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¿Quién dijo que los sprinters no tienen nada que hacer en la Itzulia? La punta de velocidad nunca ha sobrado en las carreras ciclistas. Que se lo pregunten a Txomin Perurena y Sean Kelly, los dos ciclistas que encabezan el ranking de victorias de etapa con once cada uno, seguidos de Laurent Jalabert con nueve. Los tres se han movido como pez en el agua en un terreno que dominaban.
La historia de la Itzulia, extensa ya, muestra que los velocistas encuentran en la Vuelta al País Vasco resquicios por los que colarse. También los puros. Lo era Marino Basso, maillot arcoíris en 1972 tras imponerse a Bitossi y Guimard en los últimos metros de una edición resuelta al sprint en Gap. Dejó su sello en la Itzulia en 1976, primero en Salvatierra y después en Irun. Italiano de Caldogno, en su palmarés figuran quince etapas en el Giro, seis en el Tour y otras seis en la Vuelta a España.
También era rápido el belga Eddy Planckaert, que aprovechó al cien por cien las dos oportunidades que le brindó la edición de 1982, en Ondarroa y en Lazkao. El menor de tres hermanos sentía pánico a volar en avión. Corría por aquella época en las filas del Splendor y figura en el grupo de corredores capaces de imponerse en las tres grandes vueltas por etapas.
También pertenece a ese selecto género Guido Bontempi, quien al año siguiente, 1983, tomó el relevo. Su triunfo en Legorreta el primer día le otorgó, además, el maillot amarillo. En la última jornada aprovechó la bondad del primer sector para dictar su ley en el sprint de Azpeitia. Bontempi, que defendía los colores del Inoxpran, posee la friolera de 26 victorias parciales en carreras de tres semanas: dieciséis en el Giro, seis en el Tour y cuatro en la Vuelta.
Muchos corredores transalpinos han destacado en la ronda vasca. Entre ellos Stefano Zanini, buen conocedor del terreno y perfecto a la hora de estudiar los recorridos. Levantó los brazos cinco veces: una en 1996, dos en 1997, otra en 2000 y la última en 2001.
Más recientes son los éxitos de Óscar Freire, triple campeón del mundo y ganador de tres Milán-San Remo al sprint. El de Torrelavega dejó su sello en Zierbena y en Viana en 2010, al igual que había hecho cuatro ediciones antes en Vitoria, en la larga recta de la Avenida de Gasteiz.
También el australiano Michael Matthews, sprinter no tan puro como los antes citados pero hábil y veloz en las rectas de llegada, dejó patente sus cualidades entre 2014 y 2017. Otro aussie, Caleb Ewan, ha demostrado que la Itzulia no es un lugar prohibido para los hombres capaces de codearse con los hombres más rápidos del pelotón.
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Fernando Morales y Sara I. Belled
Amaia Núñez
Patricia Rodríguez e Izania Ollo | San Sebastián
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