Una profesora, cuestionada por corregir con rojo: «Estamos llegando a unos niveles...»

Los exámenes en colegios e institutos son una de las herramientas clave para que los docentes evalúen el nivel de aprendizaje de sus alumnos y comprueben la asimilación de los conocimientos impartidos. Además, suponen un incentivo para que los estudiantes repasen y refuercen lo aprendido. Tradicionalmente, los errores en las pruebas se han señalado con tinta roja, una práctica ampliamente extendida en el sistema educativo.

Sin embargo, esta costumbre ha generado controversia en redes sociales a raíz de una publicación de Laura Gómez, conocida en plataformas digitales como Lauri Math Teacher. La docente compartió en sus historias una imagen de un bolígrafo rojo junto al mensaje: «A corregir». Lo que parecía un gesto inofensivo desató una ola de críticas.

«No fue un mensaje ni dos ni tres, fueron varios, que es lo que me preocupó», explicó Gómez tras recibir comentarios que cuestionaban el uso del rojo en las correcciones. Los detractores argumentaban que este color podría afectar la autoestima de los alumnos. «No utilices el rojo, estás dañando la autoestima de los estudiantes», «el rojo es un color súper agresivo para corregir», fueron algunas de las opiniones que recibió.

Ante la situación, la profesora defendió su postura y abrió un debate sobre la percepción de los colores en el ámbito educativo. «Toda la vida lo que está mal se ha puesto en rojo y no ha pasado nada», subrayó, expresando su preocupación por lo que considera una «burbuja de sobreprotección». Según su experiencia, «estamos llegando a unos niveles preocupantes».

Para esclarecer la situación, Gómez decidió preguntar directamente a sus alumnos si les incomodaba que sus exámenes fueran corregidos en rojo. «Se han reído en mi cara», reveló, concluyendo que «somos los adultos los que les trastornamos la cabeza, porque a ellos no les pasa nada».

Pese a la controversia, la profesora optó por responder con humor. «Me voy a comprar bolígrafos en tonos pastel y con purpurina para que ellos elijan con qué color quieren ser corregidos», ironizó. Su respuesta ha generado una oleada de apoyo en redes, donde muchos usuarios coinciden con su postura.

«Lo que estaba mal se ponía en rojo y aquí estamos, sin ningún trauma», comentó una usuaria, mientras que otro destacó la importancia de enseñar a los jóvenes a «sobrellevar la frustración». También hubo quienes llevaron la discusión al absurdo, sugiriendo que los semáforos se cambien a colores pastel o que los suspensos se marquen en verde, «porque es el color de la esperanza».