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La limpieza en el hogar es clave para el bienestar de toda la familia y un elemento clave para ello son las toallas. En medio de debates sobre cuándo reemplazar el cepillo de dientes o limpiar el baño, la importancia de lavarlas a menudo pasa desapercibida. Sin embargo, el cuidado adecuado de las toallas es crucial debido a que, al secarnos, estas se humedecen, creando un ambiente ideal para la proliferación de bacterias. Una toalla de baño común puede albergar levaduras, moho y E. coli sin que nos demos cuenta.
Según un estudio de Consumer Reports, la revista de la Unión de Consumidores estadounidense, una toalla puede utilizarse tres o cuatro veces antes de necesitar lavado, siempre y cuando sea en condiciones normales. Es importante destacar que esta frecuencia se refiere a «veces» de uso, no a días. En familias numerosas, donde varios miembros comparten la misma toalla de mano, es necesario lavarla después del tercer o cuarto uso.
Además, según destacan los autores del informe, el estado de salud de la persona influye en la frecuencia de lavado, es decir, si alguien está enfermo, la toalla debe lavarse tras un solo uso. Durante el invierno por ejemplo, con la gripe acechando en los hogares, es recomendable que cada miembro de la familia utilice su propia toalla, incluso sin síntomas, para evitar la propagación de gérmenes.
La forma en que se secan las toallas también afecta la rapidez con la que crecen las bacterias. Las toallas húmedas dejadas en el suelo, sin circulación de aire, son un caldo de cultivo para las bacterias. Para prolongar su vida útil, se sugiere colocarlas en un toallero, sobre todo si es calefactado. También es beneficioso abrir una ventana o encender un ventilador para reducir la humedad en la estancia.
En cuanto a la temperatura ideal para el lavado, el departamento de control de infecciones del Hospital Regional de Mid-Western de Ennis, Irlanda, recomienda en otro estudio utilizar agua a 60º C o más para eliminar las bacterias. Si tu lavadora tiene un ciclo de «higienización», es el momento de usarlo. De no ser así, considera subir la temperatura del calentador de agua al lavar este tipo de carga.
Lava las toallas con frecuencia
Usa las toallas un máximo de tres o cuatro veces
Seca las toallas totalmente
Lava las toallas con agua caliente
Lava las toallas después de un solo uso si estás enfermo
Por último, evita el uso de suavizante de telas, ya que deja residuos en las toallas que reducen su capacidad de absorción.
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