![Confirman tres casos de niños afectados por el Depakine en Gipuzkoa](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201905/27/media/cortadas/depakine-koJC-U80321022341h6D-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
![Confirman tres casos de niños afectados por el Depakine en Gipuzkoa](https://s3.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201905/27/media/cortadas/depakine-koJC-U80321022341h6D-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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Han sido años de incertidumbre, de innumerables consultas médicas, esperando un diagnóstico que nunca llegaba. Tres madres guipuzcoanas cuyos hijos sufren algún tipo de discapacidad o problema de desarrollo han obtenido por fin una respuesta al porqué de las dolencias de sus pequeños. La culpa ... la tiene el ácido valproico que tomaron durante el embarazo, el fármaco conocido como Depakine, que en su caso mantenía a raya la epilepsia pero que también se receta a personas que sufren trastorno bipolar. Tras realizarles numerosas pruebas, el médico especialista Juan Antonio Ortega, que ha centralizado todos los casos de valproico desde su consulta en Murcia, les ha confirmado que sus hijos se vieron afectados por el medicamento durante la gestación.
Dos de esas mujeres ya denunciaron la sospecha de que sus hijos podían ser víctimas del Depakine en este periódico hace unos meses, -ambas prefieren seguir conservando el anonimato-. La publicación en estas páginas de un informe de Osakidetza en el que se advertía de los graves efectos que el ácido valproico provoca en el feto en mujeres embarazadas fue el detonante para que comenzaran a buscar información al respecto. Se encontraron con que en Francia e Inglaterra hay miles de niños afectados por el fármaco y reconocieron en sus hijos los efectos más comunes que provoca. Su ingesta durante el embarazo puede generar malformaciones físicas en el 10% de los bebés y hasta un 40% de nacidos con problemas de desarrollo (menor coeficiente intelectual, problemas de habla y comprensión, autismo, etc.). Pero nadie les avisó de esos riesgos.
A través de Avisav, la Asociación de Víctimas de Ácido Valproico, contactaron con el doctor Ortega, especialista en la historia clínica ambiental y quien centraliza desde la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Universitario Virgen de Arrixaca de Murcia todos los casos de afectados por el Depakine. Tras una evaluación completa, el médico les ha confirmado que los problemas de salud y de desarrollo que sufren sus hijos son provocados por la transmisión del medicamento durante su gestación.
Desconocimiento Las afectadas aseguran que sus neurólogos no les avisaron de las contraindicaciones
Diagnóstico Los tres casos de Gipuzkoa han sido confirmados por un especialista de Murcia
Aumento de casos Se estima que en España hay 10.000 afectados, en Francia 11.000 y 77.000 en Reino Unido
La tercera de las guipuzcoanas afectada es María Ángeles López, una ordiziarra que ha emprendido un proceso judicial para denunciar a la farmacéutica que distribuye el Depakine, Sanofis, y a su aseguradora. Una demanda que interpondrá conjuntamente con otras familias representadas por Avisav. El informe médico que confirma que las incapacidades de sus hijos son causa de la ingesta del fármaco es la principal baza con la que cuentan, expedientes que también han sido remitidos a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps).
La hija de María Ángeles tiene ahora 30 años. Nació aparentemente bien, pero a los seis meses de vida empezó a sufrir los primeros ataques de epilepsia, aunque al ser una enfermedad que puede ser hereditaria no indagaron más. No obstante, los problemas fueron creciendo. Actualmente tiene un 76% de discapacidad y sufre un retraso en el desarrollo. «Sientes mucha rabia e impotencia, porque yo pregunté a mi neurólogo si podía seguir tomando la medicación para la epilepsia y me dijo que sí. Y ahora sé que fue eso lo que hizo daño a mi hija», explica con resignación.
Asegura que su objetivo con la demanda no es tanto obtener una indemnización, sino «evitar que el Depakine se siga recetando a mujeres en edad fértil, que esté absolutamente contraindicado para aquellas que quieren tener una familia».
Las otras dos madres guipuzcoanas tienen diferentes opiniones respecto a iniciar un proceso judicial contra la farmacéutica que distribuye el Depakine. Una de ellas tiene pendiente una conversación con el abogado de la asociación de afectados y asegura que no descarta emprender acciones legales. «Tengo que estudiarlo. Recibí el informe médico que confirmaba que mi hijo era víctima del Depakine hace solo unas semanas», lo que ha sido un «alivio, porque después de tanto tiempo por fin tengo un diagnóstico».
