Euskadi ya no es un oasis. 4.722 alaveses abrieron el domingo las puertas del Parlamento vasco a Vox, que obtuvo un total de 17.517 votos entre los tres territorios. Amaia Martínez, periodista de formación y dueña de una armería, será la voz del ... partido de Santiago Abascal en el Legislativo de Vitoria. Se compromete a decir las cosas «bien claritas» desde la tribuna, pero nunca en euskera pese a que lo habla.
- ¿Cuál es la principal causa que ha abierto las puertas del Parlamento vasco a Vox?
- Toda esa gente que vive silenciada en el País Vasco. Hay quien todavía ahora no se atreve a decir que vota a Vox porque enseguida pueden marcarte.
- ¿Esos votantes no encontraban acomodo en otras formaciones como el PP?
- Hay un poco de todo. Seguro que ha habido gente desencantada con el PP, pero también otros que igual no tenían confianza en ningún partido y han vuelto a ver una esperanza en nosotros. También obreros que quizá no estén en la situación más adecuada pese a las promesas.
- ¿Cree que la campaña de acoso en sus mítines les ha proporcionado mayor notoriedad?
- No, ha sido un acoso y derribo por el cual no hemos podido hacer llegar nuestro mensaje a quienes querían escucharnos. Una familia con niños no podía ir a un acto rodeado por los ultraizquierdistas.
- ¿Cree que en Euskadi hay libertades en riesgo?
- Si no hubiera ese riesgo, mucha gente diría lo que piensa sin miedo. Siempre digo que la libertad de expresión empieza por el respeto a quien piensa diferente. Los demás nos merecemos lo mismo. No se puede imponer una ideología a base de violencia.
- Vox ha propuesto ilegalizar partidos nacionalistas. ¿Eso no va también en contra de la libertad de pensamiento?
- Si están dentro de la legalidad, no se pretende ilegalizar a nadie. Se han remarcado los motivos por los que se podría hacer, no decimos que se estén cumpliendo. No es el momento.
- ¿Cómo va a ser su convivencia con el resto de parlamentarios?
- Cordial. Voy a decir bien claritas las cosas que hemos dicho desde el principio. Se puede dialogar y decir lo que cada uno opine, pero siempre desde la base del respeto.
- ¿Se podría sentar en torno a una mesa con alguien de Bildu?
- Sería complicado, pero se intentaría, por supuesto que sí. No digo que me vaya a sentar porque primeramente deben hacer muchas cosas como denunciar las muertes de ETA. Es algo humano. Pero somos capaces de estar en un Parlamento y dialogar.
- Usted sabe euskera. ¿Lo hablará desde la tribuna?
- No, para nada. Abogo por hablar en castellano, que es la lengua que nos une y es el derecho de cualquier ciudadano.
- ¿Qué papel debe ocupar el euskera en la sociedad vasca?
- Es una lengua patrimonial y jamás he dicho que no deba estar. Lo que no se puede hacer es imponerla desde el colegio hasta las oposiciones. Es injusto que gente del resto de España no pueda opositar en el País Vasco porque el euskera les limita. Genera desequilibrios.
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