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Jokin Altuna estaba completamente abatido a la conclusión de la final. Le cedió el trofeo de subcampeón a Ibon Arakistain cuando se dirigía a vestuarios tras la entrega de premios. Le quemaba en las manos. Compareció en la sala de prensa con los ojos vidriosos y las lágrimas brotaron mientras respondía a las preguntas de los periodistas. Le costaba incluso articular las palabras. Su análisis del partido fue claro. «Él ha jugado bien y yo he hecho muchos regalos. Tengo que seguir aprendiendo. He ido siempre por detrás en el marcador y he jugado sin darle a la pelota. Ha sido un desastre de partido por mi parte. Erik ha jugado mucho y ha ganado merecidamente».
El amezketarra reconoció que «hasta ahora había jugado partidos con tensión y había llegado aquí por haber hecho bien las cosas. Incluso en las finales que no he ganado, al menos había jugado bien. Erik ha mandado y ha sido mejor. No queda otra que felicitarle. Que disfrute del título, se lo ha merecido».
Estuvo a punto de protagonizar la remontada al colocarse a un tanto 21-20 tras haber ido perdiendo antes con claridad (5-0, 16-7 y 21-14). «Le he tenido cerca, pero me vendía enseguida. En tres o cuatro tantos le he hecho daño cuando le daba a la pelota, pero no he acertado nada. He jugado muy equivocado, no he hecho nada para ganarle».
Hundido anímicamente, se planteó renunciar al Campeonato del Cuatro y Medio, del que es subcampeón. «Ahora mismo, no sé si voy a jugar el Cuatro y Medio», avanzó.
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