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Claudia Turiel
San Sebastián
Viernes, 2 de agosto 2024
El pequeño municipio de Ezkio-Itsaso vuelve a ser noticia. El nombre de la localidad del Alto Urola, ubicada en el corazón de Gipuzkoa y a 40 minutos en coche de la capital, copa de nuevo titulares tras el choque institucional sobre la futura conexión de la Y vasca con Navarra. ¿El enlace del tren de alta velocidad será a través de Ezkio o de Vitoria? Mientras se deshoja la margarita de este proyecto estratégico que lleva 20 años encima de la mesa, quizás algún lector no recuerde que ya hay una estación construida en Ezkio, una estación fantasma que aguarda los trenes y sigue a la espera de saber si se convertirá en la conexión clave con el Mediterráneo.
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El Diario Vasco ha visitado la terminal, que ha sido construida en el barrio de Santa Luzia y cuyas obras terminaron hace una década. Situándonos en la carretera frente al ayuntamiento del municipio, es necesario coger una desviación y subir una colina que, aun sin estar señalizada, tiene destino a la que podría ser la futura estación del TAV. Hoy la terminal se ve abandonada y sin uso.
A la espera de trenes y viajeros que le den vida, los graffitis y la maleza se han apoderado por completo de la desierta infraestructura. Sin vigilancia ni seguridad, la parada se ha convertido en un lienzo en blanco que los artistas callejeros han aprovechado para plasmar sus pinturas. A pesar de que el acceso está bloqueado por una valla metálica y cerrado con un candado, estas medidas parecen no ser suficientes para mantener fuera a quienes intentan colarse, evidente por las pintadas que adornan las paredes de hormigón. Otro elemento protagonista en este espacio es la naturaleza. Más allá del bosque que la rodea, la hierba alta y los arbustos crecen sin control y sin medida. Y es el agujero en el cercado de alambrado el que ofrece una perspectiva más clara hacia el interior.
Cada mañana, José Antonio y Belén aprovechan que sus perros necesitan salir a moverse para dar un paseo matutino. El trayecto que realizan, acompañados por sus peludos de cuatro patas, pasa frente a esta estación fantasma. Es un edificio que ven «cada día» y, en consecuencia, han sido testigos de su abandono. «Más que una estación de tren parece un bidegorri. El más caro de Europa, además», asegura el ezkio-itsasotarra ente risas, aunque algo indignado. Ambos aseguran que lo que más «molesta» a los vecinos es la falta de información.
José Antonio
Vecino de Ezkio-Itsaso
«Nadie sabe qué va a pasar con esto», señala Belén mientras observa lo que en un principio iba a ser un enlace clave de la Y vasca. A su lado, José Antonio confiesa que, si la decisión sobre el enlace con Navarra fuera suya, «terminaría lo que está empezado. Se debería conectar en Ezkio, y así darle uso y aprovechar lo que ya está construido». De momento no se esperan avances. «La estación lleva más de dos años en este estado. Nunca hay nadie y está muy descuidada», explica José Antonio, quien añade que «una vez al año, más o menos, viene alguien a limpiar un poco la zona y la vegetación», aunque esta rápidamente se reapodera de la construcción «y termina luciendo como está ahora». Entonces, la pareja y sus mascotas continúan su ruta matutina, dejando atrás la vacía estación.
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Para otros, la mañana no comienza con un paseo, sino con una visita obligatoria a su bar de confianza. Es aquí, en el barrio de Santa Luzia, donde Mari Carmen Elorza disfruta de su desayuno. A pesar de no ser de la localidad, esta ormaiztegiarra está al tanto de las novedades, aunque, como parece ser común, está «algo confundida y perdida. Al principio se decía que iba a ser aquí, luego que igual no, ahora resulta que se hará en Vitoria...». La confusión es notable, pero si algo teme Elorza es que «yo no llegaré a ver el tren en marcha» asegura en tono irónico. «Lleva años construyéndose la infraestructura y no tiene pinta de que el servicio vaya a arrancar pronto».
Belén
Vecina de Ezkio-Itsaso
Antes de salir a andar en bicicleta, como hace cada día sobre las 11.00 de la mañana, José se acerca al bar a coger las energías necesarias para el esfuerzo que le espera. Es un habitual, al igual que los otros vecinos de la zona apoyados en la barra mientras se ponen al día antes de proseguir su jornada. «En 2019 se decía que iba a estar terminada y que íbamos a poder ir a Madrid a tomar unas copas de vino y volver, y mira dónde estamos», se queja, provocando las risas de los presentes. Además de conseguir unas carcajadas, su opinión hace que muchos asientan con la cabeza y le den la razón. «Se han metido en un lío», continúa. «Nos prometieron esta conexión hace unos 20 años... Cuanto antes se termine y lleguen a una decisión, mejor», reclama.
