Campeonas ayer, hoy y siempre

El Bera Bera es un seguro. Un acompañante fiel, leal, incansable, que siempre está ahí. La sociedad guipuzcoana se ha acostumbrado a que no falle en las citas grandes y a celebrar todos sus logros, que son muchos. El Bera Bera siempre está ahí. No es un equipo imbatible. Nadie lo es, en ninguna modalidad, pero ayer sus jugadoras se sintieron invencibles. Espoleadas y llevadas en volandas por más de cuatro mil personas, volvieron a escribir un capítulo de la historia del club con letras de oro. Delante de una afición entregada, sedienta de gloria, las pupilas de Imanol Álvarez, como esperábamos, no les fallaron.

El Bera Bera decora sus vitrinas con otra Copa de la Reina, en esta ocasión una muy especial. La primera siempre es recordada, como las épicas, o las que se consiguieron remontando o con un final apretado. Y la de 2024 lo será porque se logró en Donostia. En Illunbe.

No le tembló el pulso al club de Bidebieta al repetir la organización después de que dos años atrás se quedara a las puertas de tocar el cielo. No tuvo miedo ni vértigo de organizar y volver a meterse en el 'marrón' de ser el anfitrión, con mucho que ganar, sí, pero con esa incógnita de firmar un segundo revés. El ambiente en el gigantesco recinto fue espectacular. Y las chicas de Imanol Álvarez estuvieron a la altura haciendo de maravilla lo que saben hacer y lo que les ha llevado a ser un equipo de nunca falla. Llega a finales, las gana, levanta títulos de liga, pasea el nombre del club y el territorio por Europa. El de este domingo es su vigésimo quinto trofeo.

El Bera Bera ha sabido mutarse con el paso de las temporadas mientras otros equipos no pueden decir los mismo. Se van jugadoras, es inevitable porque en el extranjero las condiciones son mejores, pero el proyecto está intacto en Bidebieta. Por eso decidieron salir, coger el autobús 14 y presentarse en el Gasca. Con entradas que rozan el lleno, con partidos que se ganan día sí y día también. Y la guinda ha sido volver a congregar más de cuatro mil aficionados para presenciar una final.

El Bera Bera está en la vida de los donostiarras y guipuzcoanos. No puede haber nada mejor que eso para un equipo deportivo. Con aquel germen que fue el Corteblanco Bidebieta por donde pasaban equipos noruegos, daneses, rusos, rumanos... mitos del balonmano como Tati Garmendia, Esme López, Matxalen Ziarsolo, Eli Pinedo dieron el testigo a Esther Arrojería, Alba Menéndez y Maitane Etxeberria. Larga vida a un Bera Bera que nunca falla. Hay veces que se gana –muchas para ellas– y otras que se pierde. Pero ahí están ellas para dejar un recuerdo imborrable.