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Los jugadores de la Real abrazan a Sucic tras el gol del empate.

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Los jugadores de la Real abrazan a Sucic tras el gol del empate. Lobo Altuna

Una obra de arte de Sucic salva un punto

La Real es mejor que un Atlético cobarde y ramplón, pero regala el 0-1 en el 51'' en un escenario inmejorable para los del Cholo

Beñat Barreto

San Sebastián

Lunes, 7 de octubre 2024, 02:00

Un punto puede saber a poco, más si cabe cuando en 2024 solo has ganado cuatro partidos de 18 en casa, pero enfrente había un club que en verano se ha gastado 200 millones y que sin embargo actuó como un equipo pequeño, cobarde y ramplón. Una obra de arte de Sucic sirvió para rescatar un punto, que hubiesen sido tres si la Real no hubiese regalado otro gol, esta vez en el segundo 51 de partido. El equipo se marchó a por la victoria tras el empate del croata, pero cargó el área tanto que se terminó empachando a centros pese a no tener futbolistas de ese perfil para rematar los buenos envíos que llegaron desde los costados. Imanol tampoco acertó en la dirección de campo cuando los colchoneros tan solo se limitaban a correr tras el balón.

Venía el Atlético de Madrid a Anoeta tras cuajar uno de los peores partidos de los últimos años –perdió 4-0 en Da Luz, campo Santo para la Real–, y los de Imanol le pusieron una alfombra roja digna del festival de cine recientemente disfrutado. Para dejarles, además, en el mejor escenario posible para un conjunto acostumbrado a defender en bloque bajo, un equipo que disfruta en el barro y al que apenas le generan peligro. Por eso es la plantilla que menos goles recibe de la liga. Si encima vuelves a dar facilidades y te disparas al pie se genera el combo perfecto para un equipo tacaño como el del Cholo. Por lo menos que sea el Atlético el que busque el gol, no se lo sirvas tú en bandeja de plata.

Real Soc iedad

Remiro; Aramburu, Zubeldia, Aguerd, Javi López (Brais Méndez, m.46); Zubimendi, Sergio Gómez, Sucic; Kubo, Oyarzabal y Becker (Barrenetxea, m.61).

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Atlético de Madrid

Oblak; Molina, Lenglet, Giménez, Witsel, Javi Galán (Reinildo, m.83); Barrios, Koke, Gallagher; Griezmann (Riquelme, m.83) y Julián Álvarez (Sorloth, m.73).

  • Goles 0-1, m.1: Julián Álvarez; 1-1, m.84: Sucic.

  • Árbitro Isidro Díaz de Mera Escuderos (Comité Castellano-Manchego). Amonestó a Lenglet (55) y Javi Galán (80) y a Diego Simeone (89) del Atlético de Madrid.

  • Incidencias Encuentro correspondiente a la novena jornada disputado en el Reale Arena ante 31.983 espectadores.

51 segundos tardó el Atlético en ponerse por delante. No fue un error flagrante como en partidos anteriores, pero es imposible defender peor una jugada en la que no había absolutamente nada. Sucic, totalmente desaparecido en la primera mitad, dejó de tacón de manera incomprensible un balón para que los rojiblancos transitaran, una faceta en el juego con la que también disfrutan. Sin embargo, dibujaron un 0-1 de la nada. Galán puso un pase largo buscando a Griezmann, que se burló en la cara de Zubeldia y Aguerd. El azkoitiarra perdió su marca y luego en el cambio de demarcación no vigiló a Álvarez, mientras que el marroquí apenas tocó a Griezmann. Y si no encimas a una estrella mundial, te baila y te la hace.

El francés dejó solo a la Araña, que picó en el primer mordisco del partido cruzando un remate preciso al palo contrario de Remiro. Un gol de la nada. Una jugada horrorosamente defendida. Una Real que entró francamente mal para que el choque se pusiese cuesta arriba. Enfrente, el peor rival del mundo posible para ese guión de partido.

El Cholo plantó un 1-5-4-1 con un autobús Aizpurua de dos pisos y a la Real le costó mover el balón de un lado. Pase, pase y pase al más puro estilo de equipo balonmano, sin apenas profundidad. Sin embargo, y como viene sucediendo desde agosto, el equipo sí que encontró situaciones de peligro, la primera de ellas en un córner rematado de cabeza por Zubimendi que despejó Oblak. El cuero le cayó a un Aguerd que fusiló con la derecha al esloveno, que metió una manopla sobre la línea para negar el empate. La pesadilla del Mallorca sobrevoló Anoeta con aquel casi gol fantasma de Tierney. Oyarzabal con un remate de cabeza tras un buen centro de Aramburu y una jugada individual de Kubo también fueron ocasiones como para apuntar en el cuaderno.

Centros sin rematadores

Dio un paso adelante la Real, tanto en ideas como a la hora de ejecutarlas, y tuvo ocasiones de gol como para ganar el partido. Más fácil hubiese sido si Melero López hubiese avisado a Díaz de Mera del claro penalti de Giménez sobre Oyarzabal, al que pisó tras poner un centro al área. En directo es difícil de ver, pero el videoarbitraje no ayudó una vez más. Claro, no eres Vinicius ni vistes de claro. Aramburu estaba desesperado.

Oyarzabal la tuvo tras un pase de un Sucic mejorado, pero Galán defendió lo que nunca hizo en la Real. El tiempo pasaba, pero la fe del capitán a la hora de robar un balón a De Paul generó el tanto del empate. Sucic no se lo pensó dos veces. Ojalá los disparos que hacen sus compañeros desde la larga distancia siempre fuesen suyos. Golpeo delicioso para superar a Oblak por el palo largo. Se vino arriba la Real, aunque le faltó calidad y temple para conseguir una victoria que tuvo en la mano en el descuento. Tres acciones más que se marcharon al limbo. El punto no nos saca de pobres, pero sumar siempre es positivo. Tiempo para reflexionar.

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