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Para la cimentación de 'Elogio del horizonte' se realizó un pilotaje que llegó a los 20 metros de profundidad.
Para la cimentación de 'Elogio del horizonte' se realizó un pilotaje que llegó a los 20 metros de profundidad. José Simal

Elogio del horizonte: «La patria común de los seres humanos»

Decía Chillida que el horizonte es «el punto donde todos nos reconocemos». Durante años buscó el emplazamiento ideal para su proyecto y lo encontró en Gijón

Mitxel Ezquiaga

San Sebastián

Domingo, 7 de enero 2024, 07:00

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«El horizonte es el punto donde todos nos reconocemos». Eduardo Chillida

Durante años buscó el emplazamiento ideal para su proyecto y lo encontró en Gijón. Son 500 toneladas de escultura en forma de abrazo. Cuando se instaló, en 1989, hubo polémica en la ciudad; hoy es su símbolo. Como ocurre siempre con Chillida, la historia mezcla arte, prodigio técnico y poesía.

Eduardo Chillida buscaba un lugar especial donde emplazar un elogio del horizonte, «la patria que hermana a todos los seres humanos», y Gijón quería levantar un icono en su Cerro de Santa Catalina, el enclave comprado al Ejército y asomado al mar en el corazón de la ciudad. Parece una feliz historia de chica conoce chico, pero antes de ese 'happy end' hubo muchos giros de guion. Hoy es una de las piezas monumentales más respetadas de Chillida, otra de sus obras donde el arte y la naturaleza se mezclan con armonía.

Elogio del horizonte

Cerro de Santa Catalina

Gijón

Elogio del horizonte

Cerro de Santa Catalina

Gijón

Elogio del horizonte

Cerro de Santa Catalina

Gijón

Elogio del horizonte

Cerro de Santa Catalina

Gijón

La obra nació en el estudio del

escultor, se ‘probó’ con un modelo

a escala natural en poliexpán en

Hernani y se levantó bajo el

cálculo técnico del ingeniero

Fernández Ordóñez.

La obra nació en el estudio del escultor,

se ‘probó’ con un modelo a escala

natural en poliexpán en Hernani y se

levantó bajo el cálculo técnico del

ingeniero Fernández Ordóñez.

La obra nació en el estudio del escultor,

se ‘probó’ con un modelo a escala

natural en poliexpán en Hernani y se

levantó bajo el cálculo técnico del

ingeniero Fernández Ordóñez.

La obra nació en el estudio del escultor,

se ‘probó’ con un modelo a escala

natural en poliexpán en Hernani y se

levantó bajo el cálculo técnico del

ingeniero Fernández Ordóñez.

Desde mediados de los 80 el escultor tenía su 'elogio del horizonte' en la cabeza. Recorrió todo el arco atlántico en busca del sitio ideal, y hasta creyó encontrarlo en Bretaña. Pero Gijón se cruzó felizmente en su camino. El Ayuntamiento compró en el año 1982 esos 60.000 metros cuadrados de terreno al Ministerio de Defensa y quería una escultura simbólica. En 1987 Eduardo Chillida viaja a Oviedo a recoger el Príncipe de Asturias de las Artes y al regreso se detiene en Gijón. Fue hasta el cerro y se quedó impresionado. «Es un espacio extraordinario: resulta un milagro que se conserve algo tan natural en un lugar así».

Y así nació una de sus obras de mayores dimensiones: 500 toneladas en hormigón, con sus 10 metros de altura, 15,5 metros de largo, 12,5 metros de ancho y 1,40 metros de grosor. Se inauguró en 1989. «Ahora el mar, el viento y el paso del tiempo completarán la obra», dijo el artista. Tres décadas después es símbolo de Gijón.

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