![«Por mi hijo ya no puedo hacer nada, pero no quiero que nadie más muera en la N-121-A»](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202001/17/media/cortadas/acciden-kEfF-U9012641961109XC-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
![«Por mi hijo ya no puedo hacer nada, pero no quiero que nadie más muera en la N-121-A»](https://s1.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/202001/17/media/cortadas/acciden-kEfF-U9012641961109XC-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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Hace justo una semana, el sábado día 11 sobre las 20.00 horas, se producía un accidente múltiple en la carretera N-121-A que une Behobia y Pamplona en el que perdían la vida dos jóvenes de 19 y 21 años. El donostiarra Mikel Manzano ... escuchó la noticia y se revolvió, indignado porque hubiera nuevas víctimas en la vía por la que tantas veces circulan él y su familia. En ese momento no sabía que uno de los fallecidos era su hijo. Ahora él y su familia se han movilizado para exigir medidas inmediatas que den solución a la elevada siniestralidad que se registra cada año en esta vía, «porque por mi hijo ya no puedo hacer nada, pero no quiero que nadie más muera en la N-121-A».
Fue hace dos días, cuando Mikel escuchaba la radio, cuando decidió que la muerte de su hijo, que lleva su mismo nombre, no podía ser en vano. «Estaba oyendo comentarios sobre que Margallo se había quedado dormido en el Parlamento y me parecieron tonterías. Y pensé, ¿qué pasa con lo importante, que hay gente muriendo al lado nuestro y no hacemos nada?», señala. Apoyado por su mujer, Arantza Altuna, y por su hija Naiara, comenzaron a enviar un mensaje por Whatsapp en el que anunciaban que iniciaban una lucha para que su hijo Mikel y su amigo Xabier fueran los últimos en morir en la carretera navarra. Asimismo pedían la ayuda de la ciudadanía, y señalaban que habían remitido un escrito a los ayuntamientos de la zona. «La fase de frustración la pasamos en cuanto dimos el último adiós a Mikel; ahora estamos en la fase de pelear».
El objetivo de esta familia es que «a otras personas no les pase lo que a nosotros». Su hijo Mikel, de 21 años, viajaba con dos amigos en su coche transportando el turismo nuevo que había adquirido uno de ellos cuando sufrieron un accidente en el que se vieron implicados cinco vehículos. Solo sobrevivió uno de los tres jóvenes, de 25 años, que si bien fue trasladado al Hospital, ya se encuentra recuperado y en casa.
Los Manzano Altuna aseguran que son innumerables las veces que han hablado de la peligrosidad de la N-121-A, que la gente que vive en su entorno «lo sabe y lo viene denunciando, pero nadie hace nada». Mikel conocía de sobra la carretera, ya que en la actualidad vivía en Lesaka con su novia y todos los días acudía a su trabajo en una empresa de Oiartzun y después a estudiar al instituto Don Bosco, en Errenteria. El principal problema, aseguran, es que la vía, una nacional de dos carriles de doble sentido, «soporta mucho más tráfico del que debería» por sus características. Y en esa densidad de vehículos, los camiones que provienen de todas partes de Europa representan una parte importante.
La familia se apresura a aclarar que «los camioneros no tienen la culpa de todos los accidentes que ocurren» en la N-121-A, pero aseguran que su presencia provoca que el resto de vehículos circulen «tensionados, porque en algunas curvas parece que se te vienen encima». «Pero a nadie se le escapa que el hecho de que cada día pasen unos 3.000 camiones es una barbaridad para esta carretera, no está preparada para soportar tanto tráfico», denuncian.
Tras el accidente mortal, a lo largo de la semana el debate respecto a las soluciones para reducir la siniestralidad en esta vía han llegado hasta el Parlamento navarro. No obstante, la familia del joven donostiarra no quiere oír hablar de soluciones a largo plazo que tardarán años en materializarse. «¿Qué pasa si este fin de semana muere alguien más? Nos parecería algo terrible», aseguran.
31 personas han perdido la vida en la nacional navarra en los últimos diez años, y desde 2017 15 personas han muerto en la vía; los últimos, Mikel y su amigo Xabier.
345 accidentes se han registrado en la carretera en los tres últimos años, según la Policía Foral. Los 11,3 primeros kilómetros desde Pamplona son los de mayor siniestralidad
Por eso proponen una medida que consideran «sencilla y barata», y que creen contribuiría a reducir la peligrosidad de forma inmediata, «mientras se piensa con calma en una solución duradera y eficaz». «Cuando se realizaron las obras del túnel de Belate se colocaron unos carteles, uno en Pamplona y otro en Behobia, que indicaban que los camiones solo podían circular en días alternos, unos días aquellos con matrícula par y otros los que tuvieran impar», relatan los Manzano Altuna, que solicitan que se vuelva a aplicar esta medida «aunque sea de prueba, durante unos meses».
La familia asegura que durante el tiempo que duraron las obras de Belate, con la menor afluencia de camiones, «se notó mucha diferencia y bajaron mucho los accidentes». Son conscientes de que tomar medidas de este tipo «no es algo sencillo, pero algo hay que hacer. Ahora ha muerto nuestro hijo, pero mañana podría ser el de cualquier otro». Y hacen un llamamiento al Gobierno de Navarra para que la decisión no se base en su capacidad presupuestaria. «Cambiaríamos todo el dinero que tenemos por tener a nuestro hijo aquí. Que ellos hagan los mismo para evitar más muertes».
Los Manzano Altuna quieren que sus reclamaciones lleguen a los despachos donde se discute el futuro de la N-121-A. El próximo martes se reunirán con el Defensor del Pueblo de Navarra, y esperan que alguno de los ayuntamientos de la comarca de Baztan-Bortziriak responda al escrito que les remitieron. «La verdad es que esperábamos algo más de implicación y por el momento no la hemos visto, lo que nos ha desilusionado», reconocen.
La polémica por la accidentalidad que registra la N-121-A no es nueva. Los vecinos de la zona llevan años pidiendo soluciones y manifestándose para reclamar la seguridad como prioridad en la vía. Según datos de la Policía Foral de Navarra, en los últimos diez años 31 personas han muerto en esta carretera. En los tres últimos años se han registrado un total de 345 accidentes, en los que han fallecido 15 personas, incluidos Mikel y su amigo Xabier.
El Parlamento de Navarra ha discutido esta semana acerca de las posibles soluciones a aplicar en esta vía. El Gobierno defiende una vía de 2+1, que tendrá tres carriles en los que el central se alternará por tramos para el adelantamiento en una u otra dirección y que en buena parte de su recorrido constará con una barrera de separación, mientras la oposición aboga por convertirla en autovía. La medida del 2+1 está en proceso de ejecución, aunque los alcaldes de la comarca no la ven con buenos ojos, ya que afirman que muchos tramos «seguirían siendo peligrosos». Juankar Unanua, alcalde de Igantzi, el pueblo del joven de 19 años que murió el pasado sábado, recuerda en este sentido que «mientras jugamos a la política la gente se nos queda en la carretera».
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