Urgente Las 10 noticias clave de la jornada
Alfonso Alonso es aplaudido por sus compañeros de partido antes de comenzar la reunión de la Junta Directiva Regional del PP vasco. EFE

Alonso deja la política y reivindica ante Génova la «mayoría de edad» del PP vasco

Amaya Fernández asumirá la presidencia de la formación en funciones, hasta que se celebre un congreso regional extraordinario

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Lunes, 24 de febrero 2020

Esta es la triste historia de un final esperado. Alfonso Alonso tiró ayer la toalla como presidente del PP vasco y anunció su dimisión y abandono de la política. Lo hizo emocionado, con la voz entrecortada y al borde de las lágrimas, después de ... 24 horas frenéticas en las que Génova demostró una vez más quién manda en el partido. «Sé que no cuento con la confianza de la dirección nacional. Es imposible seguir ostentando el puesto. No era razonable seguir», justificó en su adiós.

Publicidad

Horas antes de su anuncio, todas las voces en el partido daban por hecho que Alonso no podía seguir al frente del PP vasco después de la desautorización de la dirección nacional, que le apartó el domingo de manera fulminante de la carrera hacia la Lehendakaritza -imponiendo el nombre de Carlos Iturgaiz como cabeza de cartel en las elecciones autonómicas- después de varias jornadas en las que volaron los cuchillos entre Vitoria y Madrid. Una tormenta interna que era prácticamente imposible de sobrellevar. Y Alonso lo sabía.

El ya expresidente del PP vasco, que afronta un futuro lleno de incógnitas -«ahora me voy a dedicar a otra cosa, que no sé qué es porque esto no lo tenía previsto», dijo- deja una brecha abierta sin precedentes en el partido, provocada, según censura la práctica mayoría de sus compañeros, por las formas empleadas desde la sede nacional. «Este no es solo un ataque a Alonso, es un ataque a todo el partido. Nos han torpedeado nuestro proyecto político y se están cargando las siglas del PP en Euskadi», decía ayer un dirigente vasco con un tono que mezclaba el cabreo, la tristeza y, sobre todo, la resignación. El sentir mayoritario entre las filas del partido. «Han dinamitado al PP vasco», decía otro cargo público. «Génova ha perdido el norte y el fracaso electoral va a ser monumental», auguraba otro dirigente de la formación vasca.

Alonso, que no empleó el tono bronco que sí utilizaron en privado sus compañeros, lanzó sin embargo un mensaje a Génova: defendió el perfil propio del PP vasco y su autonomía, en entredicho desde que Pablo Casado se hizo con las riendas del partido, y reivindicó la «mayoría de edad» de la formación vasca. «No es posible ejercer el liderazgo sin tener capacidad para decidir las cosas. Ha habido una colisión entre dos maneras de entender la política y el partido», dijo en alusión al choque de trenes que siempre ha caracterizado a su relación con Casado y a las últimas injerencias de Génova en el PP vasco sin contar con la aquiescencia de Alonso. «El PP vasco se ganó su mayoría de edad hace muchísimo tiempo por su coraje, su valentía y su fidelidad a unos principios por encima de su propia seguridad», continuó.

Precisamente, esa singularidad vasca fue lo que puso en valor frente a las imposiciones de Génova y su manera tan dispar de entender la diversidad dentro del partido. «Las notas características» del PP vasco. Así lo calificó. «En el País Vasco somos muy celosos de la defensa de nuestro proyecto político porque lo hemos defendido a costa de nuestra seguridad personal y el sufrimiento de nuestras familias», continuó en referencia a los años de terror que ha sufrido el partido en Euskadi por la permanente amenaza de ETA.

Publicidad

Además de hacer un repaso a toda su trayectoroa política -Alonso, con su habitual sorna, recordó cómo se afilió al PDP, «un partido con menos votos que Ciudadanos»- quiso dejar claro, con luz y taquígrafos, que siempre ha sido partidario de la coalición con Ciudadanos. No así con los «puestos de salida» que Génova garantizó a la formación naranja y que podía dejar en una situación de total debilidad parlamentaria al PP a partir del próximo 5 de abril. «Siempre manifesté, y vuelvo a manifestar, que no podemos negociar nuestro proyecto político», recalcó.

La gota que colmó el vaso

La delicada situación por la que estaba atravesando Alonso se hizo también patente durante el encuentro de la junta directiva regional. El exministro de Sanidad explicó a sus compañeros, después de comunicarle su decisión a Casado, cuáles eran los motivos que le han llevado a decir adiós a toda una vida, casi un cuarto de siglo, como cargo público del PP. Y fue fiel al guion que llevaba estructurado en su cabeza: la «falta de confianza» de Génova como candidato a lehendakari ha sido la gota que ha colmado un vaso que ya estaba lleno de reproches y desavenencias internas. Un pulso que saltó definitivamente por los aires el domingo en Génova, durante un encuentro tenso entre Alonso, Teodoro García Egea y Antonio González Terol que, en principio, se iba a llevar a cabo para reconducir la situación y negociar las listas electorales. Según fuentes cercanas al exministro de Rajoy, la cita tan solo buscaba tensar la cuerda para forzar una dimisión que finalmente llegó ayer.

Publicidad

Durante la junta, en la que afloraron sollozos y lágrimas, hubo quienes quisieron alzar la voz para mostrar su respaldo a Alonso. Juan Carlos Cano, Borja Corominas, Javier de Andrés, Alfredo Marco Tabar -histórico militante de UCD y CDS, de perfil centrista y que ayer comparó a Alonso con Adolfo Suárez-, Leticia Comerón... Y Ramón Rabanera, quien se despidió como vocal en la junta en solidaridad con Alonso.

Alonso no tuvo más que palabras de agradecimiento a sus compañeros y anunció que será Amaya Fernández, la actual secretaria general, quien asumirá el liderazgo del partido hasta que se convoque un congreso regional que elegirá el nuevo presidente.

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete los 2 primeros meses gratis

Publicidad