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Fernando Velázquez y Aizpea Goenaga presentaron el concierto. JOSÉ MARI LÓPEZ
La emoción viajó de la pantalla al pentagrama

La emoción viajó de la pantalla al pentagrama

El público, que abarrotó el Velódromo, se dejó seducir por el 'Paseo por el cine' ofrecido por la Orquesta Sinfónica de Euskadi, KUP Taldea y varios solistas |

MARÍA JOSÉ CANO

Domingo, 23 de septiembre 2018, 09:07

Fernando Velázquez, compositor de bandas sonoras y ayer director del concierto especial que todos los años ofrece la Orquesta Sinfónica de Euskadi en el marco del Zinemaldia, fue, probablemente, uno de los grandes protagonistas de un encuentro que una vez más demostró que la emoción que genera una película depende, sin duda, de la música que la acompaña. Velázquez lo dejó claro en el doble (casi triple) rol que desempeñó en la sesión. Fue el director de la orquesta, tuvo una notable presencia como compositor, puesto que cinco de las diez bandas sonoras escogidas para la cita eran de él, y además se erigió como maestro de ceremonias uniéndose a las tareas de presentador con Aizpea Goenaga. Por eso, fue uno de los creadores que intervino al comienzo del espectáculo. Emocionado, dio gracias a la SGAE y a la orquesta «de la que me siento un poco parte». Junto a él también acudieron a la especial proyección la cantante Zahara, compositora de la canción 'Nadie vendrá a buscarte' que aparece en la película 'Contratiempo', Zacarías M. de la Riva, de 'Tadeo Jones 2: El secreto del rey Midas', y Arnau Bataller, de 'El elegido'.

La música creada por Velázquez para 'Zipi y Zape y la isla del Capitán' fue la encargada de abrir el encuentro. KUP Taldea, a quien el director destacó como colaborador habitual en sus obras, puso sus voces al servicio de una partitura de carácter aventurero, con marcados ritmos. El coro también intervino en la música de 'Locura de amor', en la que fue una de sus interpretaciones más llamativas, puesto que no se limitaron a utilizar la voz casi como un instrumento más, sino que mostraron un tratamiento más coral y significativo. Al igual que en la primera pieza y en todo el encuentro, se proyectó una selección de imágenes del filme sobre las que la orquesta interpretó fragmentos de la banda sonora de la misma. Con este planteamiento, la sincronización entre la pantalla y la música en directo no era estrictamente necesaria, pero se echó de menos una mejor coordinación entre imagen y sonido, especialmente en estos dos primeros títulos.

La brillante orquestación creada por De la Riva para 'Tadeo Jones' y su aire aventurero, muy bien conseguido, tomaron el velódromo en uno de los momentos más atractivos de la actuación desde el punto de vista musical. La Orquesta Sinfónica de Euskadi brilló en su interpretación de una partitura llena de contrastes y muy adecuada para la película infantil.

Del lirismo a la marcha

El Fernando Velázquez más reconocible como compositor, especialista en recrear con música la sensibilidad y las emociones de películas que las desbordan, estuvo presente con tres de sus trabajos. 'El secreto de Marrowbone' incluyó un solo de su instrumento, el violoncello, y un hermoso tema en la flauta. 'Gernika' comenzó con un vals basado en el aurresku que luego se transformó en una tenebrosa y lúgubre música que anticipó la acción. Su final fue uno de los momentos más expresivos, con una perfecta sincronización con la imagen. Con la no menos emocionante 'Un monstruo viene a verme', muy breve y un tanto lacrimógena, Velázquez volvió a constatar su capacidad de hacer llorar. El curioso tema de la película 'Contratiempo', con letra de su propia intérprete, Zahara, completó la nutrida representación de música del bilbaíno.

La música de 'El elegido', con una importante presencia del piano y la de dos películas más completó el encuentro. Con 'Todos los hombres sois iguales' tuvimos la oportunidad de disfrutar de una pieza ligera sin mayores pretensiones, simpática y agradable, que acompañó a imágenes de un Imanol Arias, un Antonio Resines y un Juanjo Puigcorbé especialmente jóvenes.

La última proyección, sobre el filme 'Goazen', fue la más celebrada por los asistentes más jóvenes, que pudieron, además, escucharla en las voces de sus ídolos: Iholdi Beristain, Ainhoa Larrañaga y Aritz Mendiola, en un arreglo junto a la Orquesta de Euskadi que funcionó bien. El público, que se resistía a abandonar el recinto, tuvo aún un regalo con la interpretación por parte de los mismos cantantes y del velódromo al completo del ya clásico 'Lau teilatu' de Itoiz.

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