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Javier Pío
San Sebastián
Viernes, 5 de julio 2024, 02:00
El sonido del cohete desatará la fiesta este sábado a mediodía en Pamplona. Todas las miradas estarán pendientes de una mecha y de las frases ... que dan inicio a nueve días en los que aburrirse parece imposible. Tras el 'Gora San Fermín', la capital navarra se convierte en el epicentro de los toros, la música y la gente, mucha gente. A las tradicionales citas de encierros, peñas o corridas, las fiestas más populares del mundo abarcan numerosos planes, algunos célebres y otros más desconocidos.
Aunque la gran mayoría de la gente piensa que las fiestas empiezan con el lanzamiento del chupinazo a mediodía, la realidad es que las celebraciones comienzan desde primera hora de la mañana con los tradicionales almuerzos de San Fermín. Las cuadrillas se juntan horas antes del lanzamiento del cohete para coger fuerzas con un buen plato de huevos, jamón, txistorra y patatas. Conseguir reserva en alguno de los bares del centro esa mañana es prácticamente imposible y debe planearse con meses de antelación, por eso muchos optan por sacar las mesas y sillas a la calle y montarse su propio almuerzo. El pañuelo no debe llevarse en el cuello hasta después del chupinazo. Antes de ese momento, la mayoría optan por llevarlo anudado en la muñeca. Tras el chupinazo, es el turno de los gaiteros y la banda La Pamplonesa, que amenizan los primeros minutos después del gran estallido festivo. A las seis de la tarde, se celebra el 'riau-riau' popular, una marcha promovida por la peña Mutilzarra que acompaña a La Pamplonesa desde el Ayuntamiento hasta la iglesia de San Lorenzo al ritmo del 'Vals de Astrain'.
A pesar de que las celebraciones empiezan oficialmente el día seis, San Fermín, el patrón de las fiestas de Pamplona, es el siete. Para sorpresa de muchos, en la capital navarra no hay ni una sola iglesia dedicada al santo, por lo que su imagen descansa en una capilla con su nombre dentro de la iglesia de San Lorenzo. Desde ahí, la figura sale en procesión cada siete de julio junto al Cuerpo de Ciudad de Pamplona, una corporación municipal formada por el alcalde y los concejales vestidos de gala. A la comitiva le acompañan los gigantes y cabezudos, dantzaris, txistularis y la banda La Pamplonesa. Desde la iglesia de San Lorenzo se dirigen a la Catedral a recoger al cabildo de la ciudad, atravesando la calle Mayor, la plaza del Ayuntamiento, la calle Mercaderes y la calle Curia.
Los toros son los innegables protagonistas de los Sanfermines, lo que convierte los corrales del Gas en una visita obligatoria para los amantes de la tauromaquia. En estos establos, ubicados extramuros de la ciudad, se encuentran los astados de las ganaderías que correrán los encierros y participarán en las corridas por la tarde. La entrada a los corrales cuesta 3,5€ y es gratuita para los menores de doce años, siempre y cuando el equipo veterinario considere que los astados están en condiciones óptimas y pueden recibir visitas. Los toros que van a correr el encierro son trasladados desde los corrales del Gas hasta los corrales de Santo Domingo en el conocido como 'encierrillo', una carrera que se desarrolla en absoluto silencio, sin corredores y con un público muy limitado. Para conseguir entradas hay que participar en un sorteo que realiza el Ayuntamiento de Pamplona en las semanas previas a los Sanfermines. Además, todas las tardes, la plaza de toros Monumental de Pamplona acoge la feria del toro, que congrega a los mejores toreros y rejoneadores del panorama nacional e internacional.
Si hay un sonido tradicional en Navarra es el de la jota, por eso el día nueve se celebra el día de la jota en Pamplona. Para celebrarlo, la asociación Navarjota realiza una ronda jotera en la plaza Consistorial y el espacio 'Suena a jota' acoge un ciclo de actuaciones que ese día corren a cargo de la asociación de Mujeres con Discapacidad de Navarra. Si después de eso siguen con ganas de música, no se pueden perder la divertida salida de las peñas de la plaza de toros Monumental de Pamplona tras la corrida.
Si lo que le interesa es la noche, entonces no se pueden perder el toro de fuego: un particular encierro que tiene lugar en la cuesta de Santo Domingo a las diez de la noche y que consiste en una estructura en forma de toro, portada por un mozo, que dispara cohetes, bengalas y chispas a los corredores, que son en su mayoría niños y jóvenes que buscan sentir la adrenalina del encierro de manera adaptada y con mucho menos riesgo. Después, cada noche el cielo pamplonés se tiñe de colores durante el espectáculo de fuegos artificiales. Además, la plaza del Castillo acoge grandes conciertos como el Drogas o Zetak.
La mejor fiesta durante los Sanfermines está en la calle. El ambiente festivo está presente en cada rincón de la ciudad las 24 horas del día. Los grandes animadores de este ambiente son las charangas y pasacalles. El Ayuntamiento y las peñas y asociaciones de la ciudad contratan estas orquestas que recorren las calles de la ciudad prácticamente a todas horas. Sus horarios son orientativos debido al auténtico caos de la ciudad durante las fiestas. Por eso, la mejor opción es salir a buscarlas a la calle.
Los más pequeños también tienen su hueco en estas fiestas. Los gigantes y cabezudos de la ciudad recorren las calles de la parte vieja cada mañana bailando al ritmo de los txistularis que les acompañan. Además, el día doce hay un encierro txiki en la cuesta de Santo Domingo con toros sobre ruedas. Durante todos los días de fiestas, los hinchables y talleres llenan la plaza de la Libertad en la zona infantil de Sanfermines, mientras que los DJ y juegos de agua ofrecen un espacio divertido y seguro para los jóvenes en la plaza de los Fueros.
A pesar de ser unas fiestas populares, los Sanfermines también tienen su lado más exclusivo, como el tradicional 'Baile de la Alpargata'. La celebración, que empieza todos los días después del encierro en el nuevo casino Principal, reúne a decenas de pamploneses que bailan mientras desayunan chocolate con churros en una exclusiva fiesta para la que hace falta invitación.
El último día de Sanfermines es el más emotivo para muchos pamploneses, que ya sienten el final de las fiestas a la vuelta de la esquina. El culmen de esta emoción es el 'Pobre de mí', que se celebra a medianoche en la plaza Consistorial de Pamplona al que los asistentes llevan velas creando una preciosa estampa en las calles de la ciudad. El multitudinario acto cuenta con un concierto de La Pamplonesa en el que se interpretan las canciones más típicas de las fiestas de San Fermín y un pregón del alcalde para despedir los pañuelos rojos hasta el año siguiente. La celebración termina con el lanzamiento de un cohete y un espectáculo de fuegos artificiales. Al igual que antes del chupinazo inicial, tras el 'Pobre de mí' los pañuelos no deben llevarse en el cuello como símbolo de que ya han terminado las fiestas de San Fermín.
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