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Alberto Surio
Sábado, 29 de marzo 2025
La IX Asamblea General del PNV reunida este sábado en San Sebastián simbolizó la apertura del ciclo de Aitor Esteban con una apuesta para reivindicar ... la nación vasca y para que Europa posibilite el derecho de autodeterminación. El cónclave jeltzale –muy necesario, según Esteban, para que el PNV «se ponga las pilas»– instó al Parlamento Europeo a regular a través de un nuevo reglamento la celebración de consultas que posibiliten el derecho de autodeterminación de las naciones sin Estado y encaucen así los conflictos territoriales mediante procedimientos democráticos. La asamblea, que despidió a Andoni Ortuzar tras doce años al frente del EBB, no ha reflejado contestación en su búsqueda por transmitir una imagen de unidad interna para revitalizar a la organización, frenar su caída electoral e impulsar el relevo generacional entre sus dirigentes. La hoja de ruta busca situar al PNV en la 'centralidad' del país frente a la marea ascendente de EH Bildu. Y, desde luego, no regalar en absoluto a la izquierda independentista la bandera en exclusiva del soberanismo.
Con la presencia del lehendakari Imanol Pradales –que expresó su convencimiento de que el PNV proyecta «fortaleza»– los jeltzales recurrieron a la fibra emocional en el frontón Atano III de Donostia, el mismo en el que se lanzó envuelto en llamas Joseba Elosegi ante el dictador Franco en 1970 y en el que se estrenó en su primer mitin en democracia Xabier Arzalluz en 1977, para espolear a su militancia, apelar al soberanismo –«somos el partido soberanista más antiguo de Europa»- y envolverse en la bandera europeísta en un momento en el que soplan vientos racheados desde el populismo «de derecha y de izquierda».
Los jeltzales consideran que el emplazamiento a la UEa posibilitar el derecho de autodeterminación supone «un ejercicio de innovación política, capaz de integrar en las estructuras comunitarias desde modelos autonómicos a nuevos Estados que surjan de procesos pacíficos en el seno de los actuales estados miembros». Así se recoge en la ponencia política, adelantada ayer por DV y aprobada por el plenario, en favor de la «plena soberanía vasca en la UE».
El documento –que fue presentado por la exeurodiputada Izaskun Bilbao y respaldado por 339 votos, por tan solo uno en contra– eleva al ámbito de la UE el reconocimiento de Euskadi como nación, una pieza que se presume clave en la negociación del nuevo pacto estatutario. El modelo que plantea el PNV se basa en la Ley de Claridad canadiense que encauza el conflicto soberanista de Quebec mediante una fórmula que, aunque excluye el derecho unilateral de secesión, establece la necesidad de abrir una negociación política si una mayoría reclama un cambio de estatus jurídico a favor de la plena soberanía. En esta estrategia, el PNV y EH Bildu han ido de la mano en el Parlamento Europeo.
Imanol Pradales
Lehendakari
La ponencia acordada por la Asamblea General recuerda que es a nivel europeo donde se produce actualmente la «discusión más rica y completa sobre los conceptos de identidad, soberanía, nación o estado, porque los hechos han demostrado que la evolución de los mismos es imprescindible para construir una Europa más fuerte y capaz de actuar como agente global en el mundo».
La ponencia apuesta por «no clonar miméticamente modelos del pasado», aunque matiza que «no hay que ignorar la importancia de las estructuras de estado». También sostiene que «el reconocimiento a nivel europeo del Concierto Económico y del Convenio, así como mecanismos de cooperación como las macrorregiones, abren interesantes vías para innovar en estas materias».
La nueva estrategia impulsa «la renovación de una identidad vasca que impulse el euskera y nuestra cultura como elementos de integración en una sociedad cada vez más diversa que aprecia nuestra solvencia social y económica, y que apoya mayoritariamente el reconocimiento de Euskadi como sujeto político». Según el cónclave de los jeltzales, el compromiso con la viabilidad de Euskadi como nación se cimenta en la renovación del contrato social con la ciudadanía «para mantener y mejorar una sociedad de bienestar».
Aitor Esteban
Futuro presidente del EBB
El documento, además, compromete al PNV «a mejorar la democracia vasca». Para ello, este partido acuerda que su acción política se base «en el pragmatismo, la solidaridad, el pacto, la negociación, el respeto, el reconocimiento de la diversidad y la garantía de los derechos humanos».
Los jeltzales han pretendido con esta asamblea cerrar las heridas de los últimos meses de un proceso de renovación marcado por tensiones subterráneas desde el relevo de Iñigo Urkullu y que, en especial, ha activado un pulso en el PNV de Bizkaia. El previsible abrazo público de hoy en el frontón Atano III entre Ortuzar y Esteban será el símbolo de este reencuentro. Un revulsivo para una organización en la que en el debate orgánico apenas ha participado un 15% de la militancia y en la que la 'vieja guardia' se queja de verse relegada. El nuevo EBB, con 10 hombres y cuatro mujeres, es el fruto de los equilibrios territoriales internos. La mayor incógnita es saber quién ocupará la importante secretaria de Organización que hasta ahora desempeñaba el vizcaíno Joseba Aurrekoetxea, el verdadero poder en la sombra del aparato de Sabin Etxea.
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