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Miércoles, 23 de septiembre 2020
Cuando van pasando los meses las estanterías de las tiendas de comestibles van cambiando de color. Desaparecen algunos productos y van entrando otros, mostrando nuevos colores y nuevas formas, cómo la del caqui, fruta que cada vez va teniendo más aceptación. Aunque el caqui es ... un gran desconocido para muchos, puede aportar alternativas a nuestra dieta.
Dependiendo del tipo de caqui, éste puede madurar completamente en el árbol o hacerlo una vez recolectado. En cualquier caso, deberemos tener en cuenta que el caqui es un fruto muy áspero nada más ser recolectado, por lo que deberemos dejarlo sobremadurar un tiempo y no tomarlo recién cogido del árbol. Ha sido este sabor áspero el que ha retraído a muchos posibles consumidores, que han llegado a pensar que ese era el sabor natural. Esa aspereza se puede eliminar tratando con una bebida alcohólica fuerte, como aguardiente o anís de cazalla, aunque suele ser más conveniente esperar a que el caqui esté en su punto óptimo.
El caqui puede dar ese toque especial a cualquier elaboración. Puede, por ejemplo, realzar el sabor de cualquier ensalada o también ser el contrapunto perfecto para el foie. El caqui, en una vinagreta de frutas, será ese elemento que dé el toque diferente a la receta. Con el chocolate, por ejemplo, marida también muy bien, por lo que puede ser una guarnición para un brownie o tarta de chocolate.
Como muchas otras frutas, el caqui tiene sus orígenes en China y Japón, pasando luego a otros países de Asia. Hay diferentes variedades, pero la más habitual, la que suele ser más demandada, es la denominada Caqui de China.
Aunque de origen asiático, el caqui se cultiva desde hace unos años en Huelva, Sevilla, Málaga y Granada. También lo cultivan en la zona de Valencia
Al caqui se le conoce también como 'palo santo', debido a que suelen madurar por la festividad de Todos los Santos, aunque su significado etimológico se corresponde con 'fruta del fuego divino'.
En lo que a propiedades nutritivas se refiere, el caqui destaca por su elevado contenido en agua, además de por aportar una buena cantidad de hidratos de carbono y escasas grasas y proteínas.
Su valor calórico, eso sí, es bastante elevado en comparación con otras frutas. Su principal componente, como en las demás frutas, es el agua. Eso sí, entre los minerales destaca el potasio. Pero sobre todo tiene vitamina A, seguida de vitamina C. Tienen, asimismo, azúcar y glucosa.
Los beneficios del caqui también afectan a otros aspectos de nuestra salud, en los que tiene una influencia preventiva destacable. Su poder antioxidante es capaz de neutralizar los efectos negativos de los radicales libres de nuestro cuerpo.
Estos elementos son los responsables de la aparición de numerosas enfermedades degenerativas como la pérdida de visión o la enfermedad de Parkinson, cuya presencia puede retrasarse mediante la ingesta de esta deliciosa fruta de origen chino.
El caqui también nos ayuda a mantenernos jóvenes durante más tiempo, puesto que su capacidad antioxidante puede demorar la aparición de arrugas, patas de gallo y manchas en la piel. Las afecciones del pelo como la calvicie, la falta de crecimiento o la aparición de canas también tardarán más en hacer acto de presencia si consumimos este fruto.
Una de las mejores formas de comer el caqui es quitándole el casquete superior, introducir una cucharilla e ir sacando su dulce carne poco a poco. Es entonces cuando está en todo su esplendor, como le ocurre a otras frutas, como por ejemplo la chirimoya. Si está en su punto, su pulpa interior es gelatinosa y excelente, perfecta para ser tomada así. Si no está lo suficientemente maduro, ese punto de dulzura se convertirá en un amargor que convertirán el caqui en una fruta complicada de digerir. Es por ello que un caqui mal elegido puede echar por tierra cualquier receta.
Si los compramos un poco verdes y queremos acelerar su maduración, un pequeño truco para que maduren es introducirlos en una bolsa de papel junto a otras frutas como plátanos o manzanas.
Al contrario que otras frutas no se puede comer directamente del árbol. Si se deja mucho tiempo en el árbol se corre el riesgo de que maduren demasiado y se caigan. Por eso se suelen recolectar tiempo antes y se introducen en unas cámaras cerradas y refrigeradas donde someten a los caquis a un tratamiento para que vaya perdiendo la astringencia y pueda ser consumido en breve.
A los fruteros les suele costar explicar a los clientes que cuando mejor están es cuando peor aspecto tienen, incluso blandos al tacto. Es entonces cuando han perdido los taninos por lo que tienen astringencia.
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