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juanma goñi
Viernes, 9 de octubre 2020, 06:33
El coronavirus ha podido con el carnaval de Tolosa. Ha sido, finalmente, un disfraz de lo más amargo. La confirmación oficial, ayer, de la suspensión de los Iñauteriak 2021 era una noticia totalmente esperada pero, a pesar de ello, fue acogida con tristeza y resignación en el municipio. Nunca se había suspendido esta fiesta tolosarra por antonomasia, ni siquiera durante el franquismo, por lo que la decisión, anunciada por el Ayuntamiento, se gana por derecho propio la calificación de «histórica».
La alcaldesa, Olatz Peon, alude a la «responsabilidad», y señala que «evitar las aglomeraciones resulta imprescindible y totalmente necesario para que el virus no se expanda». El carnaval tolosarra, en este sentido, resulta ser la 'tormenta perfecta' para el Covid-19. «Es imposible celebrar esta fiesta tan nuestra como la conocemos. No se pueden llevar a cabo actividades o actos que generen aglomeraciones. Tenemos que garantizar el bienestar, la salud y la seguridad de la ciudadanía», resalta la alcaldesa.
Tras la confirmación de las suspensión, el tema fue ayer objeto de comentarios generalizados entre los tolosarras. Hay una coincidencia generalizada: la suspensión era obligada pero, a partir de esta certidumbre, se han generado opiniones con matices divergentes. Algunos representantes de las carrozas y comparsas creen que había que haberla anunciado antes, mientras otros pedían dilatar la decisión hasta Navidades, por si daba tiempo a celebrar unos Iñauteriak más modestos, «y desde luego nunca suspenderlos a rajatabla».
«Este año pudimos celebrarlos por los 'pelos', -el confinamiento llegó sólo dos semanas más tarde-, pero estaba claro que a 2021 no llegábamos. Me da pena, pero a nadie nos ha sorprendido», comenta un carnavalero y 'txaranguero' tolosarra.
Hay que tener en cuenta que los Iñauteriak tolosarras son unas fiestas que no organiza en realidad el Ayuntamiento, sino diversos colectivos y asociaciones involucrados en diferentes facetas carnavaleras. En este sentido, el consistorio tolosarra quiere celebrar con todos ellos varias reuniones, con el fin de calibrar la posibilidad de organizar o no actividades que, sin ser multitudinarias, puedan contener algún 'guiño' carnavalero.
Desde el Ayuntamiento recalcan que están trabajando, junto a los agentes locales, nuevas propuestas que puedan sustituir no sólo los carnavales, sino otras actividades, ferias especiales o fiestas de distintos barrios del municipio que no se puedan llevar a cabo, con el fin de «ofrecer alternativas que, ante todo, garanticen la seguridad y la salud de las personas».
En este nuevo contexto, desde el consistorio tolosarra afirman que quieren estudiar posibles alternativas o propuestas junto a los agentes que participan de forma activa en la organización de las fiestas.
Y aquí también surgen las discrepancias entre los agentes carnavaleros. Algunos son partidarios de «no celebrar nada», para evitar los riesgos de las «no fiestas» y alejar tentaciones. «Si se suspenden, se suspenden del todo, nada de organizar algo a medias. Para mí van a ser días laborables y punto», aseguraba la portavoz de una popular comparsa, mientras que el representante de otro grupo discrepaba. «Los carnavales se viven también de forma particular en cada tolosarra. Se puede evitar la parte multitudinaria, pero a lo mejor no puedes impedir que una persona salga disfrazada a la calle con algún instrumento musical». ¿Y si todos lo hacemos y acabamos juntándonos en espacios cerrados? Aquí precisamente está el riesgo que deberá ser controlado, para atemperar las ansias festivas que algunos tolosarras pudieran tener.
En el grupo Arpegi ven peligroso «organizar algunas actividades que deriven en unos carnavales 'descafeinados', porque si arrancamos, luego el tren ya no se puede parar si hay rebrotes o la situación se complica». En su caso, podrían estudiar la posibilidad de organizar el festival del Viernes Flaco en el cine Leidor con aforo reducido, una decisión, en cualquier caso, compleja, que a día de hoy casi puede descartarse. «Se pueden buscar -dicen- alternativas como montar comparsas en escaparates o en balcones, pero en realidad la fiesta quedaría desvirtuada, porque los carnavales tolosarras son para participar y no para ver».
La opción del aplazamiento nunca estuvo sobre la mesa, como sí se plantea con la Tamborrada de Donostia. «No tiene sentido celebrar los Iñauteriak en verano», coinciden en asegurar representantes de las carrozas y txarangas. «Nosotros ya estamos pensando en que esto es un simple aplazamiento, y que volveremos en febrero de 2022 con más fuerza que nunca», concluía otro. Los tolosarras asumen que esta vez «no toca». El coronavirus ha sido el peor disfraz de la historia.
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