Fue vulnerable, dejó que el rival creciera

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Segunda División

Pesadilla antes del pitido final

Letizia Gómez

El Eibar salió con una marcha más en los primeros compases, siendo superior, pero poco a poco fue a menos, entró en un proceso de retroceso porque el rival fue imponiéndose ante la escasa capacidad de respuesta eibarresa. Garitano dijo antes de partir a Cartagena que era muy importante, «ponerse por delante», añadiendo que «llevamos dos años que cuando nos ponemos por delante somos un muy buen equipo, muy difícil de remontar». Pero sus palabras no tuvieron eco alguno. El Eibar no tuvo regularidad. Su gran virtud fue aprovechar el gol logrado por Rahmani, que llegó por un error grosero del portero Aaron a la hora de dar salida al balón. La presión alta de Blanco Leschuk provocó que el guardameta cartagenero no acertara en su decisión. Es el tercer gol que marca el Eibar lejos de Ipurua con origen en la presión alta: en Málaga, Las Palmas y este domingo en Cartagena. Los partidos son largos, cada vez más, y mantener el tono es realmente una tarea complicada, pero tratándose de un candidato en la lucha por el ascenso no puede permitirse el menor error. A la espera de lo que haga hoy el Andorra, se coloca en la sexta posición y sigue manteniendo el margen de maniobra para estar en la lucha por ascender en una temporada en la que la igualdad es máxima.