Esta guipuzcoana lleva tomando el fármaco para controlar la epilepsia desde que era adolescente. Cuando se quedó embarazada y preguntó a su neurólogo sobre el riesgo de seguir tomando el Depakine, este le contestó que «tenía más riesgo dejar de tomarlo». Perdió dos bebés, y en su tercer embarazo se le rompió la bolsa a las 27 semanas, -son 40 semanas a término-. Tuvieron que practicarle una cesárea a la semana y su hijo nació con un kilo de peso, aunque tras muchísimas dificultades consiguió salir adelante. Ahora tiene doce años. Su madre asegura que «otros grandes prematuros no sufren las mismas secuelas. Tiene una discapacidad del 54% y también síntomas de autismo».
La otra guipuzcoana afectada, por su parte, descarta iniciar medidas legales, y lo hace precisamente por su hijo, que ahora tiene 19 años. «Sé que sería una batalla muy larga, que duraría años, una lucha de David contra Goliat. Porque las farmacéuticas tienen muchísimo poder. Pero mi hijo está estudiando y ahora tiene otras prioridades, no quiero que tenga que estar prestando declaración de juicio en juicio», explica. No obstante, asegura que apoyará al resto de familias de la asociación que sí decidan denunciar. Ella sufrió dos abortos y llegó a dar a luz a un bebé que murió a los dos días de nacer y que presentaba una malformación. Finalmente consiguió ser madre de dos hijos, uno de 16 años que sufre epilepsia y otro de 19 que padece problemas digestivos. Los análisis realizados por el doctor Ortega confirmaron que tiene una malformación en el páncreas provocada por el Depakine que tomó su madre cuando estaba embarazada. «No tenemos suficientes palabras de agradecimiento para el doctor, porque al final no se trata de buscar culpables, sino de asumir responsabilidades», afirma. El médico le ha recomendado realizar una ecografía a su hijo pequeño para descartar que también tenga anomalías en alguno de sus órganos.
Para esta guipuzcoana y su familia la noticia de que la dolencia de su hijo es causa del fármaco ha sido un duro golpe. «Lo hemos pasado muy mal y nos ha costado mucho digerirlo. Han sido muchos años de sufrimiento, en los que los médicos achacaban mis problemas para ser madre a la mala suerte», se lamenta. Incluso llegó a preguntar si su medicación para la epilepsia podría haber influido, «porque el neurólogo en vez de bajarme la dosis me la subió durante el embarazo, y tomaba entre 1.500 y 2.000 gramos de Depakine al día».
El informe emitido por Osakidetza meses atrás reconocía que los efectos perjudiciales por la ingesta de Depakine en el embarazo han sido confirmados por numerosos estudios científicos, «sin que se pusiera remedio ni se informara de manera adecuada a las mujeres en edad fértil». Para evitar nuevos casos, Osakidetza revisó el año pasado el tratamiento de 1.200 mujeres en edad fértil que toman este fármaco, bien para cambiarles el medicamento bien para recordarles que no pueden quedarse embarazadas en ese tiempo.
Asimismo, ha introducido una señal específica de alerta sanitaria que sale en la pantalla del ordenador cuando el profesional receta el Depakine, y se ha incluido esa información en las hojas que se entregan al paciente para explicarle el tratamiento.
No obstante, las autoridades sanitarias vascas dan por hecho que cada vez se destaparán más casos, como ya está ocurriendo en Reino Unido y Francia. En España, la primera alerta sanitaria por el uso del ácido valproico llegó en 2014 y, curiosamente, desde entonces su administración aumentó. En Euskadi, el número de mujeres en edad fértil (entre los 14 y los 50 años) en tratamiento con Depakine creció un 10% hasta 2017, pasando de 1.083 a 1.200.
Aunque por el momento no existe un registro oficial de afectados, principalmente porque es un problema silenciado durante años por toda la cadena sanitaria, desde Avisav calculan que podría haber hasta 10.000 personas que habrían nacido con malformaciones o con problemas de desarrollo causados por el ácido valproico. En Francia se estima que podría haber más de 11.000 menores con daños, y en Reino Unido la cifra asciende a 77.000.
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