El autor del crimen machista de Orio usó una escopeta manipulada de su propiedad para matar a su expareja. Ambos habían quedado ayer por la tarde en el centro de la localidad, pero no llegaron a mediar palabra. El hombre, Alberto, se acercó al banco donde Lourdes le esperaba leyendo un libro y le disparó a bocajarro. Después, con esa misma arma se disparó a sí mismo.
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El consejero de Seguridad Josu Erkoreka ha comparecido esta mañana en la comisaría de la Ertzaintza en Erandio para informar sobre la última hora de la investigación de este terrible asesinato que ha conmocionado a Gipuzkoa y especialmente a los vecinos de Orio. Erkoreka ha comenzado su intervención hablando de la víctima, María Lourdes del Hoyo, de 50 años y vecina de Orio. Era madre de dos hijos, un chico de 19 años y una chica de 15, a los que el consejero ha trasladado «un mensaje de cercanía y solidaridad» al tiempo que ha pedido «respeto para su intimidad».
Lourdes del Hoyo es la primera víctima de violencia de género en Euskadi en lo que va de año y según ha explicado el consejero, su nombre no figuraba en los registros de violencia de género de la Ertzaintza.
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Respecto al autor del crimen, Erkoreka ha confirmado que se trata de Alberto Casado, «residente en Zarautz, pero con familia en Orio», lugar donde pasaba la mayor parte del tiempo y donde ayer asesinó a su expareja. No tenía antecedentes por violencia de género. Lo que sí tenía era licencia de armas. Ayer cogió una escopeta de su propiedad y heredada de su padre que había manipulado previamente para perpetrar el terrible crimen. «La escopeta tenía el cañón cortado», ha confirmado Erkoreka.
Precisamente esta manipulación fue la que llevó a que en un primer momento se barajara que el crimen se había cometido con una bomba casera. «Una escopeta manipulada produce un ruido muy fuerte», ha indicado el consejero. Esto fue lo que hizo que los testigos, que comentaron haber visto a Alberto «con una caja blanca» en la mano confundieran el estruendo con un artefacto explosivo. De hecho, los primeros agentes que se movilizaron al lugar del suceso fueron los de la Unidad de Explosivos.
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Tras su intervención no se halló ningún explosivo. Entonces intervinieron el equipo forense y la policía científica. «El escenario del crimen no se puede tocar hasta que llegan los forenses y por eso durante un lapso de tiempo no hay información, todo está basado en lo que dicen los testigos. Cuando las autoridades asumen la investigación, se mueve el cadáver de él y se ve que no era una caja blanca lo que portaba sino un plástico blanco que tiene en su interior un arma manipulada y así es como comienza a cambiar ya esa tesis principal», ha aclarado el consejero.
La víctima y su asesino habían sido pareja y el de ayer no fue un encuentro fortuito. «Habían quedado», ha asegurado Erkoreka. La cita era en la calle Arrantzale de Orio. Lourdes espera sentada en un banco leyendo un libro. Alberto se dirige al lugar con el arma escondida en una bolsa de plástico blanca «y dispara a bocajarro a Lourdes. Inmediatamente después se dispara a sí mismo», ha aseverado el consejero.
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Lo que los investigadores tratan ahora de aclarar son las razones que llevaron a Alberto a perpetrar este terrible crimen. El caso pasó en un primer momento a manos del juez de guardia, pero Erkoreka ha confirmado que se trasladará al juzgado de violencia de género.
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