![Solo se quitaron las gafas un segundo en su photocall en el Aquarium. Lily-Rose Depp y Laeticia Casta («tengo conjuntivitis», explicó) con la bahía de fondo.](https://s2.ppllstatics.com/diariovasco/www/multimedia/201809/23/media/cortadas/0922-casta-009-kqtB-U601002834071Km-624x385@Diario%20Vasco.jpg)
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MITXEL EZQUIAGA
Domingo, 23 de septiembre 2018, 08:56
Parecían de la escuela de Catherine Deneuve: bellas, frías y enigmáticas. Con esa mezcla exacta de distanciamiento y 'politesse' tan propia del 'glamour' francés, Laeticia Casta y Lily-Rose Depp fueron ayer las reinas del Zinemaldia. Por la mañana posaron en un radiante photocall en el Aquarium, por la noche pasaron por la alfombra roja y entre una cosa y otra hablaron de la película que les trajo a Donostia, 'L' homme fidéle', del también actor Louis Garrel, más comunicativo y cercano que sus compañeras. Aunque el simpático del grupo era el guionista Jean-Claude Carriere, el amigo y discípulo de Buñuel, con un porte y una biografía propios de un personaje de García Márquez.
La Casta pasó buena parte del día escondida tras unas gafas negras. «Tengo conjuntivitis», se disculpó. La Depp, nacida en París y francoamericana (es hija de Johnny Depp y de Vanessa Paradis) vestía de Chanel. Igual en su próxima visita apuesta por la moda vasca, porque los modelos recomendados por el Clúster de Donostia están triunfando en el arranque del Festival. Si la víspera había estado esquiva con prensa y aficionados, Lily estuvo ayer «muy profesional», que diría Peñafiel.
En realidad el protagonismo tocaba ayer a Danny DeVito, que se lo está pasando en grande en Donostia (en cuanto escribes de este actor te asaltan las metáforas relacionadas con el tamaño). Cena en el Zuberoa de Oiartzun, paseos discretos por la ciudad... y mucho trabajo. El intérprete ha encantado a todos en la corta distancia, estuvo divertido en el Kursaal al recibir su premio de manos de J.A. Bayona y hoy seguirá al pie del cañón: a las cinco de la tarde presenta en el gran cine del Velódromo 'Smallfoot', el filme de animación al que pone voz.
Los expertos en las cosas del vestir hacían ayer bromas con el muestrario de camisas que ha lucido el actor en San Sebastián («podría haber ido a la sastrería Aldabaldetreku, el comercio que 'viste' este año a Rebordinos», decían los modólogos) pero hay que recordar que hasta hace unos días estaba disfrutando del verano en su casa de Malibú. En la ceremonia del auditorio lució americana negra y, debajo, una de sus camisas moradas... Edurne Ormazabal volvió a ser la maestra de ceremonias del galardón: aunque ahora es directora general de Tabakalera, la tolosarra seguirá presentando los Donostia. La gala, por cierto, entrará también en la historia de las entregas más cortas: un poco más que las 'vistas/no vistas' de Robert de Niro o Monica Bellucci, pero también fugaz.
La 'alfombra' pevia al premio fue rara, porque el pase era a las siete y media de la tarde, mientras un sol de justicia caía sobre la Zurriola. La mezcla fue curiosa: actrices como Ingrid García Jonsson (que pone voz a la versión en castellano de 'Smallfoot') vestían de gala y otros espectadores accedían a la sala en pantalón corto. La nota de 'glamour' subió enteros con todo el equipo de 'El reino', la película española que se proyectaba tras el premio. Antonio de la Torre volvió a ser el más simpático. Repite en Sección Oficial por quinto año consecutivo y su papel en el filme de Sorogoyen bien le valdría para entrar en el palmarés. Aunque es pronto para empezar con quinielas.
Siguen los premios Donostia, sin descanso. Ayer por la tarde llegó al María Cristina Hirokasu Kore-eda, el 'amigo japonés', director tan vinculado a San Sebastián y al Festival que recibe esta tarde en el Victoria Eugenia su galardón antes de proyectar 'Shoplifters', el filme con el que ganó el último Festival de Cannes. Kore-eda, que se fundió en largo y cálido abrazo con Rebordinos, está aún triste por el fallecimiento hace solo unos días de Kirin Kiki, de 75 años, actriz fetiche del realizador y una de las protagonistas de la película. Seguro que hoy le dedica un gesto sobre el escenario del Victoria Eugenia, donde recogerá el premio de Thierry Fremaux, director de Cannes. Fremaux presenta en Tabakalera una copia restaurada de 'Ladrón de bicicletas'
El cine español también fue ayer protagonista. Todo el 'star system' asistió en Tabakalera a la entrega del premio Nacional de Cinematografía a Esther García, la productora de Almodóvar. Agustín Almodóvar y Javier Cámara ejercieron de maestros de ceremonias en un acto en el que debutaba el ministro de Cultura, José Guirao. El ministro vivió una intensa mañana en el edificio, porque también inauguró oficialmente la nueva Escuela de Cine Elías Querejeta. Luego se fue a comer al Bokado Aquarium con vistas sobre La Concha. Hoy acompañará a la vicepresidenta Carmen Calvo a la firma de un protocolo por la igualdad entre sexos que firma el Festival.
Las estrellas comen. Ricardo Darín, experto en la gastronomía donostiarra, conoció ayer La Jarana, nuevo restaurante de Ander Gonzalez en el hotel Lasala. Con amplia cuadrilla comió lubina y chuleta, que le gusta más que las empanadillas de las que tanto habla en su película.
Y mientras el director de la Berlinale, Dieter Kosslick, con su mujer y el también alemán Thomas Struck, responsanble del Culinary Zinema, se desplazaban hasta la txakolineria Hika, en Amasa, donde el cocinero Roberto Ruiz les regaló unas hermosas txapelas. Los alemanes, muy 'verdes', comieron alubias, pimiento de Gernika, guindillas de Ibarra y verduras de temporada. Y bebieron mucho txakoli.
No falta de nada: hoy a a mediodía Ainhoa Zubillaga, Iñaki Salvador y Mikel Andueza interpretan sus 'Voces de cine' en el Victoria Eugenia.
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