Basura acumulada en la calle San Marcial procedente del piso incendiado este miércoles. Muñoz
Martín Ibabe, concejal de Seguridad Ciudadana

«Hay habitaciones en las que los bomberos no pueden entrar porque la basura llega hasta la puerta»

El fuego, que comenzó ayer por la tarde, se ha dado por extinguido este jueves a las 14.00 horas

Ainhoa Muñoz

San Sebastián

Jueves, 6 de febrero 2025, 09:17

Los bomberos de San Sebastián han estado toda la noche trabajando en el cuarto piso del número 8 de la calle San Marcial, en pleno centro de la capital guipuzcoana, donde ayer por la tarde se produjo un incendio. El concejal de Seguridad, Martín ... Ibabe, ha manifestado a los periodistas presentes en el lugar que a las nueve de la mañana solo se había sacado el 20% de la basura que acumulaban en la vivienda, una madre y una hija con síndrome de Diógenes. Se está arrojando todo desde el balcón a la acera, donde es recogido a un container.

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El edil ha destacado a los periodistas presentes en el lugar que a primera hora de esta mañana el fuego no se daba por extinguido todavía, y que la labor de los bomberos se ve dificultada por la gran cantidad de objetos de todo tipo acumulada en la vivienda en la que se originó el incendio. «Hay habitaciones en ese piso donde los bomberos no han podido acceder todavía porque la basura está a la altura de la puerta». Ha incidido en que esto hace más peligrosa la situación, ya que los residuos pueden actuar como un combustible y reavivar los escoldos. «Hay que garantizar y tener la seguridad plena de que el fuego ha sido apagado», ha insistido. Pasadas las 14.00 horas, el Ayuntamiento ha informado de que el fuego se daba ya por extinguido.

Ibabe ha informado también de que se está actuando, asimismo, en el bloque contiguo, en concreto en un patio estrecho en el que ha habido una transmisión del fuego a viviendas.

Ibabe, al que acompañaba la concejala de Barrios y Acción Social del Ayuntamiento de Donostia, María Jesús Idoeta, ha subrayado que «esto nos va a llevar un tiempo largo». No se ha atrevido a determinar cuándo se podrá dar por concluido el incendio. En este sentido, ha destacado que los técnicos municipales están revisando la estructura del edificio afectado, en el que una parte es de madera y otra de hormigón. Ha señalado que hay una investigación abierta en relación al origen del fuego y no se ha atrevido a adelantar cuándo podrán volver a sus casas las diez familias, que suman diecisiete personas, que han tenido que realojadas en hoteles. Ha reconocido que en principio tienen opción a tres días, pero que ese plazo podría ampliarse tras analizarse las situaciones de cada persona o de cada familia.

El concejal ha señalado que el ayuntamiento se pondrá en contacto con los vecinos de las menos diez viviendas afectadas, «seis de ellas bastantes deterioradas», para convocarles a una reunión con el objetivo de informarles sobre las ayudas que se pueden ofrecer desde el departamento de Servicios Sociales.

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Un impresionante incendio

El impresionante incendio se desató sobre las 16.30 horas de la tarde en el cuarto piso del número 8 de la calle San Marcial, en pleno centro de la capital guipuzcoana. A pesar de que el impacto fue tremendo y la estela de humo negro que dejó el fuego a su paso fue potente, no hubo que lamentar heridos, aunque varias viviendas quedaron dañadas.

Fueron muchas las personas que se encontraban paseando o tomando algo en alguno de los bares de la zona cuando se vieron sorprendidos por el olor a quemado y por la humareda. Los bomberos han continuado realizando labores de extinción toda la tarde, pues a la vez que se apagaban unos fuegos se reavivaban otros. Por la noche, un retén ha vigilado el inmueble. Fruto de ello, un total de 17 personas de 10 familias debieron ser realojadas para pernoctar en un hotel que gestionó el Ayuntamiento.

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Tras iniciarse el fuergo en una vivienda del cuarto piso, las llamas se extendieron al balcón de al lado, de allí pasaron al interior y los marcos de madera de las viviendas más cercanas también ardieron. Los más afectados fueron los pisos 5 y 6 del edificio contiguo, el número 6. El humo se fue dirigiendo hacia un patio interior que comparten con otros inmuebles. Según informó Donostiako Suhiltzaileak, ocho viviendas se vieron afectadas debido a la propagación por este patio.

