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AIENDE S. JIMÉNEZ
SAN SEBASTIÁN.
Miércoles, 25 de octubre 2017, 12:01
Es algo común, casi asumido por todos, que si uno va al médico de cabecera rara vez pasará a la consulta en el horario que marca su cita. La atención primaria registra retrasos a diario que desesperan tanto a pacientes como a los propios médicos, que denuncian que les falta tiempo para poder desarrollar su trabajo con garantías. Una situación que achacan a una serie de factores como la mala organización, la falta de médicos o el exceso de papeleo.
Un nutrido grupo de profesionales vascos ha decidido poner en común esta y otras demandas con el objetivo de poder mejorar sus condiciones laborales y optimizar el sistema de atención primaria en Euskadi. Son ya más de 260 médicos de familia y pediatras, la mayoría guipuzcoanos, los que se han sumado a 'Lehen Arreta Arnasberritzen / Reanimando la Atención Primaria', un foro de debate en el que ponen en común situaciones del día a día con el fin de realizar propuestas para conseguir «una atención primaria que sea más eficiente» y para «devolver la dignidad a los profesionales que trabajamos en ella».
10 minutos es el tiempo que tienen los médicos de atención primaria para atender a cada paciente, aunque aseguran que en algunos casos solo les dedican entre 5 y 7 minutos. Un hecho que consideran «peligroso», ya que algunos cuadros médicos exigen más tiempo de consulta para ser diagnosticados.
Falta de tiempo Atienden a unos 40 pacientes al día, además de las consultas telefónicas y las que realizan a domicilio
Pocos médicos Denuncian la falta de profesionales y la insuficiente sustitución en los centros de salud
Burocracia Creen que el exceso de papeleo es «una lacra» y piden que se elimine de manera «radical»
La especialidad Cada vez menos médicos se incorporan a la atención primaria por considerarla «poco atractiva»
Reclamación Plantean a Salud mejoras en sus condiciones de trabajo y en la atención al paciente
El tiempo es, tal y como aseguran, la «principal tecnología» con la que cuentan los médicos de familia y pediatras que trabajan en atención primaria. «Nuestra jornada empieza a las 8.00 de la mañana y termina a las 15.00 de la tarde. Se supone que entre las 8.30 y las 13.30 pasamos consulta y que diariamente atendemos a unos 25-30 pacientes de nuestro cupo», relatan fuentes de este grupo de médicos consultadas por este periódico. «Pero la realidad es que tenemos que atender a pacientes de otros médicos porque no han sido sustituidos en sus vacaciones o porque están de baja laboral, y al final pasamos consulta a unos 40 pacientes al día», afirman. En ese espacio, además, deben atender varias consultas telefónicas, y en algunos casos acudir a alguna asistencia domiciliaria urgente. «Cada paciente tiene asignados 10 minutos para ser atendido, pero en algunos casos se les dedica entre 5 o 7 minutos», reconocen los profesionales. Algo que, advierten, es «peligroso» tanto para los médicos como para los pacientes. «Hay cuadros más complicados que necesitan quizás de 20 o 30 minutos de consulta, y si no podemos dedicárselos estamos poniendo en riesgo la salud de la persona enferma».
Esa sobrecarga de trabajo se traduce en retrasos que en algunos casos superan la hora y media de espera. «No olvidemos que entre las 13.30 y las 15.00 acudimos a consultas a domicilio de personas que no se pueden desplazar, y a las que también llegamos tarde, por lo que nuestra jornada siempre se retrasa y alarga», señalan. Esto genera en los médicos una situación de estrés que acaba minando su ánimo y que afecta directamente a su forma de trabajar. «Nuestra capacidad no es la misma si estamos frescos y motivados que si estamos cansados y cabreados», afirman
La falta de tiempo no es la única demanda que realiza este colectivo. Asegura que la situación de saturación en las consultas es consecuencia «de la falta de profesionales y de la insuficiente sustitución que se da en los centros de salud, de la mala organización por falta de autonomía en la gestión del tiempo propio, de la burocracia absurda que nadie sabe o quiere eliminar, o del mal uso de los servicios sanitarios por parte de algunos pacientes».
Los médicos de familia aseguran que el papeleo es para ellos «una auténtica lacra», y reclaman una «desburocratización radical» de la atención sanitaria. «Nos vemos atrapados en la redacción de informes de dependencia para la Diputación o el Ayuntamiento, en bajas laborales admitidas por otro profesional... En algunas ocasiones hacemos hasta de secretarios y tenemos que telefonear a los pacientes para comunicarles las decisiones de su especialista», denuncian.
Una relación, la del médico de familia y la del especialista, que también sale a relucir entre las quejas de este colectivo. «Hay muy poco diálogo y no se tiene en cuenta nuestra opinión», denuncian los médicos de cabecera, que reclaman «una verdadera integración asistencial» entre la atención primaria y el resto de especialistas que incluya «el respeto entre profesionales, el abordaje conjunto de los problemas clínicos compartidos, el establecimiento consensuado de las actuaciones y flujo de pacientes, la elección consensuada de canales de comunicación, incluidas las consultas no presenciales bidireccionales».
Este grupo se creó en el mes de septiembre, en un principio integrado por algo más de 100 médicos de familia y pediatras, que a través de un foro virtual ponían en común y debatían sobre la situación de la atención primaria en Euskadi. Con el paso de las semanas ese número ha aumentado hasta llegar a los 260 profesionales, que ya han celebrado dos reuniones presenciales para organizarse y poner sobre un papel todas las propuestas con las que, a su juicio, se «conseguiría un sistema más eficiente, que devolvería la dignidad a los profesionales que trabajamos en ella».
Un documento que se ratificó ayer en su última reunión y que en los próximos días harán llegar a la dirección de Osakidetza. «Lo que queremos es que nos escuchen, que nos tengan en cuenta», ya que consideran que «la situación de la atención primaria es mala y no se le está dando ninguna importancia desde los estamentos políticos».
El problema, además, les preocupa porque, en su opinión, cada vez hay menos médicos que quieran dedicarse a la medicina familiar «por no considerarla atractiva». «Tenemos un doble problema. Por un lado los médicos jóvenes no se quieren dedicar a la atención primaria por la precariedad laboral en la que trabaja nuestro colectivo, y por otro no hay tutores suficientes que quieran formar a residentes en medicina familiar, porque no quieren dedicar al trabajo más tiempo del que ya invierten». Asimismo, denuncian que en la Universidad del País Vasco la Facultad de Medicina no cuenta con una asignatura dedicada íntegramente a la medicina general, como sí ocurre en otros centros.
La mayoría de los profesionales que integran este foro son guipuzcoanos, aunque esperan que esta iniciativa se vaya extendiendo también en Bizkaia y Álava y que cada vez sean más los médicos que lo integren. «Queremos unirnos, cuantos más mejor, para tener la mayor fuerza posible», afirman.
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