La reseña de una señora a un restaurante: «Justo cierra cuando más hambre tengo»

El autor del comentario añade además que tendrá que buscarse otro restaurante «parecido que sí abra todos los días y que cuando esté abierto no tener que corrrer porque van a cerrar». El cliente -se supone que en algún momento si logró ser atentido- justifica su reseña porque «muchísimas veces lo encuentro cerrado justo cuando me muero de hambre y pues como estoy con hambre pongo en función de mi satisfacción, que ahora es cero». No deja su comentario sin apostillar «que barato no es».

La respuesta del Nori Shushi de Poble-Sec, ubicado en Barcelona, no se ha hecho esperar para confirmar que tiene un horario. «Señora, tenemos un horario de 13 a 16 y de 19 a 23 horas, de miércoles a domingo con dos días de fiesta. El propietario ruega que »respete el descanso del personal (...), nosotros los respetamos para que los trabajadores puedan tener una vida digna« y le recomienda que »si no es suficiente para usted, busque otro restaurante donde le den lo que busca«.

La postura del propietario y sus argumentos han generado multitud de likes en las cuentas de redes sociales de @soycamarero, que ha difundido el caso. Muchos de los comentaristas son trabajadores del sector que han tirado de ironía con comentarios como el de Bertoni: «Me despierto a las tres de la madrugada con antojo de sushi y no hay ningún restaurante que me lo traiga a casa, 'putísima' vergüenza de sitios que tienen la desfachatez de no abrir las 24 horas, así nos va en España». El usuario @bar.pastor añade: «A mí me encanta desayunar a las 5.30 de la mañana, voy a empezar a poner reseñas cagándome en la hostelería española».

Hay otros hosteleros que aprovechan para contar casos similares, como Miguel López. «Abro los domingos mi local a las 18 horas (somos de meriendas y cenas) y una señora que quería hacer un cumpleaños me pregunta 'Oye, ¿y no puedes abrir a las cinco? es que muchos niños se van pronto a casa porque el lunes tienen cole..'; señora, no voy a hacer venir a tres trabajadores una hora antes para complacerla», recuerda.

Otro grupo de comentarios señala directamente a la autora de la reseña, denunciando su falta de empatía o añadiendo toques de humor. «Qué lástima, tiene que comer en casa», «si es tan especial, que tenga un chef personal» o «le apetece sushi a las seis de la tarde para mojarlo con el café», son algunas de las reacciones.