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La madrileña Montserrat Estaca releva como jefa de Tráfico de Gipuzkoa a Alejandro Domínguez, de quien había sido su segunda espada desde noviembre de 2019. Esta ingeniera de caminos defiende que la nueva Ley de Tráfico que este lunes entra en vigor «hace hincapié ... en las infracciones más habituales y peligrosas», con un aumento de los puntos detraídos para combatir «una cierta relajación» al volante. En Gipuzkoa, ve en buena dirección la descongestión de la bolsa de alumnos para sacarse el carné.
– La nueva ley de tráfico elimina el margen de 20 km/h para adelantar, algo controvertido porque puede alargar el tiempo en el que se invade el carril contrario...
– Esa es la lectura mala. El límite de 90 km/h en carreteras convencionales ha permitido bajar la gravedad de los accidentes, y si permites adelantar a 110 km/h, el peligro para el que viene de frente es mayor. Hay que darle margen a la medida y también ser conscientes de que si en autopista vamos a 128 km/h, más de lo permitido, nos adelantan como aviones. Todo lo que sea para reducir víctimas mortales, es básico.
– En este sentido, 2021 fue un año muy trágico para los motoristas en Gipuzkoa y ya llevamos tres muertos en 2022.
– Nos preocupa mucho. La DGT lleva años haciendo campañas de vigilancia y concienciación, como la de fin de año para regalar airbag. ¿Qué podemos hacer? ¿multar más? Un vehículo puede convertirse en el arma de un delito, y todos debemos concienciarnos de la responsabilidad que supone cogerlo. Debemos tener cuidado con los ángulos muertos para no colisionar con una moto o ciclista, pero a lo mejor el de la moto tampoco puede zigzaguear entre coches.
– 2021 es el año con más puntos detraídos a conductores de Gipuzkoa desde 2015.
– No tenemos competencias en seguridad vial, pero es verdad que todas las medidas nacen con un fin y con el tiempo pierden su eficacia. Es lo que le puede estar pasando al carné por puntos, y la nueva Ley de Tráfico va a hacer hincapié en las infracciones más habituales y peligrosas, con un incremento de los puntos, porque había una cierta relajación en el uso del móvil, la velocidad o el consumo de alcohol y drogas, que se consume mucho y preocupa.
– ¿Tanto se consume?
– Prácticamente la mitad de controles de drogas dan positivo (según la DGT, uno de cada tres fallecidos en accidente dio positivo en alcohol o drogas).
– Llama la atención la cantidad de puntos detraídos en Gipuzkoa por velocidad, proporcionalmente más que en Bizkaia y Álava.
– No entraré ahí, pero en Gipuzkoa hay mucho radar. Y no me parece mal porque si respetas la velocidad no tendrás problemas.
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Oskar Ortiz de Guinea
– Vayamos al principio... ¿Cómo fue su nombramiento, que el BOE recogió el 25 de febrero?
– Estuve cerca de ir a Cuenca, lo que suponía acercarme a mi casa, en Madrid, pero surgió la opción de seguir aquí, donde estaba feliz y con un gran equipo humano.
– ¿Qué retos se plantea?
– Me gustaría que la atención telemática fuera ágil, porque, aunque parezca una contradicción, los trámites en papel son más rápidos que los telemáticos. La brecha digital también se da en la administración y debemos ponernos las pilas, pero en los últimos meses hemos pasado de dar una cita presencial a las 3 o 4 semanas, a hacerlo en una o menos.
– ¿Y qué logro valora desde 2019?
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Mikel Madinabeitia
– Por ejemplo, poner en marcha el sistema CAPA, que al principio parecía imposible, y hacer telemática toda la tramitación con el colegio de gestores y colaboradores. Cuesta cambiar algunas cosas, pero la gente colabora.
– ¿Qué ha mejorado el CAPA?
– Es un sistema que da minutos de examen a las autoescuelas en función del número de alumnos, de examinadores y de resultados aptos, porque en función del porcentaje de aprobados se les premia o penaliza con minutos. Y en función del tiempo que dispongan, las autoescuelas presentan los alumnos que decidan.
– ¿Se refleja en más aprobados?
