Crimen vicario en la Sierra de Urbasa

Tres días de luto oficial y un dolor compartido en Estella e Igúzquiza

Tras una convocatoria que transcurrió en silencio en el exterior de la casa consistorial con la presencia de corporativos y ciudadanos, la alcaldesa, Marta Ruiz de Alda, leía el texto consensuado antes por todos los grupos municipales en la junta de portavoces. Manifestaban en él la solidaridad y cariño del Ayuntamiento de Estella a «familiares, amigos y comunidad educativa» poniendo a su disposición toda la ayuda posible.

El profundo pesar de una jornada que –decía el presidente del concejo, Raúl Galdeano– nunca hubieran imaginado vivir cayó al final del día sobre Igúzquiza. Uno de los cuatro pueblos que componen el Ayuntamiento del mismo nombre en el que residía el padre fallecido y en el que pasaba también parte de su tiempo el pequeño.

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El sonido del agua de la fuente, las campanas de la iglesia y una ventana del edificio concejil como recuerdo hacia el niño. Velas, un oso de peluche y un balón de fútbol depositados allí en su memoria porque no había palabras ante unos momentos que habían –añadía– superado a todos. «Es algo que crees nunca va a pasar aquí, piensas que ocurre siempre en lugares lejanos, en ciudades, en otros países. Ha pasado y, desde el dolor, queremos agradecer a todos haber venido. Decir también que queremos ser respetuosos con la investigación y estaremos a la espera de lo que se determine los próximos días».

Esta pequeña población de 200 habitantes respondía a la convocatoria municipal y se concentraba en silencio a las siete de la tarde en la plaza San Andrés. Un minuto que terminó en aplausos y en la lectura de un comunicado por Raúl Galdeano suscrito antes por una Corporación que, «siendo respetuosa y prudente» con la investigación de los hechos, envió todo su apoyo «a la familia y personas allegadas».

Lizarra Ikastola, en la que estudiaba el pequeño fallecido, celebró un acto privado a las cinco de la tarde. A través de sus redes sociales, mostró todo «su apoyo y cariño a la familia y en especial a su madre», respetando su sentir y su «espacio para el dolor y el duelo».