Aunque las causas del incendio aún se desconocen, parece que, según señalaron vecinos de la vivienda incendiada a este periódico, «en el cuarto piso residen una madre y una hija con síndrome de Diógenes», un trastorno por el cual acumulaban «una gran cantidad de objetos, ropa y papeles» en su domicilio. Minutos antes de que las llamas se hicieran con el piso, Aitor Eraunzetamurgil, trabajador de la empresa de limpieza Emai contratado por familiares de las residentes, se encontraba limpiando la vivienda. Según relató, «estaba cargando bolsas de basura a la furgoneta» y salió de la vivienda «unos cinco minutos para tomar un café e ir al baño», y cuando regresó «para coger los guantes» ya no pudo volver a entrar por la cantidad de humo acumulada. «La zona de la lámpara ha cogido fuego», aseguró el operario. «Era imposible entrar a la casa. No me dio tiempo ni a coger un cubo de agua. Ha sido cosa de cinco minutos», relataba Eraunzetamurgil, aún incrédulo. Así, describía el piso como «lleno de basura, ropa, zapatos, plásticos, papeles, revistas... No se podía ni andar por la casa, y todo ha prendido enseguida».

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Ainhoa Ugarte y su madre observaban, todavía con el «susto en el cuerpo», cómo las llamas no paraban de salir del cuarto piso del edificio número 8, pues el local en el que se encuentra su asesoría es colindante con el bloque afectado. Y es que el humo se dirigió hacia un patio interior que comparten con otros inmuebles. Empezaron «a oír cómo caían casquetes, escombros», aunque no le dieron importancia ya que uno de los pisos de su mismo bloque está de obras. Sin embargo, fue el «olor a humo» lo que les hizo alarmarse. «Aquí huele a quemado», señalaron los compañeros de la asesoría mientras trabajaban. «Rápidamente hemos cogido el servidor, la torre del ordenador, y hemos salido fuera. Ya estaban los bomberos actuando», explicó Ugarte. Por su parte, la madre de Ainhoa añadió que conocía a los vecinos del cuarto piso y temía «que algo así sucediera tarde o temprano».

«Como fuegos artificiales»

Elena Pereda estaba en su casa, en la segunda planta. De repente comenzó a ver cómo por el patio caían «llamas como fuegos artificiales y mucho mucho humo», enfatizaba. El susto fue tremendo. Sobre todo, cuando fue consciente de que su vivienda también se estaba viendo afectada por el fuego que salía del cuarto piso de su bloque. «Ha caído una gran pieza a mi cocina que ha roto el cristal y han empezado a quemarse mis cortinas», relataba con «un gran malestar en el cuerpo». En aquel momento de angustia salió al pasillo «con lo puesto y las llaves en la mano», donde el resto de vecinos empezaron a lanzar el aviso de «¡desalojar, hay un incendio tremendo!».

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Antonio se encontraba en el salón de su casa cuando, de pronto, oyó «que alguien pedía socorro. Lo primero que me ha venido a la mente es que alguien se había quedado encerrado en el ascensor. Pero cuando he salido a la escalera, mi vecina de arriba bajaba ya pidiendo socorro y llorando».

Acto seguido, acompañó a la mujer a su vivienda «para ver qué fuego tenía, y he visto que efectivamente en un cuarto de baño tenía fuego, ya había llamas». Otra vecina que también fue alertada por las voces llamó a los Bomberos, y Antonio procedió junto a la damnificada a «intentar apagar el fuego con un extintor de la escalera. Pero la efectividad ha sido cero, porque la espuma no ha durado ni dos minutos». Según este testigo, «eran unas llamas rebeldes».

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Cuando el vecindario del número 8 de la calle San Marcial contactó por teléfono con los Bomberos, este cuerpo les pidió «que todos bajáramos a la calle. Y eso es lo que hemos hecho», contó Antonio a este periódico mientras observaba la labor de los servicios de emergencias.

Entre los vecinos analizaban las posibles consecuencias del incendio. «Sabemos que hay daños importantes en los pisos quinto y sexto de la mano C. Y veremos los demás pisos y el efecto que ha tenido el agua».

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Densa columna de humo

La densa columna de humo que salía del patio de la manzana se podía ver desde distintos puntos de la ciudad y los bomberos estuvieron tratando de acceder a través de una escalera hasta ese cuarto piso, en el que se desataron las llamas. También se produjo una pequeña explosión a las 17 horas que provocó el estallido de varios cristales.

Las personas que se hallaban en el bar del edificio, el Itxaspe, y en algún otro cercano, como el Gorila, fueron desalojadas, igual que los mismos vecinos del inmueble. El Ayuntamiento informó a este periódico que iba a realojar en un hotel de la ciudad a 10 familias, un total de 17 personas.

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La calle San Marcial, peatonal y habitualmente muy concurrida, fue acordonada desde el principio por la Guardia Municipal por motivos de seguridad y para que pudieran trabajar los bomberos.

Pasadas las 21.00 horas, los bomberos seguían en el lugar realizando tareas de refresco y desescombro, ya que se les reavivaba el fuego en pequeños focos, según iban apagando otros. Por ello, tal y como explicó el Ayuntamiento donostiarra, se ha mantenido un retén durante toda la noche hasta que el fuego no estuviera completamente extinguido.

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