Sin puntería no hay puntos

Morales, otro velocista, ocupó la banda derecha. Por eso, el equipo local no solo buscó el contragolpe ante la pérdida txuri-urdin, sino que también decidió defenderse con balón y disputarle la posesión al conjunto de Imanol. El inicio no pudo ser mejor. Una Real con personalidad, moviendo el balón con criterio, con una buena activación para presionar tras perdida y sometiendo al Levante en su propio campo. Papel muy importante en estos primeros minutos el de Guevara.

Con su posicionamiento en el campo, le convirtió en el hombre libre iniciando el juego con libertad. Los puntas locales defendían a los centrales y a los pivotes les costaba salir lejos de su posición. En este juego de posición tener un portero como Remiro es fundamental. Malsa decidió ir a presionar a Guevara, el guardameta buscó a Merquelanz y éste, libre de marca, dividía a la defensa levantina para cocer la jugada del único tanto realista. Marcó Isak con fortuna tras un rebote en la barrera pero su gesto en la celebración tapándose los oídos fue desafortunado.

Apenas le duró unos minutos la alegría a los donostiarras. Remiro buscó en una posición retrasada a Isak. Su pérdida en campo propio se produjo con el equipo muy abierto, sin apenas darle tiempo a cerrarse para defender y, de esta manera, es más sencillo filtrar un pase definitivo. Chutó con fuerza Dani Gómez y tras un mal despeje de Remiro, marcó Roger a puerta vacía. Injusto resultado al descanso. En el segundo tiempo se igualó mucho más el partido y la Real, sin ser un equipo tan protagonista, tuvo ocasiones claras para adelantarse en el marcador. Primero fue Merquelanz y después un indetectable Zubeldia hasta en tres ocasiones. Al final marcó el Levante el gol de la victoria. Derrota dolorosa, lesiones que pasan factura y la gasolina muy justa para los segundos tiempos. Y el martes viene el Atleti.