«He vuelto a estudiar porque sin un título académico no tengo futuro en mi sector»

Susana Salmón cumple 45 años en diciembre, tiene dos hijos y está casada. Vive en Arrasate desde hace veinte años y trabaja en la planta de Fagor de Markulete, en su municipio. «Estoy haciendo 1º de Programación de Fabricación Mecánica de Arranque de Viruta en Bergara», apunta. Su intención era la de haber empezado esta Formación Profesional en el curso 22/23, pero por diversas razones finalmente fue en este 23/24 cuando retomó el camino de los libros y los estudios. Si todo va bien, tendrá su título en 2026. «Antes de empezar me aconsejaron que hiciera dos cursillos, uno de control numérico y otro de convencional, y la verdad es que lo agradezco mucho, porque me están viniendo muy bien ahora», explica.

Esta arrasatearra tomó la decisión de volver a estudiar «por obligación. Ahora estoy súper bien y estoy sacando sobresalientes y todo, pero estoy estudiando porque con la reforma laboral de hace dos años no puedo trabajar en mi sector sin estudios industriales», aclara. Salmón detalla que «en mi situación solo me podían hacer contratos de seis meses en una fábrica u otra. Por eso me hicieron socia de duración determinada -SDD- de franja 1, para poder estar tres años trabajando». Ahora, con la perspectiva de sacarse un título profesional a corto plazo, «puedo optar a quedarme en la empresa», se felicita. Y si no puede quedarse, «con el título lo que voy a conseguir es que mi mercado laboral sea más amplio. Estoy en una edad en la que no puedo perder el tiempo, lo mío es una urgencia profesional», reflexiona.

La fuerza de voluntad de Susana es enorme. Además de estudiante y trabajadora, tiene dos hijos y un marido. «Llevaba 22 años sin estudiar, imagina el choque que ha supuesto para mí volver a clase», admite. Además, «nunca me gustó estudiar», confiesa entre risas esta vecina de Arrasate, «por eso en su día me metí en Peluquería. Lo que pasa es que luego ves que es un negocio sacrificado, que tienes que trabajar sábados, festivos...».

«Esto es muy sacrificado, tampoco quiero engañar a nadie», cuenta Salmón, para puntualizar que «yo me arreglo porque por lo menos con los niños está mi marido, que ahora está de baja por unos problemas físicos. Pero él ahora tiene unas limitaciones que le impiden hacer algunas labores domésticas, de las cuales me encargo yo». Lo hace, claro, cuando le da la vida, porque «yo con el trabajo y las clases en casa estoy de visita y mi familia, además, está en Basauri. Si tuviera niños de 4 o 5 años no hubiera podido hacerlo».

«Doy gracias a que tengo unos hijos estupendos que entienden mi momento profesional y personal y me apoyan en todo», subraya con orgullo. Salmón reconoce que «esto a nivel emocional es complicado de llevar. Te encuentras de repente en una situación en la que no tienes apenas tiempo para tu familia, para ti misma...». Por eso, continúa, «mi mentalidad es la de sacarle chispas a todos los ratos libres que tengo, para disfrutar todo lo posible. Es increíble esa capacidad que tiene el ser humano de adaptarse a casi cualquier situación». En este sentido, no puede evitar acordarse de estos pasados carnavales, «porque tuve que sacrificar fines de semana previos adelantando trabajos y otras tareas para poder pasarlo bien después. Es lo que hay». Lo que quiere dejar claro «es que si te metes en esto, es para ir a tope, al 100%. De lo contrario, le estás quitando la plaza a alguien que sí se lo iba a tomar en serio».

A esta 'veterana' estudiante de Programación de la Producción de Fabricación Mecánica el horario de su curso, que es parcial, le viene «como anillo al dedo. En el trabajo estoy a relevos y a clase voy de lunes a jueves, cuatro horas», relata. En clase, además, «el ambiente es fenomenal, tanto con mis compañeros como con los profesores. Si estoy sacando buenas notas es porque me gusta lo que hago, estoy motivada», afirma. Porque, claro, «si con 40 y tantos años no te lo tomas en serio... Entonces tienes un grave problema». A su hijo mayor, que tiene 15 años, le anima a seguir estudiando. «Una carrera, un grado superior... Algo. Además, yo le estoy dando ejemplo, eh».