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Este sábado se cumple un mes desde que Euskadi adoptó las nuevas restricciones para frenar la ola de ómicron, que entraron en vigor el 29 de diciembre. Treinta días después de que la variante sudafricana dejara sin navidades a miles de vascos, las muertes ... de personas con coronavirus se han triplicado y el número de hospitalizados se ha doblado. Parece que ya se ha superado el pico de contagios. Los nuevos positivos se han estabilizado, en parte por las medidas sanitarias aplicadas desde hace un mes, pero la mayoría de indicadores, no obstante, muestran peores cifras que hace un mes. En este contexto, el Consejo Asesor del Plan de Protección Civil (LABI) se reúne mañana para decidir si mantener o reducir las restricciones actuales, que expiran ese día.
Convocado por el lehendakari Iñigo Urkullu, el LABI deberá pronunciarse sobre las medidas actuales. Pese a que las muestras de retroceso de esta sexta ola son lentas, Euskadi cada vez suma menos positivos. Con los contagios a la baja y el índice reproductivo R0 por debajo de cero –0,78–, el LABI tiene que tomar ahora una decisión sobre el horario de cierre de la hostelería, el consumo en barra o los aforos en estos locales, entre otras cosas. ¿Entonces, ha llegado ya el momento de relajar las limitaciones que, aunque de una forma intermitente y variable, llevan activas desde hace más de un año? Navarra, que ha llevado una estrategia similar a la vasca durante toda la pandemia, anunció ayer que prorrogará hasta el 14 de febrero sus restricciones, que expiraban el lunes.
Los datos epidemiológicos en Euskadi, en cualquier caso, son diversos y dan pie a diferentes escenarios. Desde la indiscutible reducción de nuevos casos al aumento de muertes, que han crecido en más de un 200%. Sea como fuere, la curva de contagios habla por sí sola. Si en la semana del 20 al 26 de diciembre Euskadi sumó 30.753 positivos, del 17 al 23 de este mes el número de nuevos infectados registados ha sido 34.824. No obstante, en ese periodo de tiempo los contagios han llegado a 80.955 en siete días, del 30 de diciembre al 5 de enero, según los boletines epidemiológicos semanales del Departamento vasco de Salud, lo que significa que la curva ya está en proceso de descenso. En apenas tres semanas, los casos diagnosticados han bajado un 57%. Hasta aquí, los datos son esperanzadores.
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Pero el número de hospitalizados y de fallecidos no dicen lo mismo. Las muertes se han disparado y han crecido hasta un 213,3%, pasando de 30 a 94 ahora en apenas un mes. El informe de Osakidetza recoge los fallecimientos de personas con Covid por semana, lo que significa que a finales de diciembre, cuando Euskadi puso en marcha las restricciones actuales, murieron una media de 4 personas por día y ahora esa cifra es de 13. La semana en la que se alcanzó el pico de la pandemia hubo medio centenar de fallecidos, es decir, unos cuarenta menos que ahora.
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Algo parecido sucede con los hospitalizados en planta, que pese a las restricciones aplicadas se han duplicado en treinta días. La alta transmisión de ómicron ha podido con las medidas sanitarias. En estos momentos, según los últimos datos hechos públicos por el departamento que dirige Gotzone Sagardui, hay 730 ingresados, frente a los 381 de hace un mes. En este tiempo los hospitales vascos han alcanzado los 800 pacientes, pero el número de quienes todavía necesitan atención sanitaria baja muy lento. Es más, la última semana ha vuelto a subir. Los ingresados en UCI, sin embargo, se mantienen estables.
Pese a estos datos, el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, insistió ayer en que la crisis sanitaria «parece que va remitiendo». En la medida en que esta sexta ola vaya «poco a poco» retrocediendo, «como hasta ahora (con el LABI) iremos adecuando las medidas a esa evolución de la pandemia, pero siempre respondiendo a los criterios técnicos». La incidencia se sitúa ya en los 1.583 y empieza a parecerse a la de diciembre –1.398–, tras haber llegado a los 6.900 casos por cada 100.000 habitantes.
La cárcel de Martutene se ha librado del coronavirus. Tras un brote en el que la prisión alcanzó los 71 contagios entre reclusos, el número de positivos ha bajado a cero. Todos los afectados por el Covid-19 en Martutene fueron asintomáticos o tuvieron cuadros leves de la enfermedad. La primera vez que el virus entró en la cárcel fue el lunes 11, con 18 internos contagiados, y sus consecuencias se han prolongado hasta ahora, cuando todos han dado negativo. Tras los primeros casos se hizo una PCR al resto de presos. Fue entonces cuando se conoció que había cinco veces más casos de los detectados en un inicio. Martutene decidió blindarse tanto para salidas como para entradas, para cortar la transmisión.
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