El lehendakari echó ayer la vista atrás un año para recordar aquel inicio de la pandemia que obligó a enfrentarse a situaciones complicadas e imprevistas para las «que no estábamos preparados», pero también para incidir en que pese a la «fatiga pandémica» acumulada durante tantos meses de pérdidas y restricciones y pese a la tendencia positiva que se Euskadi atraviesa actualmente, aún es preciso mantener «la máxima cautela». «Nos encontramos en un momento crítico», dijo tras anunciar cierta flexibilización de las limitaciones en vigor, pero reclamar aún más «esfuerzo» para no cometer errores pasados que lleven a una cuarta ola.
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Iñigo Urkullu repasó los «problemas» iniciales, cuando el Covid irrumpió y la «escasez de EPIs, respiradores, mascarillas o material sanitario» tensionaron al máximo el sistema. «Desde una perspectiva autocrítica y honesta reconocemos que hemos debido de hacer frente a circunstancias de dificultad e imprevisibilidad para las que no estábamos preparados», dijo. El lehendakari aseveró que este año ha supuesto «un recorrido de obstáculos y dificultades permanentes», pero defendió que «se han ido solucionando de forma efectiva en un tiempo razonable y con trabajo en equipo», y que lo seguirán haciendo en los siguientes meses con el reto de la vacunación masiva o con las «ayudas a los sectores más afectados y necesitados».
El Ejecutivo, en el balance anual que entregó ayer al LABI, trasladó que la situación «sigue siendo grave», con altas dosis de incertidumbre» y con una perspectiva de que sus consecuencias se alargarán todavía mucho tiempo. En su repaso por distintos ámbitos, defiende la «capacidad de resiliencia y adaptación» de Osakidetza, reconoce que «uno de los problemas más graves ha estado en las residencias», asevera que «desde el primer momento» el Gobierno Vasco respondió a los sectores más afectados por el confinamiento inicial, destaca la apuesta por la Educación presencial y el bajo nivel de contagios en las aulas, o la «prioridad» que supone para el Ejecutivo la reactivación económica.
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«El balance del camino realizado es positivo porque la mayoría de la población entiende, apoya y cumple las medidas adoptadas en cada momento», aseveró Urkullu, quien «agradeció y alentó» para continuar con la asunción de esas limitaciones. Porque en el futuro próximo, advirtió, «hay nuevos factores como las variables mutadas del virus» que «hacen muy difícil trabajar con una previsión clara» de la evolución de la pandemia más allá de dos semanas. El reto ahora, son las vacunas: «Toda la población vasca será vacunada».
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