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Continúa la subida de precios de los alimentos debido en gran parte a la guerra en Ucrania. La cesta de la compra se resiente un día más por el incremento del coste del aceite del girasol y del trigo, lo cual afecta a gran ... parte de los productos de la cesta de la compra diaria. La guerra en Ucrania, uno de los principales países exportadores de trigo, maiz, harina y aceite de girasol, sumado a la escalada de precios energéticos, liderados por el gas, la luz y el petróleo, impacta de forma directa en infinidad de sectores. La ruptura del comercio con Rusia y el bloqueo de Ucrania, conocido como el granero de Europa, afecta en especial a las empresas alimentarias, que han visto cómo se encarecen las materias primas y cómo incluso algunas de ellas empiezan a escasear.
Esta situación afecta también al pienso, así que cualquier producto derivado está en riesgo de seguir subiendo también, incluyendo desde embutidos a huevos. España es un país importador neto de cereales usado como alimento de animales en explotaciones porcinas y avícolas.
Buena parte del grano que consumimos procedía de Ucrania, y si sube el precio de los cereales y los fertilizantes, esto impacta también en el precio de alimentos, como todos relacionados con el sector cárnico (incluyendo embutidos) y con los cereales, como la cerveza (fabricada con cebada) o los productos de panadería, que utilizan todo tipo de harinas para elaborar sus productos.
Con el IPC disparado y el racionamiento del aceite de girasol en algunos establecimientos la OCU muestra su preocupación por el aumento del precio de otros productos de primera necesidad, que en este inicio del año han visto incrementarse su precio. Legumbres, fruta o leche, se encuentran en esta lista que preocupa a la organización de consumidores.
Aceite de girasol: afecta a todo tipo de alimentos procesados, así como aperitivos tales como patatas fritas, además de a las conservas o a las mayonesas, por ejemplo
Trigo: su precio impacta en todo tipo de alimentos, especialmente harinas, panadería, bollería, pastelería, pasta alimenticia, cerveza y otras bebidas alcohólicas
Piensos: afecta a la carne de vacuno, porcino y aves, así como a los embutidos, huevos y leche
Otros alimentos: fruta fresca, legumbres secas o en conserva, alimentos para bebés, pescado congelado, queso, salsas y condimentos, agua mineral,...
La OCU muestra su preocupación por que esta subida de los precios de los alimentos en febrero ha resultado muy preocupante en varios productos básicos, como son la fruta fresca (3,8%), las legumbres secas o en conserva (3,1%) y, sobre todo, los alimentos para bebés (5,0%). También llama la atención, según apunta la organización de consumidores, las «extraordinarias subidas» de precios de salsas y condimentos (5,2%), el agua mineral (5,1%) y los platos preparados (4,5%).
A todas estas subidas este martes se añade el de la bombona de butano, cuyo precio también se dispara y roza los 20 euros, alcanzando así su récord histórico. Las bombonas de 12,5 kilogramos crecen casi un 5% hasta situarse en 18,63 euros a partir de este martes, según la última resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE). En este caso esta subida se debe al fuerte ascenso de la cotización de la materia prima, que ha crecido hasta un 14,3%.
Además hoy se ha conocido que también se encarece el precio máximo del gas licuado de pretóleo (GLP), que desde este martes, sube un 8,5% la factura para un cliente medio que consuma 500 kilogramos anuales respecto a los precios en vigor. El repunte está relacionado con la subida mensual de la cotización internacional del propano y del butano
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A. Algaba
Pero hay muchos más. Si se eleva el precio de los abonos de los animales, puede subir también el coste de la producción de huevos o leche, aunque esta subida puede extenderse también a la fabricación de alimentos cuya materia prima fundamental son los aceites, como las conservas (usan aceite de girasol de forma masiva), los aperitivos, o las mayonesas.
Así, según el Índice de Precios de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), esta es la variación que han sufrido en los últimos 16 años los alimentos básicos. Como pueden apreciar, el aumento en los productos lácteos, cereales y aceites vegetales en el último año es espectacular.
El índice de precios de los alimentos de la FAO es una medida de la variación mensual de los precios internacionales de una canasta de productos alimenticios. Consiste en el promedio de los índices de precios de cinco grupos de productos básicos ponderado con arreglo a las cuotas medias de exportación de cada uno de los grupos durante el período 2014-16. El índice de febrero se ha situado en un promedio de 140,7 puntos, es decir, 5,3 puntos (un 3,9%) más que en enero y 24,1 puntos (un 20,7%) por encima de su nivel de hace un año. Esto representa un nuevo máximo histórico, que supera el máximo anterior de febrero de 2011 en 3,1 puntos.
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El índice de los aceites vegetales, por ejemplo, ha experimentado una subida del 33% en apenas un año, pasando de 147 a 201. Dentro de la industria alimentaria se verán golpeadas especialmente la producción de harina, panadería, bollería y pastelería, pastas alimenticias y la fabricación de malta, cerveza y de bebidas espirituosas. La crisis bélica también perjudicará a la elaboración de piensos compuestos, con las implicaciones que esto puede tener en todo el sector ganadero y en el cárnico, según se concluye en otro análisis del Observatorio Sectorial DBK de Informa.
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Otra derivada que ya está impactando es el precio de los combustibles, que se han situado por primera vez por encima de los dos euros por litro. Varias gasolineras de Gipuzkoa ya venden desde hace unos días la gasolina de 98 octanos por encima de ese coste, incluso el Diesel + ya ha superado también la cifra redonda del par de euros, lo que significa que llenar el depósito con 50 litros implica a desembolsar más de 100 euros. Dentro de las materias primas, los combustibles son lo que más rápido experimentan un aumento del precio. Ello se debe al efecto cohete, que refleja enseguida en la vida el aumento de las materias primas. Mientras que cuando sucede lo contrario, la bajada en el precio es mucho más lenta, lo que se conoce como efecto pluma.
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