– Mucho tiempo se ha visto un mejor porcentaje de aprobados, porque las autoescuelas ahora meten a los alumnos más preparados. Aunque luego les vaya mejor o peor el examen, ya no viene un alumno que prácticamente no sabe arrancar el vehículo, que se veían cosas sorprendentes.
– ¿Tanto como no arrancar?
– Sí, sí, sí. No voy a decir no arrancar pero sí alumnos muy, muy mal preparados, y no por culpa de la autoescuela. Podía ocurrir que la autoescuela presentara la carpeta con alumnos el 15 de marzo, previendo que se les llamara el 15 de mayo, pero se les puede citar el 15 de abril y no hay tiempo a prepararlo. Eso ya no pasa.
– ¿Esos alumnos poco preparados son de autoescuelas tradicionales o de las que garantizan el carné en escaso tiempo?
– Hay de todo, aunque unos sistemas funcionan mejor que otros. No entro ahí, pero una autoescuela no es una fábrica de churros. Cada alumno necesita un tiempo de enseñanza y está claro que no salen maravillosamente preparados. Pero pasa igual en la universidad: el titulado luego necesita coger experiencia laboral.
– ¿Cuál es el índice de aprobados? Su predecesor dijo que rondaba el 50%, que parece bajo...
– ¿Bajo? Si estamos en un 50% nos podemos dar con un canto en los dientes. Desde la pandemia hemos estado incluso por encima del 60%, y ahora estamos peor, pero lo vamos a remontar.
– ¿En cuánto estamos?
– Vamos a remontar.
– ¿Por encima del 40%?
– Depende, pero lo vamos a subir.
– No sé si Tráfico también hace autocrítica, porque ha habido mucho examinador nuevo y esto ha podido incidir en los aprobados.
– La jefatura ahora está muy bien, pero ha habido momentos en que solo hemos tenido seis examinadores de una plantilla de diez. En los cinco últimos meses hemos llegado a tener trece. Se están haciendo cursos de unificación de criterios, el último en octubre, para que todo examinador evalúe de un modo similar. Sí es verdad que un examinador que lleve muchos años puede tender a relajar el nivel de exigencia, aunque sea por sentido común, algo más difícil en alguien nuevo.
– ¿Los examinadores son mayoritariamente guipuzcoanos?
– No. Con los examinadores y el personal de la oficina, la jefatura tiene un problema porque Gipuzkoa es maravillosa pero no es atrayente para el funcionario. En general, vienen personas de otras provincias y en el momento que pueden se mueven a destinos más próximos a su origen. Y hay uno o dos concursos al año... Aquí se oposita más al Gobierno Vasco.
– Y está el coste de la vivienda...
– Es así, un funcionario cobra lo mismo en todas las provincias y alquilar un piso en Donostia son 1.000 euros y en otro sitio, 300.
– ¿Se ha superado entonces el déficit de examinadores?
– Ahora mismo, sí. Cuando hemos tenido trece examinadores, la bolsa de espera ha bajado, aunque menos de lo deseado. Entre otros factores, porque algún alumno no iba al examen por el covid y porque no hay profesores suficientes en las autoescuelas, no solo en Gipuzkoa, y se quedaban circulaciones sin pedir.
– ¿Cuál es esa bolsa de espera?
– Hay que tener en cuenta que hay un porcentaje que es estructural. Por ejemplo, hay quien se saca la parte teórica y luego se va a estudiar o trabajar fuera, y pospone la práctica pero figura en esa bolsa cuando realmente no está a la espera de examen. No me preocupa tanto el volumen de la bolsa como el tiempo de espera para un examen. La bolsa a cero nunca va a estar, y si lo estuviera las autoescuelas no vivirían.
– ¿Cuál es esa cifra estructural?
– Las autoescuelas lo cifran en 1.500-2.000, pero creo que es algo más y aún no hemos llegado a ese nivel. Con los 13 profesores desde mayo, la bolsa bajó más de 800 alumnos: 700 en Donostia, casi 200 en Azpeitia y en Beasain la curva es casi plana: el que desea examinarse, lo hace. Ahora estamos en 4.800 y si seguimos con 8-10 examinadores, iremos bien.
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