Ane Bergara
Jueves, 2 de enero 2025, 11:25
El roscón de reyes es un dulce navideño de mucha tradición en España. Consiste en un bollo dulce en forma tiroide que suele ir adornado con diferentes ingredientes de fruta escarchada, cristalizada o confitada de tonalidades diferentes. Suele servirse de postre tras las cenas de celebración del 5 de enero o tras las comidas del 6, Día de Reyes. Tiene origen español, pero en la actualidad también hay costumbre de comerlo en diversos países de Hispanoamérica, así como en estados europeos como Francia, Bélgica o Portugal, entre otros.
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El elemento clave del dulce reside en el agua de azahar, que es el ingrediente especial que le aporta ese aroma y sabor dulce que resulta ser único. Tradicionalmente, el roscón de reyes se solía servir solo, sin ningún tipo de relleno o añadido. Sin embargo, con el paso de los años la receta ha ido innovándose y adaptándose a los tiempos, de ahí que hoy en día también se elaboren roscones con nata, crema, crema de chocolate y cabello de ángel en su interior.
Además de los ingredientes mencionados, dentro del roscón de reyes también se suele introducir un haba para que una de las personas que coma un trozo del dulce se encuentre una sorpresa. Dependiendo de la casa, este elemento suele tener un significado u otro. En algunos domicilios, la tradición dicta que la persona que encuentre el haba será la que tenga que pagar el roscón -el que se está comiendo o el siguiente que se vaya a comprar-.
No obstante, en muchas otras familias encontrar el haba está relacionado con la buena suerte y el afortunado es consagrado 'rey de la reunión'. Hay gente que incluso introduce dinero en el roscón para que el que lo encuentre se lleve una alegría mayor.
De todos modos, todas estas costumbres son bastante recientes en España, aunque guardan algún tipo de relación con lo que solían hacer las personas durante el Imperio Romano. Porque, por aquel entonces, los romanos solían comer una especie de tortas redondas con higos, miel y dátiles, en las cuales también escondían un haba. Estas elaboraciones se solían repartir entre todos los miembros de la casa, ya fueran miembros plenos de la familia, sirvientes o esclavos, y el que encontrase el ingrediente oculto solía ser coronado como 'rey de reyes'. Se trata de una tradición muy arraigada de aquella época, una con la que se celebraban los saturnales, las fiestas en honor al dios Saturno, que coincidían con el fin del solsticio de invierno y la llegada de los días más largos.
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