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Carmen Remírez y Gabriel González
Pamplona
Martes, 7 de noviembre 2023, 18:35
Navarra sigue conmocionada por la muerte del pequeño de 7 años, al parecer, a manos de su padre. La Guardia Civil investiga las circunstancias de las mueres del vecino de Igúzquiza Txetxo Apestegui, de 54 años, que el lunes se lanzó desde el Balcón de ... Pilatos, en la sierra de Urbasa, junto al pequeño, pero las autopsias y primeras investigaciones apuntan a un terrible caso de violencia vicaria. El dramático desenlace conocido este martes se produjo después de un fin de semana que ambos compartieron. El lunes por la tarde saltaron las alarmas, cuando la madre fue a buscar a su hijo al colegio de Estella y se enteró de que no había ido. Ahí comenzó la búsqueda del menor que no dio frutos hasta primera hora de la mañana del martes, con el peor resultado posible.
Los cuerpos fueron hallados por el dispositivo de búsqueda activado la tarde del lunes a raíz de la denuncia de la madre del menor y expareja del hombre, al descubrir que el padre no lo había llevado a clase ni poder contactar con él. La investigación trata de esclarecer las circunstancias de la tragedia, pero descarta que se tratara de algo accidental y contempla varias hipótesis, entre ellas, la más plausible a raíz de la autopsia, un posible caso de violencia vicaria (hacer daño a exparejas a través de los hijos) al considerar que la acción del padre fue intencionada.
La pareja llevaba dos años y medio separada, algo que el hombre no llevaba bien, según fuentes de su entorno. Entre ellos no había denuncias. Durante el fin de semana, el menor estuvo con su padre y participó con normalidad en el partido de fútbol con el equipo en el que jugaba. También tuvo contacto telefónico con la familia materna el mismo domingo por la noche.
La tarde del día siguiente, cuando la madre fue a buscarlo a la ikastola, como cada lunes alterno, descubrió con sorpresa que el niño no había acudido a clase. Intentó comunicarse con su expareja por si el menor se hubiera puesto enfermo, pero no logró dar con él. Como no lo consiguió por ninguna de las vías, decidió presentar una denuncia ante la Guardia Civil de Estella. Entonces se activó una búsqueda que enseguida hizo temer lo peor a los investigadores.
El hombre no había ido a trabajar esa mañana a la empresa de reformas de construcción y fontanería. Y debido a su estado anímico y sus antecedentes autolíticos, alguno en la misma zona de búsqueda, un familiar decidió acudir a una zona próxima al Balcón de Pilatos, un mirador en el borde sur del parque natural, con una caída de unos 300 metros. Allí descubrió aparcada su furgoneta blanca. Estaba abierta y tenía las llaves puestas. En su interior se encontraba abandonado el teléfono móvil (de ahí la ausencia de respuesta a las primeras llamadas), y la ropa de abrigo, lo que terminó de apuntalar unos indicios encaminados hacia una situación de riesgo.
Tras una búsqueda nocturna ininterrumpida con perros y drones con cámara térmica, el dispositivo dio con ambos cuerpos a primera hora, bajo el barranco. Fueron avistados desde el helicóptero de la Guardia Civil en torno a las ocho de la mañana: se encontraban en una zona agreste, de muy difícil acceso a pie, por lo que fueron rescatados por los agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña GREIM de Navarra, que también realizaron la inspección ocular. Además de la Guardia Civil, en las labores de rastreo participaron dotaciones de bomberos de los parques de Cordovilla y Estella, Policía Foral, Guarderío de Medio Ambiente y Cruz Roja, así como el GRT de Bomberos con los drones y el grupo de Perros.
Los cuerpos fueron trasladados al Instituto Navarro de Medicina Legal, donde se les practicó la autopsia. Los resultados preliminares revelaron que los cuerpos de padre e hijo no tenían rastros de tóxicos, y en cuanto al menor no presentaba signos de haber sufrido asfixia o estrangulamiento. El fallecimiento se debió a los traumatismos sufridos durante la caída. Y como el menor tenía menos golpes en su cuerpo, una de las conclusiones preliminares de los forenses es que el padre saltó con él en brazos, lo que habría amortiguado los impactos de la caída. La investigación corre a cargo de la Guardia Civil y se encuentra judicializada en el Juzgado de Instrucción nº 2 de Estella. No se encuentra bajo secreto de sumario y a través de los testimonios de allegados y otras pruebas se trata de averiguar qué ocurrió en las horas previas.
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Mª Puy Amo
La tragedia causó una gran conmoción en la sociedad, por las circunstancias y porque eran muy conocidos en Tierra Estella. El adulto fallecido era natural de Burlada, donde había crecido. Muy vinculado al fútbol sala en su juventud, llegó a disputar partidos en el equipo local e incluso en el Xota, donde a mediados de los 90 formó parte de la plantilla del primer equipo. Anteriormente había trabajado en Koxka y ahora lo hacía en una firma de reformas vinculada a la construcción y a la fontanería, y realizaba trabajos, sobre todo en el área de Tierra Estella. Residía desde hace años en Igúzquiza, localidad en la que se había asentado en la época en la que estuvo casado y donde se construyó una vivienda.
Su exmujer y madre del menor es muy conocida en Estella ya que regenta una peluquería. La pareja se había separado hacía dos años y medio y ella se había mudado a la ciudad del Ega. La pareja tenía un hijo en común, el fallecido, que cursaba 2º de Primaria en la Ikastola Lizarra de Estella y jugaba al fútbol en el club Arenas de Ayegui.
Tras conocerse el desenlace, el Gobierno de Navarra facilitó apoyo psicológico a los allegados de los fallecidos.
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