Vanesa y Josune Huerta, paseando en Donostia. José Mari López
Educación

Familias vascas de jóvenes con autismo revelan «carencias» en la educación sexual de sus hijos

Una «magistral» tesis doctoral presentada en la UPV/EHU pone de relieve las trabas que tienen para recibir una «formación digna y adecuada»

Eneko P. Carrasco

San Sebastián

Viernes, 27 de septiembre 2024, 06:28

«Carencias, dificultades y necesidades». Es lo que revela sobre la gestión de la educación sexual que reciben los jóvenes con autismo en Euskadi una «magistral» tesis doctoral presentada recientemente en la UPV/EHU, obra de la profesora Vanesa Lancha (Donostia, 1992). El trabajo, que ... ha sido calificado como 'Cum laude' por el tribunal evaluador y se ha sustentado en entrevistas con más de 400 personas, entre las que se encuentran familiares de personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), profesores y asociaciones específicas, aborda una problemática «real y como nunca antes se había hecho a nivel estatal», subrayan desde la institución académica vasca.

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Como derecho universal que es, la educación sexual debe poder traspasar todas las fronteras, pero la realidad sociocultural de nuestro tiempo dice que este es un anhelo que está lejos de hacerse realidad, aseguran los expertos. Hay colectivos a los que, por diversas razones, se les ponen trabas para acceder a este conocimiento. Uno de ellos es el de las personas con TEA, quienes vienen reclamando desde hace tiempo una «mayor atención» por parte de las administraciones «porque necesitan un correcto desarrollo de su sexualidad».

En este sentido, Lancha se muestra «esperanzada» en que este extenso análisis de 900 páginas -y para el que dedicó más de cuatro años de trabajo- «dé sus frutos en el futuro y ayude a las administraciones». Por poner en contexto la situación, se estima que solo en Euskadi hay unas 13.000 personas con TEA y un total de 50.000 afectados -contando familiares-.

«Habría que ampliar la exigencia y la precisión en la educación sexual de las personas con TEA y promover la inclusión»

Vanesa Lancha

Autora de la tesis doctoral

El desarrollo de la sexualidad es un «desafío» para las personas con TEA «debido a su condición compleja y variada y a las barreras institucionales y sociales a las que se enfrentan», apunta esta donostiarra, quien también agrega que «en este colectivo se identifican limitaciones en áreas como la comunicación, el conocimiento y las habilidades sociales, especialmente notables en el grado III (el más severo)».

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Esta realidad, la de estos jóvenes que no reciben una educación sexual «adecuada», lleva a la «necesidad» de una formación temprana y completa, «porque la ausencia de esta puede tener consecuencias negativas en su salud, bienestar y calidad de vida». Entre las razones que «dificultan» esa correcta formación entre los adolescentes con TEA se encuentran «las influencias religiosas, culturales, políticas y sociales, por un lado; y por otro, la vergüenza que viene originada por la falta de confianza y de formación de familias, profesionales de la educación y la sociedad, en general».

Retos y desafíos

Uno de los grandes problemas derivados de esta educación sexual «inadecuada», según se puede leer en la tesis de Vanesa Lancha, son «los sentimientos negativos sobre su sexualidad, y las dificultades que eso genera en su maduración socioemocional en comparación con la población general». Este cóctel compuesto de las trabas administrativas y las complicaciones en el área socioemocional puede terminar «en sentimientos de soledad y exclusión social», un estigma que históricamente ha acompañado a las personas con TEA, las cuales suelen tener «menos experiencias afectivas, sociales y sexuales, más conductas socialmente inadecuadas y mayor riesgo de coerción y abuso sexual», por sus dificultades en el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas, destaca Lancha.

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El control de las emociones, cuenta esta profesora de la UPV con una amplia experiencia también trabajando en Gautena, «es también educación sexual, sin lugar a dudas. Más allá de aprender cosas sobre los órganos reproductores o las enfermedades de transmisión sexual, etc. Saber llevar un enfado, una decepción o un disgusto también es fundamental y está relacionado con la sexualidad». De este modo, y con el claro objetivo de proporcionar «una formación adecuada» sobre educación sexual para las personas con TEA, la tesis doctoral de Vanesa Lancha propone una serie de «retos que pueden ayudar a superar los problemas y las carencias existentes, haciendo partícipe a toda la comunidad educativa, incluidos los agentes gubernamentales».

«Los pensamientos negativos hacia su sexualidad derivan en sentimientos de soledad y exclusión social»

Vanesa Lancha

Autora de la tesis doctoral

Entre esos desafíos, los más relevantes implicarían «ampliar la exigencia y la precisión en la legislación sobre la educación sexual de las personas con TEA y articular la diversidad funcional y la sexualidad. Establecer un marco de políticas y protocolos comunes, desarrollando normativas educativas inclusivas desde Infantil hasta Secundaria para implementar contenidos sobre sexualidad o, igualmente, plantear una reforma curricular en los centros educativos para integrar la educación sexual de manera explícita en todos los niveles educativos, asegurando su inclusión en la normativa interna de los centros educativos, lo que supondría que el colegio debería planificar y ejecutar programas y proyectos relacionados con el tema».

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Otro de los puntos que más interés puede suscitar entre las familias de este colectivo, es el de la asistencia sexual, profesión que se pide que «quede, por fin, legalizada, instando a la ONU y al Gobierno de España a tomar medidas para definir sus funciones, establecer programas de formación y otorgar certificados profesionales, al igual que se ha hecho en otros países, donde se considera esta profesión como un servicio prioritario de salud y cuidado».

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