Enseguida corrige que ella, de abuela 'Tiktoker' nada. Huye de esa etiqueta, sin embargo, a Iñaxi Lasa le encanta contar con más de 100.000 seguidores en esta red social. «Es una alegría», reconoce esta goierritarra de 98 años. «Un subidón», enfatiza su hijo, Iñaki ... Izagirre y fan número uno de esta mujer que comenzó en el mundo digital como una forma para estar activa y ahora acumula miles de seguidores por todo el mundo, la mayor parte de Sudamérica.
Se le conoce por @ninaiz55 y a sus vídeos no les falta sentido del humor. «Yo no sabía ni lo que era TikTok, ¿qué voy a saber? pero me comentó mi hijo de empezar a hacer estas cosas y me lancé, ¿por qué no? Pasamos buenos ratos y nos echamos bastantes risas, aunque también me canso mucho. A veces estamos una hora para hacer un vídeo, cuesta mucho», comenta Iñaxi después de su paseo vespertino, de 4 kilómetros por los alrededores del caserío donde vive y al que ha dedicado toda su vida. «Me gusta mucho el deporte y bailar. Estoy bien de salud y es importante mantenernos activos. Pero hay que poder y querer», insiste.
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A sus 98 primaveras cumplidas este pasado agosto, Iñaxi es el perfecto ejemplo de que no hay edad para triunfar en las redes. Incluso hacerse viral. Subió su primer vídeo en noviembre de 2020 y meses más tarde ya acumulaba un millón y medio de visitas. «Vimos que tenía mucho éxito porque gustaba mucho, había muchos comentarios. La chica tenía tirón y te vienes arriba», cuenta su hijo, quien se encarga de pensar los contenidos, grabar y editar las publicaciones en las que intenta mezclar «humor, misterio, baile, ejercicios en el gimnasio...». No hay reto que se le resista: se le puede ver moviéndose a ritmo de las últimas tendencias musicales hasta levantando pesas de 5 kilos sin pestañear.
Sin embargo, esa salud de hierro que parece derrochar no es tal, según señala su hijo. «Ha tenido muchos problemas, tuvo cáncer de mama, hace dos años se fracturó la cadera, también pilló el Covid y hace cuatro años perdió bastante visión, se quedó casi ciega y ya no podía ver la tele ni leer, así que pensamos en hacer estos vídeos, que son otra forma de gestionar el ocio. Y apuntarse al gimnasio también vino derivado de su problema de la vista al no poder entretenerse con la lectura o los programas televisivos».
Y el cambio de registro resultó todo un éxito. «Aunque es un mundo bastante duro y cuesta conseguir seguidores, la gente interacciona mucho y escriben comentarios. Eso a mi madre le anima, le da un subidón y ganas para seguir adelante. La gasolina es la ilusión», expresa Iñaki, que se siente «muy orgulloso» de ella y considera un «lujo» tenerla.
Le define como una persona de carácter fácil y con mucho sentido del humor. «¿Su secreto para mantenerse así con 98 años? Seguir peleando cada día, como un deportista de élite, porque la vida no es fácil y detrás de todo lo que hace hay mucho esfuerzo». Dedicó toda su vida al campo, «lo que antes se decía a 'sus labores'» y a punto de rozar la centena, Iñaxi se ha convertido en toda una 'influencer'.
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