EH Bildu mantuvo ayer la tendencia al alza que le acompaña desde 2016. Su discurso cala cada vez con más fuerza en el electorado, que le ve como la única alternativa real hoy en día al PNV, por lo que es capaz de aglutinar en ... torno a sí no solo al votante más independentista, sino también al descontento que busca un cambio de gobierno, como demuestra que haya sido la lista más votada en Zaldibar y Ordizia.
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Lejos de perjudicarle, la alta abstención pareció incluso favorecer a la coalición, que logra el mejor resultado de su historia en escaños (22, cuatro más) y porcentaje de votos (27,8%, seis puntos más que en 2016). No obstante, las casi 250.000 papeletas cosechadas aún distan de las 277.923 que logró en 2012 y de las 285.290 que obtuvo su antecesora Amaiur en las generales de 2011, un mes después de que ETA anunciara el final de su actividad armada, y que sigue constituyendo el máximo histórico para la izquierda abertzale.
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La candidatura de Maddalen Iriarte se vio favorecida por el desplome de Elkarrekin Podemos, a quien ha arrebatado el liderazgo en el segmento de población progresista urbano. Así, EH Bildu es ya la segunda fuerza en las tres capitales vascas, por detrás del PNV. Hace cuatro años fue cuarta en Bilbao y Vitoria, superada en ambas por Podemos y PP. En San Sebastián ya fue la segunda fuerza en 2016, y ayer recortó en casi 3.000 votos su distancia con los jeltzales, dejándola en 10.000.
Para el cuaderno de anécdotas quedará el resultado en Durango, localidad de residencia de los cabezas de lista de PNV, EH Bildu y Podemos. Iriarte no pudo con un Urkullu intratable en el derbi a tres vecinal.
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EH Bildu fue también segunda fuerza en los tres territorios, igual que hace cuatro años. Pero con una diferencia. La coalición ha recortado su distancia con el partido de Iñigo Urkullu en 70.000 votos en el conjunto de Euskadi. Si en 2016 los jeltzales superaron los 398.000 apoyos y EH Bildu se quedó en 225.000 (173.000 de diferencia), ayer esa distancia quedó reducida a poco más de 100.000 papeletas (100.741, exactamente).
En Gipuzkoa la diferencia se ha estrechado aún más. La coalición se queda a apenas 4.000 votos del PNV, frente a los más de 18.000 que les separaron en 2016. Un margen escaso pero suficiente para que los jeltzales hayan logrado por este territorio un asiento más que los independentistas (10 frente a 9).
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Los resultados confirman que la estrategia de la coalición que dirige Arnaldo Otegi de presentar cada cita con las urnas en Euskadi como una confrontación entre dos modelos encarnados por el PNV y EH Bildu le da buen rédito en votos y representatividad, aunque no termina de lograr el resultado esperado en términos de poder y de conseguir el 'sorpasso'.
Y es que la polarización de la política vaca está beneficiando a los abertzales, pero tanto o más a los jeltzales, que acaparan a su vez el voto continuista moderado de quienes no quieren ver a EH Bildu al frente de las instituciones. La distancia entre los dos grandes partidos se acorta, pero no al ritmo que desea la entente de Sortu, EA, Alternatiba e independientes, que ve cómo esa dicotomía en que está instalada la política vasca perjudica más al resto de formaciones que a la que se quiere desbancar.
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El resultado de ayer, en cualquier caso, es histórico para EH Bildu. Y como tal, Maddalen Iriarte lo celebró eufórica en la sede de la coalición en San Sebastián.
La candidata a lehendakari valoró que el nuevo crecimiento electoral de su formación representa «el comienzo de un cambio que va a ser muy importante en Euskal Herria». Arropada por otros dirigentes y candidatos, como el coordinador general, Arnaldo Otegi, o el secretario general de Sortu, Arkaitz Rodríguez, Iriarte comparecía pasadas las once de la noche para «agradecer» efusivamente el apoyo recibido por «miles y miles de vascos», felicitar a Iñigo Urkullu por su victoria, y recordar a las miles de personas contagiadas y fallecidas por el coronavirus.
Se reconoció «muy contenta» porque «cada vez hay más gente cercana a los valores de EH Bildu», lo que le dio pie a subrayar que «tenemos que construir este país, levantarnos y EH Bildu tiende su mano para hacerlo».
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La cabeza de lista tuvo un recuerdo especial para los enfermos activos de Covid y para quienes esperan el resultado de un test, que al estar en cuarentena no pudieron ir a votar, y para todo el personal sanitario y de servicios esenciales. «Vamos a trabajar y a hacer un trabajo serio para reconstruir este pueblo», concluyó.
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