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Viernes, 23 de agosto 2019, 06:52
El precio del aceite de oliva ha subido considerablemente en nuestro país, sobre todo en sus versiones virgen y virgen extra, hasta convertirse prácticamente en un producto de lujo para el consumidor medio. Tradicionalmente, su precio era comparativamente razonable, al menos respecto ... a lo que se paga por él en los países no productores. Pero a día de hoy, ante esa escalada de precios, muchos consumidores se han decantado por la alternativa del aceite de girasol.
Una concepción equivocada que recorre las mentes de los consumidores es que el aceite de girasol es la 'alternativa pobre' del de oliva, por una supuesta peor calidad. Esto no es exactamente cierto. Pese a que el aceite de oliva tenga propiedades excepcionales, es un gran error hacer de menos al aceite de girasol.
Existe una creencia extendida de que a la hora de freír hay que usar el aceite de girasol porque es más barato, peor o simplemente más neutro de gusto. También que la alta temperatura desnaturaliza algunas de las propiedades del aceite de oliva. Lo cierto es que el aceite de girasol no es bueno para las frituras, al menos no tanto como el de oliva. Y es que por el tipo de ácidos grasos que comprende está más preparado para resistir las altas temperaturas sin degenerar. Al contrario, el de girasol es más tendente a formar polímeros similares a las grasas saturadas. Si se fríe con él, conviene no reutilizarlo.
Es muy común la afirmación de que el aceite de girasol es más pobre desde el punto de vista nutricional. Pero esto no implica que el aceite de girasol no tenga su propio valor. Es cierto que el aceite de oliva es excepcional por sus propiedades vitamínicas, sus compuestos antioxidantes y su alto porcentaje en ácido oleico (muy beneficioso para la salud cardiovascular, la prevención contra el cáncer o la diabetes).
A pesar de ello, el aceite de girasol no se queda atrás. De hecho, se hace valer por sus ácidos grasos esenciales para el cuerpo humano, y el ácido oleico tampoco es despreciable (un 22%). A su vez, siempre que sea virgen, es uno de los alimentos más ricos en vitamina E que existen.
Sin duda, la creencia más equivocada es aquella que indica que usar el aceite de girasol crudo es un error. El aceite de girasol es mucho más apropiado para mezclar con otros elementos, ya que su suave sabor hace que los respete, lo cual no ocurre con ciertos aceites de oliva. Por ejemplo, se cree firmemente que en las ensaladas solo hay que usar el de oliva. Para aquellas donde priman otros sabores, o para mezclar con dulces e incluso ácidos, es más interesante un aceite más suave como el de girasol. El aceite de oliva tiene una gran personalidad, con un sabor potente y un amargor y un picor muy característicos.
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