Que no paren de jugar

El único problema de la primera parte fue que Dembelé anduvo muy a gusto en el campo. Monreal intentó taparle de cerca y tuvo incluso ayuda de Oyarzabal pero fue un problema. Y en el minuto 38 llegó el bofetón en la cara porque la Real lo hacía todo muy bien. Fue una preciosa combinación y un remate muy difícil de De Jong. Nos íbamos al descanso perdiendo sin sufrir atrás con la sensación de que tienes que hacer muchas cosas muy bien para sacar algo positivo contra el Barcelona.

Empezamos muy bien la segunda parte, con una combinación desde Remiro, que termina en penalti y mostrando la gran personalidad de este equipo porque es una acción brillante desde atrás. El partido se puso de ida y vuelta, precioso para el espectador, no tanto para los entrenadores. Este tipo de partidos le van mejor al Barcelona. Ellos empezaron a dominar, pero el partido se fue haciendo agónico con la duda de si arriesgar para buscar más o quedarse con el empate.

Ya en la prórroga, los dos equipos demostraron tremenda personalidad. Incluso al final, los dos porteros fueron decisivos en un remate de Griezmann y dos ocasiones de Januzaj, una tras carrera y otra de falta. En los penaltis no todo es suerte. También influye el nivel del jugador y cómo se llega. Ter Stegen fue el mejor. Eso dice mucho de la Real.