Secciones
Servicios
Destacamos
El Aberri Eguna que se celebra hoy llega marcado por el ambiente gélido que se respira en los últimos meses entre el PNV y EH ... Bildu, las dos grandes formaciones abertzales. Si la pugna entre ambos partidos por la hegemonía política es una constante en la Euskadi de los últimos 40 años, la irrupción hace un año de la pandemia de Covid, en un entorno institucional dominado en gran medida por los jeltzales –gracias a una coalición con el PSE que les permite liderar el Gobierno Vasco, las tres diputaciones forales y los ayuntamientos de las capitales–, no ha hecho sino agrandar una brecha que parece difícil reducir en el corto plazo. No al menos antes de las elecciones forales de 2023, donde PNV y EH Bildu volverán a medir sus fuerzas, sobre todo en territorios que se presentan más igualados como Gipuzkoa. Pero ni siquiera ahí se prevé un acercamiento, ya que tras las forales y municipales llegarán las autonómicas de 2014... Y vuelta a empezar.
Hace dos años, cuando PNV y EH Bildu fueron capaces de acordar las bases de un nuevo estatus político para Euskadi en la ponencia de autogobierno del Parlamento, por primera vez desde el Pacto de Lizarra se abrió la posibilidad de una acción conjunta entre abertzales. Pero aquello fue un espejismo y el acuerdo se diluyó tras la posterior encomienda a un grupo de expertos, que compendió un texto menos soberanista al acercar las posiciones de PNV, Elkarrekin Podemos y PSE. Todo ello, entre críticas cruzadas de jeltzales y soberanistas, que se acusaban mutuamente de haberse alejado del pacto inicial. La fallida negociación presupuestaria de 2019, que se mantuvo viva hasta el último minuto, acabó por volar los puentes y alimentar las desconfianzas mutuas.
Las espadas estaban en todo lo alto entre ambos de cara a las elecciones autonómicas de 2020, que el lehendakari Urkullu decidió adelantar unos meses para que fueran en mayo, pero entonces llegó la pandemia. Que no solo dio un vuelco a la 'antigua normalidad' de nuestras vidas, sino que terminó de enconar una relación entre abertzales que no levanta cabeza desde la llegada del Covid. EH Bildu lleva un año quejándose de que el lehendakari les «ningunea» a la hora de tomar las grandes decisiones para hacer frente a la pandemia, a pesar de tratarse del primer grupo de la oposición. Una sensación que se ha acrecentado tras la mayoría absoluta que PNV y PSE obtuvieron en las autonómicas que finalmente se celebraron en julio. Lo que, a su vez, ha reducido aún más el margen para que la coalición soberanista entre en cualquier acuerdo.
L
a gestión de la pandemia y la pugna abierta que PNV y EH Bildu mantienen en Madrid por hacer valer su influencia –en un terreno al que la coalición que lidera Arnaldo Otegi ha entrado sin complejos– han marcado el campo de batalla entre abertzales en el último año. Los choques derivados de la crisis sanitaria y económica del Covid empezaron por el choque entre «salud y economía» de los primeros meses del confinamiento, siguieron por la celebración de las elecciones en pleno julio y cogieron fuerza de nuevo con las críticas de EH Bildu a la gestión de las vacunas por parte del PNV. Máxime cuando se destaparon algunos casos de vacunaciones irregulares de varios altos cargos jeltzales en Osakidetza.
En los últimos meses, el enfrentamiento entre las dos formaciones abertzales se ha recrudecido al calor de los altercados callejeros que se produjeron a principios de año en varias localidades vascas –y que el líder del EBB, Andoni Ortuzar, vinculó a los «jóvenes» de la izquierda abertzale–, mientras Otegi cargaba contra el modelo policial de la Ertzaintza. El último capítulo en esta pugna ha llegado este semana con la OPA de Más Móvil sobre Euskaltel, que EH Bildu ha aprovechado para criticar el «expolio» a la sociedad vasca que se deriva del «estilo PNV».
Fuentes del EBB reconocen que no se vislumbra una colaboración entre abertzales en el corto plazo, aunque responsabilizan sobre todo a EH Bildu: «En Madrid aceptan con júbilo sus limitaciones en el Congreso, pero en Euskadi no nos dan ni agua y así es imposible llegar a acuerdos». También critican que, a la hora de negociar, la coalición soberanista «no es capaz de ceder en ninguno de sus planteamientos, tienes que aceptar el cien por cien de lo que propone y, prácticamente, renegar de tu posición anterior. Si no, no hay pacto posible».
El PNV trata de quitar importancia a la pugna que mantiene con EH Bildu en Madrid para ver qué partido influye más en el Gobierno de Pedro Sánchez, aunque se ha convertido en otro ámbito de tensión entre ambos. «Bildu está tratando de aprovechar la ventana de oportunidad que se le ha abierto en Madrid por la actual aritmética del Congreso, pero está en otra división en capacidad de acción política con respecto al PNV», señalan. No obstante, el responsable de Política Institucional del EBB, Koldo Mediavilla, apostó ayer por «evitar la controversia» con EH Bildu ante el Aberri Eguna porque «la gente no entendería que ahondemos en la brecha de la división entre abertzales».
Las críticas que el PNV lanza a la coalición formada por Sortu, EA y Alternatiba encuentran una réplica similar en la formación que lidera Arnaldo Otegi, que lamenta que «el PNV nos trata desde hace tiempo como enemigos, no como adversarios políticos, lo que es malo para este país». Curiosamente, la distancia política entre ambas formaciones suele ir acompañada de una relación fluida en lo personal –Ortuzar y Otegi suelen hablar bastante a menudo–, aunque la balanza siempre cae hacia la imposibilidad de llegar a acuerdos de calado. Una pugna de difícil solución toda vez que EH Bildu no renuncia a ser alternativa de gobierno en Euskadi y, para ello, ve necesario confrontar con el PNV.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La juzgan por lucrarse de otra marca y vender cocinas de peor calidad
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.