¿Compensa comprar un móvil del año pasado en pleno 2022?

¿Un móvil del año pasado? No merece la pena, está desfasado y se va a quedar viejo enseguida». Es probable que esta sea la respuesta que darías si tuvieras intención de cambiar de smartphone y te propusieran un terminal menos moderno. Lógico. Y es que a todo modelo de 2022 de la gama media se le presuponen unas prestaciones mucho más solventes, una mayor actualización y una garantía extra de que todo va a funcionar mejor... al menos si lo comparamos con uno del año pasado. Eso, en teoría. Porque algo ha cambiado en el presente...

La escasez de microchips, la situación geopolítica y la coyuntura económica han afectado notablemente al mercado de los smartphones. Y no para bien, sobre todo en lo que toca al bolsillo. Ya a principios de año el precio de los smartphones experimentó un significativo aumento que, si bien no era tan palpable en modelos premium, sí se dejó sentir en gamas medias básicas (de en torno a los 200-300 euros).

A ello se le une la popularización del 5G, una tecnología que promete revolucionar el futuro más próximo pero que a día de hoy aún está verde. Aún así, el soporte para esta quinta generación de comunicación móvil es obligado prácticamente en cualquier nuevo terminal, de ahí que los fabricantes están apostando por procesadores compatibles con este 5G a costa de prestaciones más limitadas... si no quieren que los precios se disparen.

¿Y esto cómo se refleja en la práctica? Con móviles que van a contracorriente en especificaciones: en ocasiones cuentan con procesadores más humildes que los de generaciones anteriores, presumen de extrema continuidad en la calidad de las pantallas... y las mejoras en las cámaras brillan por su ausencia. Aportan soporte 5G, sí, incluso una versión del sistema más actualizada y mayores cargas rápidas (algunos), pero... ya no compensan tanto. Y menos teniendo en cuenta el importante respiro que se le puede dar al bolsillo con terminales de 2021, igual de funcionales para la gran mayoría.

Curiosamente, más de un fabricante ha apostado por una doble versión de un mismo modelo con 4G y 5G, caso del Poco M4. La teoría dice que habría que optar por el modelo 5G, pese a que este tiene un precio ligeramente superior. Sin embargo, la realidad es que el Poco M4 4G implementa prestaciones más ambiciosas, con un panel mejorado (con tecnología Amoled en vez de IPS) y mejor combinación de cámaras fotográficas...

Sea como fuere, hay terminales del año pasado que poco o nada tienen que envidiar a sus sucesores de 2022.

No son modelos exactamente equivalentes pero es un caso muy clarificador. El A52s fue presentado en agosto de 2021 y destacaba por su panel Amoled, un procesador 5G muy solvente (Snapdragon 778) y una cámara de nivel gracias a su estabilizador óptico de imagen. El A53, la nueva apuesta de la firma, mejora en autonomía, pero pierde en cámaras y fluidez... y cuesta 50 euros más. ¿Merece la pena?

No hay color. El 9 Pro+ acaba de presentarse como uno de los referentes de Realme en la gama media pero... apenas aporta una mejor cámara (sensor IMX 766 incluido) y un pequeño extra de batería. En cambio, el GT Master Edition, de julio de 2021, cuenta con un notable panel con tecnología Amoled, un procesador más solvente y un precio muy inferior (de más de 100 euros).

El ejemplo más paradigmático (junto a otro superventas como el F3). En 2021, el X3 Pro fue la sensación de la gama media gracias a su potente chipset, una batería sobresaliente y una pantalla con 120 Hz. Su sucesor, el Poco X4 Pro, mejora la calidad del panel, la carga rápida y cuenta con 5G, pero implementa un procesador mucho más humilde. Teniendo en cuenta los continuos descuentos en el X3 Pro, ¿compensa apostar por un X4 Pro que llega con un 'sobrecoste' de alrededor de 50 euros?