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Chillida lee en su estudio en 1996. Jesús Uriarte
Una biblioteca que alimentó la inspiración
Vida de lector

Una biblioteca que alimentó la inspiración

Los más de dos mil libros de filosofía, pensamiento, poesía, ciencia y narrativa de Eduardo Chillida ilustran su evolución intelectual

Alberto Moyano

San Sebastián

Martes, 9 de enero 2024, 01:00

Si algo queda claro en la obra de Eduardo Chillida es que el artista no creaba a partir de la nada, sino que se nutría de la observación, la reflexión y, en muy buena parte, de sus lecturas. Su biblioteca personal, conformada por más de 2.000 volúmenes aún en proceso de catalogación, permanece en uno de los edificios de la zona privada de Chillida Leku, junto a su correspondencia y diversa documentación en torno a sus proyectos artísticos.

«Ecléctico» sería el adjetivo que mejor definiría al Chillida lector que a lo largo de toda su vida se acercó al libro por encima de géneros: la filosofía y el pensamiento ocupan un lugar central, pero también la poesía, la ciencia, el teatro o la narrativa. Y por supuesto, la extraordinaria colección dedicada al arte y que se guarda en otra estancia. Ese gusto disperso se refleja también en las diversas lenguas presentes en las estanterías: mayoría en castellano, pero amplia presencia de títulos en francés, inglés, alemán e incluso algunos en euskera. De su relación con tantos y tantos escritores a cuya obra se acercó en vida dan cuenta los innumerables ejemplares con dedicatoria manuscrita del autor.

«Es muy ecléctica y en mi opinión es una fuente inagotable para conocer al artista a partir de lo que le nutría», explica Nausika Sánchez, responsable de Educación e Investigación en Chillida Leku.

Dentro del apartado dedicado a los volúmenes sobre filosofía, que abarcan tanto la occidental como la oriental, ocupó un espacio central en el pensamiento de Chillida 'El zen en el arte del tiro con arco', de Eugen Herrigel, en el que el autor aboga por desprenderse de cualquier deseo de acertar con la flecha en la diana. «El deseo tuerce la flecha», sostiene el autor y Eduardo aplicó esta idea a su trabajo escultórico. El libro le llegó a través de una recomendación del pintor y escultor francés Georges Braque, al que homenajeó Chillida con una escultura que se puede contemplar en la campa de Zabalaga. Fue ésta una lectura que le acompañó toda su vida, hasta el punto de que solía tener a mano en su mesilla aquel viejo ejemplar en francés. Ahí figura también 'Le Livre du Thé', de Okakura Kakuzo.

«Son libros que adquiere en París a finales de los años cuarenta, marcan su forma de pensar y van construyendo su forma de trabajar –explica Nausika Sánchez–. Cuando habla de que trabaja en un presente que no tiene dimensión lo están vinculando a la filosofía oriental».

Por otro lado, es conocida su pasión por el misticismo y la poesía de San Juan de la Cruz, muchos de cuyos poemas se sabía de memoria. De hecho, se hizo una edición especial del poeta cuya portada luce un grabado de Chillida. «Hay varios ejemplares de José Ángel Valente, muchos dedicados por el autor». Este poeta serviría de ejemplo ilustrativo de la forma que tenía Chillida de acercarse a un autor cuando realmente le interesaba y que se podría definir como exhaustiva. «Cuando hacía un libro para un artista, no se limita a ilustrar sus textos, sino que se mete de lleno en su pensamiento. Si homenajea a Gaston Bachelard, va a leer antes todos sus libros». Chillida «intenta llevar a la obra gráfica lo que encuentra en esos libros y a veces eso se materializa también en esculturas».

Pluralidad de intereses

Como toda biblioteca construida a lo largo de una vida, con los volúmenes recopilados se podrían distinguir los estratos tectónicos que se corresponderían a las diferentes épocas de su trayectoria vital. Sus intereses se disparan en diferentes direcciones. La biblioteca incluye por supuesto numerosos títulos de Heigdegger, Karl Marx, Octavio Paz, Antonio Machado, Gabriel Celaya, Gregorio Marañón, Ortega y Gasset, Friedrich Nietzsche y Jorge Guillén, muchos de ellos, presentes de una forma u otra en su obra. Hay un 'Tiempo de silencio', de Luis Martín-Santos, y un 'Esos cielos' con la dedicatoria de Bernardo Atxaga. También están presentes Arthur Koestler y Jorge Semprún, en quienes habrá quien encuentre un punto de conexión. Además, incorporó a sus estanterías los importantes volúmenes de bibliófilo sobre diversas religiones que heredó de su padre. Otro apartado será el dedicado a los estudios sobre compositores, con protagonismo por supuesto de Juan Sebastián Bach, pero también de Beethoven o Falla.

Su biblioteca en Chillida Leku. Lobo Altuna

«Sobre todo en su época más joven, era un gran lector y eso se ve en los ejemplares de Unamuno y Azorín –cuya obra completa está presente en la biblioteca a través de la esmeradísima edición de Aguilar–», comenta Sánchez. Y como ecléctico aficionado a la lectura, frecuentaba durante su estancia parisina a los buquinistas que aún hoy instalan junto al Sena sus puestos con libros de segunda mano. Daba continuidad así a un hábito que ya había adquirido en su etapa de estudiante en Madrid, cuando se convirtió también en asiduo visitante de El Rastro. «Le gustaba buscar en los puestos de libros viejos».

Considera Sánchez que la biblioteca «es una fuente inagotable. Realmente se puede llegar a la obra de Chillida a través de sus lecturas y también, se puede entender mucho mejor a la persona. Sus libros lo completan», concluye la responsable Educación e Investigación en Chillida Leku.

Donostia acoge uno de los actos centrales del centenario

El Teatro Victoria Eugenia de Donostia acoge este miércoles (18.30 horas) el espectáculo de danza, música, arte y filosofía que celebrará la vida y la obra de Eduardo Chillida y que será uno de los actos centrales de su centenario. Presentado por Anne Igartiburu y Mikel Chillida, la cita de mañana -día del centenario del artista-, ofrecerá un espectáculo de danza diseñado por la compañía Metamorphosis Dance de Iratxe Ansa (Premio Nacional de Danza 2020) e Igor Bacovich. Además, incluirá intervenciones musicales a cargo de Musikene y del coro Landarbaso Abesbatza, que interpretará una selección de obras realizada por su director Iñaki Tolaretxipi. Las invitaciones para el espectáculo, de unas dos horas de duración, se agotaron la semana pasada. La semana en la que se cumple el centenario incluirá también el acceso gratuito el sábado y el domingo al museo de Chillida Leku, en donde además de la colección permanente con obras del artista donostiarra, los visitantes podrán disfrutar de 'Universo Maeght'. La muestra temporal con la que de facto quedó inaugurado la celebración del centenario celebra el encuentro de Chillida con el galerista parisino, así como las relaciones que desplegó con otros artistas, entre los que figuran varios de los más importantes del siglo XX. Así, la exposición reúne obras de Georges Braque, Alexander Calder, Alberto Giacometti, Pablo Palazuelo, Barbara Hepworth, Antoni Tàpies, Joan Miró o Marc Chagall.

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