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Arrate no aparece como tal en el libro de ruta de la Itzulia de 2025, pero sigue igual de presente en la carrera. Es cita ... ineludible, se suba por donde se suba a las inmediaciones de un lugar y de un santuario emblemáticos para el ciclismo. La carrera termina por tercer año consecutivo en las calles de Eibar, pero buena parte de la afición no descuidará la cita anual con unas rampas repletas de historia, de ataques memorables, de emociones, de incertidumbre, incluso de polémica...
Esta Itzulia se recordará como la primera que concentró las subidas a Arrate por sus tres vertientes en una misma edición, si bien distribuidas en dos etapas distintas. Cubierta la ruta de Matsaria el jueves, hoy les llega el turno a las otras dos: primero Krabelin y después Izua por la ruta clásica de la Subida a Arrate, la que vio triunfar a Federico Martín Bahamontes, a Julio Jiménez, a Raymond Poulidor, a Luis Ocaña y a otros tantos corredores.
Organizaciones Ciclistas Euskadi (Oceta) sustituyó la ascensión tradicional por dos nuevas vertientes en 2016. La evolución del ciclismo y observar que en la llegada a las puertas del santuario las diferencias entre los mejores eran mínimas año tras año empujaron a buscar alternativas sin perder la esencia y sin alejarse de la historia de las pruebas de Eibar.
Oceta estrenó Matsaria y Krabelin en 2016, pero por separado: la primera, en la penúltima etapa de 2016, de 159 kilómetros entre Orio y Arrate; y la segunda, el último día como punto central de una contrarreloj individual. Ambas vinieron para quedarse.
Desde entonces se han combinado de distintas maneras. Matsaria repitió en 2017, 2018 y 2019 para permanecer después en modo espera hasta el pasado jueves. En 2017, por ejemplo, los diseñadores del trazado optaron por una fórmula triple con dos pasos por la ruta habitual y la tercera a través precisamente de Matsaria.
Krabelin, muy estrecha, pasó de inaugurarse en una crono que empezaba y terminaba en la propia Eibar a ser introducida por primera vez en una etapa en línea en 2021, cinco años después. A partir de entonces ha sido la preferida por los organizadores. De hecho, figura invariable en los recorridos de las últimas cinco ediciones, además en el mismo orden: primero desde el polígono de Azitain, punto de partida de un camino que antiguamente se empleaba para evacuar a parte de los vehículos acompañantes, y a continuación desde la zona de Amaña, con esas rampas duras y tendidas que todavía hacen daño cuando alguien impone un ritmo infernal.
El corto kilometraje ha caracterizado asimismo esta etapa. Los participantes en la Itzulia recorren hoy 153,4 kilómetros, una distancia mayor que la de los últimos años. La tendencia a la baja encontró su punto extremo en 2021 con una Ondarroa-Arrate de solo 111,9, más propia de los primeros sectores de antaño en la jornada final de esta prueba. En 2017 habían sido 139 kilómetros entre Bilbao y el santuario; en 2018, únicamente 122 entre la ciudad armera y el edificio donde se venera a la patrona de la ciudad armera.
Si el reto de las nuevas vías para la ascensión era mantener el espectáculo e incrementar a ser posible el interés para el aficionado, el acierto ha sido pleno. En cambio, si alguien buscaba recuperar las diferencias de antaño cuando la etapa acaba en Arrate, el remedio no ha sido del todo satisfactorio.
Las diferencias entre los primeros clasificados en las llegadas a Arrate no ha conocido cambios sustanciales. Las diferencias se mantienen pequeñas o, incluso, no existen. Ion Izagirre ganó en 2022 con los cuatro primeros en el mismo tiempo; el quinto, Vingegaard, a tres segundos; y los ocho primeros, en un minuto de margen.
La victoria de Gaudu en 2021 se sale de estos parámetros empujada por el ataque lanzado por Roglic desde muy lejos para desbancar del liderato a McNulty. El esloveno, sin embargo, no se movió en la subida a Krabelin, sino en el descenso anterior de Gorla. Pogacar no pudo salvar de la debacle a su compañero del UAE.
El triunfo de Buchmann en 2019 es producto de una escapada también lejada que le permitió cruzar la línea de meta con 1:08 de renta sobre el trío perseguidor formaro por Ion Izagirre, Adam Yates y Jakob Fuglsang. No terminó lejos de ellos un Pogacar que a sus 20 años comenzaba a dejarse ver. Era la penúltima etapa, la antesala a un zafarrancho final favorable al menor de los hermanos Izagirre.
Igualadísimo resultó asimismo el desenlace de la penúltima etapa de 2017 tras dos ascensiones clásicas a Arrate y una por Matsaria. La acumulación de esfuerzos por parte de los corredores no impidió que los cinco primeros, con Alejandro Valverde en cabeza, marcaran el mismo tiempo. Contador, sexto, cedió tres segundos. Los veinte primeros se clasificaron en un margen de 58 segundos.
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