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Fotos: La celebración de la afición txuri-urdin.

Y a las 23 horas se pusieron el esmoquin

La afición en Miranda ·

Para las 23 horas del 4 de marzo del año 2020, el once de La Real pudo enfundarse el frac que solo se luce cuando la ocasión y la fiesta es histórica...

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 5 de marzo 2020, 00:01

Dijeron los comentaristas en la pantalla grandísima de la calle de La Estación que la semifinal estaba resultando un partido en el que los 22 jugadores se habían puesto el mono de trabajo de los encuentros trabados y decisivos y ninguno el esmoquin de la filigrana y el toque. Pero para las 23 horas del 4 de marzo del año 2020, el once de La Real pudo enfundarse el frac que solo se luce cuando la ocasión y la fiesta es histórica.

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Mientras, las aficiones intercambiaban sus bufandas. Tampoco hacía demasiada falta, la de la semifinal muestra los colores de los dos equipos bravos. Manuel Caballero, nacido en Miranda pero de San Sebastián desde que tenía nueve años (ahora reivindica sus 63), se tomaba el último trago de su copa en la cafetería del hotel Tudanca y afirmaba que si algún equipo merece alzar la Copa en Sevilla dentro de unos cuantos ratos más de fútbol es La Real porque, ciertamente, no ha perdido ninguno de los encuentros que le llevarán a La Cartuja. Los aficionados del Mirandés que miraban la tele sin demasiada tristura le daban la razón. También lo haría, fijo, Arantxa. Antes del gol triunfal se la vio caminar en dirección contraria a la pantalla popular y a todo posible monitor encendido en bares, cafeterías o dulcerías. Decía que no aguantaba la incertidumbre («kaka larrituta nago») aunque entendía que ese partido no era «para disfrutarlo sino para ganarlo».

Lo hicieron. Con el mono puesto. Pero la batucada mirandesa Batu Skirla, capaz de sacar sonidos a cualquier lata, bidón o tambor con resonancia siguió golpeando y guerreando por calles y esquinas. Y las cuadrillas que, camino a Anduva, habían usado uno de los laterales del autobús oficial de los blanquiazules como improvisado telón de fondo para un rápido photo call, empezaron a enviar los vídeos a todos sus followers planetarios.

Cantaban algunos canciones no oídas ni en Atotxa ni en el Reale Arena: «pronto se enterarán todos que no hay barra más poderosa que la de La Real» pero nadie pensó jamás que el 'Txoria txori' pudiese convertirse, como pasó, en himno de victoria por las calles de la ciudad del Ebro. Ni siquiera Ismael Fuente Renedo y sus huestes, encargados de sonorizar la noche a golpes de música electro/techno/quedona. Tiempo les costó el desmontaje de sus mesas de sonido y bien que se demoró su regreso a Villagonzalo Pedernales porque la muchachada siguió bailando sin fin. No hasta al amanecer porque ya es solo jueves juevintxo de pintxo pote pero sí estirando elásticamente la noche.

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Muchos contarán que estuvieron en Miranda el 4 de marzo de 2020. A Isaa, sin embargo, tendrán que contarle que estuvo. Puede que haya sido el hincha más joven de la expedición txuri urdin. Iba en silla de bebito. Con pañales y camiseta realista. Tiene año y medio…

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Muchos contarán que vieron este partido. También Toñi, mirandesa, que corría Anduva abajo antes de que empezara el match porque de pronto se le había estropeado la tele y se iba corriendo a casa de su hija. No fuera a ser que ganasen los suyos (no las tenía todas consigo, «están muy cansados»…) y no pudiera contarles a sus nietos que ella lo vio.

Muchos dirán que estuvieron aquí. Vistiendo camisetas legendarias. Hubo alguien que llevaba la de…¡Aldridge!

Al final, unos se pusieron el smoking y festejaron. Al final, un local sin igual, La Madre, no pudo añadir a su colección de bufandas de equipos derrotados por el equipo rojinegro, ferroviario y azucarero la de la Real Sociedad de Fútbol. Todas las demás las exhibe con orgullo. Orgullo de jabato, jóvenes Jabatos es, por cierto, el nombre de una de las peñas mirandesas. Una barra con mucho cuajo. Como la escocesa del Eibar.

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Sí, el 4 de marzo de 2020, muchos estuvimos aquí, en Miranda. Camino a Sevilla.

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