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Mientras se toman el café, más clientes se unen a la conversación. «La verdad es que sería una gozada hacer uso de un servicio así». «Imagínate: vas a Madrid a pasar el día, haces unas compras y luego te vuelves. Pero claro, para eso es necesario que la Y vasca pase por aquí». Hasta entonces «tendremos que ir en coche».
También están los vecinos que se posicionan en contra del «impacto medioambiental que las obras han generado en Ezkio», como es el caso de otro habitante que habla desde el anonimato. Otra de sus preocupaciones es «la contaminación acústica una vez se ponga en marcha, si es que alguna vez lo hace. Porque claro, la obra está terminada, el dinero gastado... El destrozo está hecho», añade con cierto descontento. «Han quitado terrenos a caseríos. Algunos, aunque no querían, se han visto obligados a quitarlos... Al menos espero que sirva para algo». Una vez más, añade que la desinformación entre los habitantes más cercanos a las instalaciones es «muy grande». «Todo son dudas. Estamos completamente a ciegas».
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Este mismo sentimiento lo comparte Joseba Tellería, alcalde de Ezkio-Itaso, quien afirma que su situación es de «hartazgo. Estamos, desde el Ayuntamiento también, en un desconocimiento total». Después de tantos años de obra, y con las instalaciones en Santa Luzia ya terminadas, «seguimos sin entender los beneficios de que se conecte en Ezkio, o no. Nadie nos explica por qué es mejor una opción que otra. Vale, una es más cara, otra más barata... ¿Pero qué supone cada una para nosotros, los vecinos?».
El alcalde insiste en que el proyecto está finalizado, «únicamente faltan los detalles que, ahora, como está todo parado, no hemos querido añadir para evitar problemas de vandalismo», asegura, haciendo referencia a las «marquesinas, el mobiliario...». Han pasado décadas desde que se comenzó a barajar la idea de la estación guipuzcoana para el TAV, y todavía no se sabe si el trabajo realizado en el barrio de Santa Luzia será aprovechado. «Es un proyecto de muchos años de duración, ¿y al final va a ser solo una zona de paso, y no la conexión con Navarra, como estaba prometido? Esta decisión sería un gran chasco», lamenta.
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Por otro lado, Tellería hace hincapié en lo provechoso que sería el TAV para los ezkio-itsasotarras, pero también para los «muchos miles de habitantes» de las localidades vecinas, como «los que vengan de Zumarraga, Urretxu, Beasain, Legorreta, Olaberria... Se le daría mucho uso».
Utiliza como ejemplo otros países en los que parece que la decisión no es tan complicada, y donde las prioridades son distintas. «Hay sitios en donde no se mira el costo de las obras, sino que se mira el aprovechamiento que se le daría al proyecto». A su vez, el alcalde confiesa que se encuentra en una «situación muy incómoda. Cuando nos preguntan no sé qué decir, porque no tenemos información». También resulta «desagradable» para el pueblo. «Ezkio lleva años en boca de todos por este tema, pero los que toman las decisiones seguro que no saben ni situarnos en el mapa».
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El trazado de la Y vasca en Ezkio-Itsaso se levantó, hace más de una década, en el barrio de Santa Luzia. En dicho punto, la historia cuenta que en junio de 1931 se apareció la Virgen a dos niños del pueblo. A partir de entonces, el lugar fue escenario de masivas concentraciones de personas atraídas por las visiones protagonizadas por algunos lugareños. La devoción por la virgen de Ezkio todavía está viva, pero las obras del tren de alta velocidad obligaron a cambiar de ubicación el pequeño santuario construido con anterioridad. Entre las obras complementarias realizadas por Euskal Trenbide Sarea, se incluyó la construcción de un nuevo santuario para la virgen. Con la obra del TAV, en Ezkio se cumple una de las predicciones que, según cuentan, realizó la virgen. «Dijo que todo el entorno iba a llenarse de caminos y carreteras», cuenta un lugareño. Y así ha sido. La autovía Beasain-Zumarraga cercana y las obras del tren de alta velocidad parece que dan por buenas las predicciones marianas.
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