este plan», expresó Martín Ibabe, concejal de Seguridad, Bomberos y Protección Civil.
«Los socorristas vigilamos zonas de baño y de no baño durante el verano en San Sebastián», subrayó el jefe de Playas de San Sebastián, Eduardo Flamarique, quien también apuntó que las zonas de no baño son Sagüés, el Muelle y el Pico del Loro, el lugar donde precisamente aparecen los tres jóvenes del vídeo anteriormente mencionado. Flamarique aclaró que «el Pico del Loro es un punto negro, ya que los socorristas tienen poca visibilidad, además de ser peligroso por las rocas y si hay oleaje en esa zona el peligro aumenta. De hecho, cuando la marea está alta y las olas pegan con fuerza, izamos la bandera roja y solemos poner un socorrista en la zona. También hay personas que intentan pasar de Ondarreta a La Concha y viceversa y estos se pueden encontrar con que suba la marea de pronto y no puedan volver», recalca.
Por este motivo, la nueva campaña del Ayuntamiento también pone énfasis en la meteorología. «Hay ciudadanos que no son conscientes de lo cambiante que resulta el medio acuático, sobre todo por las circunstancias meteorológicas», afirmó Ibabe. Un problema al que piensan hacer frente con una 'app meteo' municipal que facilite información a los ciudadanos.
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Eduardo Flamarique
Jefe de Playas
El estado de la mar o del viento pudo ser relevante en ocho casos de rescate con condiciones con oleaje superior a 1,5 metros de altura, mientras que otros dos de ellos se dieron en condiciones duras de oleaje superior a los 2,5 metros. Según señalaron, este escenario es lo suficientemente complejo para que una persona entrenada, surfista o bañista, pueda tener ciertos problemas si no está en el lugar acorde a su nivel, por lo que también advirtieron de los riesgos a la hora de practicar deportes acuáticos.
Datos obtenidos por el Ayuntamiento precisan que la mayor incidencia de los rescates durante el año 2022 tuvieron lugar en la playa de Zurriola, seguida por la zona de la desembocadura del río Urumea y la playa de La Concha.
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Martín Ibabe
Concejal de Seguridad
Otra de las tragedias que «desafortunadamente» ocurren todos los veranos, son las lesiones medulares por malas zambullidas, según cuenta Nicolás Samprón, neurocirujano de Policlínica Gipuzkoa, quien afirma que «todos los años» recibe pacientes con alguna lesión por esta causa. El último caso en Donostia fue el de un joven turista de 18 años que resultó herido grave tras recibir el impacto de una ola en la orilla y golpearse la cabeza contra la arena en la playa de Ondarreta en agosto del año pasado.
Según Samprón, el perfil de quienes se lesionan tras lanzarse al agua de cabeza «es el de chavales jóvenes que saben nadar y que generalmente conocen la zona, pero que se confían sobre la profundidad. Son más hombres que mujeres los que sufren este tipo de percances y la cifra siempre aumenta durante la época estival», detalla.
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La recomendación general del médico es no tirarse al agua desde una altura en la que no se vea el fondo ni la profundidad. «Primero se debería comprobar cuánto cubre la zona y ver qué hay en el fondo», explica, al tiempo que advierte que, ante cualquier tipo de duda, es mejor no tirarse de cabeza. «Si la persona se tira de pie, se puede romper un tobillo o la pierna, pero no la columna. El peligro de las olas y el impacto con la cabeza en la arena también puede tener el mismo desenlace que si saltas de cabeza desde una altura», apunta el neurocirujano.
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En el caso de llevar a cabo rescates en la playa, Flamarique destaca que los socorristas «siempre utilizan una camilla con tablero espinal para trasladar al paciente, un tipo de camilla plana y rígida cuya función principal es inmovilizar al accidentado por si puede tener un traumatismo o algún otro tipo de lesión en la columna vertebral», concluye.
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