
Martes, 21 de abril 2020, 10:29
El sirope es el resultado de la extracción de la savia de diferentes plantas a las que, tras su extracción, se les elimina parte del agua y se concentran los azúcares. El proceso de extracción de la salvia consiste en la perforación del tronco con tubos de plásticos que recogen la savia que más adelante se cocinará.
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Existe una gran variedad de siropes y cada uno de ellos tiene sus propias propiedades: los más comunes son el sirope de arce, de arroz, de cebada, de manzana y de agave.
El sirope por excelencia de los amantes de este manjar líquido es el sirope de arce. Éste proviene de un árbol autóctono de Canadá y suele recomendarse para personas diabéticas, debido a que estimula a bajada de insulina del organismo.
Tal y como su propio nombre indica, el sirope de arroz se obtiene gracias a la fermentación de arroz de cultivo ecológico. Éstos suelen resultar de gran utilidad para las personas que suelen sufrir de ansiedad por comer, ya que debido a os polisacáridos que posee ralentiza el apetito.
El sirope de cebada no contiene ni aditivos ni colorantes y se obtiene del grano de la cebada. Este sirope, debido a su alta cantidad de fibra y proteínas suele recomendarse para niños y para adultos con problemas cardíacos.
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Al jarabe que se extrae de la cocción de manzanas se le denomina sirope de manzana. Este sirope es más oscuro y espeso que el resto y resulta muy beneficioso para aquellas personas con problemas de colesterol y diabetes.
Por último, el sirope de agave se obtiene de la misma planta de la que se extraen los jugos para realizar tequila. Algunos de estos tipos de siropes suelen llegar a estar tan refinados que su composición acaba siendo de fructosa en un 100%.
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Los siropes son uno de los dulces más naturales que existen, y es muy habitual su uso como sustitutos del azúcar refinado u otros edulcorantes. La idea de que el sirope resulta una opción más saludable que la del azúcar está muy latentes en la sociedad.
No obstante, se debe tener en cuenta que los siropes tienen un contenido en azúcares que oscila entre el 70% y el 90%. El porcentaje restante lo componen agua, nutrientes, vitaminas y minerales, un porcentaje tan ínfimo que queda eclipsado por el azúcar.
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